Este día en wikileaks

A inicios de esta semana publiqué mi reseña sobre «No Place to Hide». Greenwald, tras su separación de The Guardian, empezó su propia revista electrónica junto con Laura Poitras, y Jeremy Scahill:  The Intercept.  Al igual que Wikileaks, este diario ofrece a sus fuentes formas de evadir la vigilancia totalitaria de Internet para filtrar información de forma segura.

He dado un vistazo a su página web y lo que recomiendan es lo siguiente:

  1. Usar tails. Esto es opcional pero altamente recomendado. Tails es un sistema operativo (como windows, debian, ubuntu, iOS, etc.) que puede ser iniciado desde un DVD, una memoria SD o un USB –lo que en Ecuador se conoce como «flash memory»– sin dejar rastro en la computadora que usemos.
  2. Instalar el explorador TOR (que es un mozilla firefox modificado) que crea varios «túneles» en Internet que hacen muy difícil el rastreo. No existe metáfora que explique esto adecuadamente si uno no sabe como funciona Internet, pero a los curiosos les dejo este enlace.
  3. Usar una dirección específica en la red TOR que permite acceder a SecureDrop, donde uno deja la documentación. Este programa fue programado inicialmente por Aaron Swartz y actualmente es mantenido por la Fundación para la Libertad de Prensa.

¿Por qué todos estos pasos? Creo que uno podría abordar esta pregunta desde varios ángulos, creo que los más importantes son:

  • Es ilegal hacer esto. La mayoría de países, Ecuador incluído, prohibe la filtración de documentación secreta de su gobierno, hacerlo es asegurarte unos cuantos años de cárcel. Es por eso (y, seguramente, por la llamada que recibió de la Casa Blanca) que Rafael Correa se expresó en duros términos cuando se refirió a Edward Snowden, aclarando que Julian Assange está en una situación completamente distinta, al ser quien publicó la información (periodista) y no quien la «sustrajo» (denunciante).
  • Existen poderes fácticos en el mundo. Aún cuando sea éticamente correcto filtrar cierta información dentro de un marco legal apropiado, el mundo no es como te lo pintan, aún existen muchos poderes económicos que se respaldan en el simple uso de violencia. Y para estos poderes es mucho más fácil intervenir por fuera de la vía legal. Usar herramientas que permitan el anonimato puede ser tu única defensa.
  • Mantienen vivo el periodismo de denuncia. Si no ofreces garantías a las fuentes de información, es muy probable que el poder de vigilancia actual desanime a muchas personas a denunciar. Incluso en Estados Unidos, donde existe una gran lucha por la libertad de expresión, se ha tratado de criminalizar al periodismo investigativo tildando de «cómplices» de sustracción de información a los periodistas.

Estos dos portales, The Intercept y Wikileaks, ofrecen pues la posibilidad de transparentar las acciones más oscuras de gobiernos y corporaciones por igual. Uno podría argumentar que las últimas no tienen esa obligación frente al público, pero coniderando que de las 100 economías más grandes, 52 pertenecen a esta categoría, creo que debemos reconsiderar qué deberes tienen estos enormes monstruos multinacionales.

Estos dos portales, protagonizaron hace poco una pelea poco usual, tras la publicación de una historia donde evidenciaban el espionaje de Estados Unidos sobre todas las llamadas telefónicas de dos países enteros: Las Bahamas y el país X (The Intercept no lo quiso decir).

Wikileaks anunció que esto era inmoral, que cada nación tenía derecho a autodeterminarse y le dio un plazo de 72 horas al diario de Greenwald antes de publicar el nombre del país espiado. Esta conducta de evadir la publicación de información sensible es quizá la regla y no la excepción. The Guardian incluso ha llegado a manifestar que dentro de las revelaciones de Snowden «hay cosas sobre Iraq y Afganistán a las que no queremos ni ver». Efectivamente, el quinto país que no se mencionó en el reportaje era Afganistán.

Todo esto como preámbulo a lo que leí hoy en thisdayinwikileaks.org:

El Gobierno afgano ha expresado su indignación por la reciente revelación de WikiLeaks de que la NSA está grabando casi todas las conversaciones telefónicas de afganos. El Gobierno afgano afirmó que las actividades de vigilancia son «una violación evidente de los acuerdos» y «una violación de la soberanía nacional de Afganistán, y una violación de los derechos humanos garantizados para todos los afganos»

Y lo que más me puso a pensar y que motivó este post, una serie de tuits publicados por wikileaks respecto a todo este enredo:

  • Una «reforma» significativa de la NSA es mucho menos probable que un desarme de armas nucleares unilateral de EE.UU.
  • La vigilancia masiva se llama vigilancia «estratégica» en las agencias de espionaje por una razón. Su objetivo principal es el dominio estratégico.
  • Aquellos que esperan que una poderosa agencia secreta que usa tecnología invisible y compleja ejerza autocontrol se engañan a sí mismos.
  • Censurar la verdad (por ejemplo, documentos sobre Afganistán, Iraq, Rusia) para generar beneficios en las relaciones públicas estatales es ingenuo e inmoral.
  • Los esfuerzos de reforma que la NSA hará serán siempre corruptos, como lo hizo con la FISA y otras formas de supervisión.
  • Fomentar la defensa contra el espionaje de masas mediante la exposición de los programas de la NSA es eficaz. Los Estados, las organizaciones y los mercados reaccionan.
  • Las personas que instalan cerraduras una vez que saben cómo los ladrones entraron, porque los ladrones profesionales no seguirán a la ley.
  • Creemos que la respuesta del gobierno de Afganistán ha sido la «reforma» más eficaz hasta la fecha. Una reforma auténtica casi destruida.
  • La capacidad de defenderse contra una conducta criminal tiene que estar en las manos de las víctimas. Pedir a los criminales que sean amables es inútil

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