Porque SÍ puedes cambiar al mundo.

Hoy estuve en el Ocupa Quito, en su segunda reunión autoconvocada, y aunque esperaba no encontrar a nadie (y parecía que así iba a ser por la dispersión en la plaza), finalmente tuve el gusto de conversar con unas 20 personas preocupadas por la situación global, «y local» decían, como que el primer adjetivo excluyera al segundo.

Al ser un grupo heterogéneo y que apenas empieza, procuré crear una atmósfera de entendimiento preguntando dos cosas sencillas: ¿Cuál crees que es el problema? y ¿qué solución propones tú? Al parecer fue claro que la gente entendía que el mundo se gobierna por intereses económicos y que ése era el principal problema, en eso estábamos de acuerdo todos. Unos expresaban más indignación hacia las ramificaciones del sistema (leyes y política) mientras que otros se centraban en el ingrediente principal (la economía de mercado).

La solución era otra cosa, en eso no nos poníamos de acuerdo. Algunas personas de edad reconocían que el principal enfoque debía ser la educación, no entraron en detalles pero esa era la palabra que definía su propuesta. Se mencionaron las iniciativas locales/personales como una vía hacia un mundo mejor, la toma del poder, la generación de empleo, el trabajo digno y hasta el comunismo (pero uno diferente, decían). Si bien el lector puede tener una idea distinta, esto no fue una discusión acalorada o radical, mas un diálogo sereno donde no hacía falta estar de acuerdo con todo, y donde la diferencia de opiniones no implicaba una exclusión de la propuesta del otro.

Buckminster Fuller decía que para solucionar algo uno no tiene que pelear con el sistema existente, sino que debe construir uno nuevo que vuelva al anterior obsoleto. Eso aplica incluso para los sistemas de valores. Traté de englobar las preocupaciones generales en lo que eran realmente. A todos les preocupaba no las crisis, no las políticas, no el desempleo; estos eran todos medios por los cuales se ha creado una falta de acceso a los recursos. Cuando mencioné que, en mi opinión, el problema real estaba en que la gente no tiene agua potable, alimentación, vivienda, vestimenta o energía eléctrica para satisfacer sus necesidades, nadie renegó de la idea. Podría decir incluso que, de alguna forma, encontramos el punto común de las quejas y reclamaciones populares.

Proseguí explicando como todas estas ‘ausencias’ pueden ser resueltas con la aplicación de tecnología y lo absurdo que es luchar contra la eficiencia científica, capaz de satisfacer todas nuestras necesidades, sólo para conservar nuestros empleos, cuando es obvio para cualquier persona que una máquina produce mucho más que un ser humano, con menos errores, sin descansar los fines de semana, sin necesidad de un seguro médico y con poco o ningún esfuerzo (salvo el requerimiento energético, mismo que puede ser obtenido de fuentes renovables).

La solución, dije, es administrar nuestros recursos y capacidad tecnológica para satisfacer todas esas necesidades básicas humanas y como transición hacia ello eliminar todas las estructuras que no permiten alcanzar la máxima eficiencia -siempre dentro de los límites permisibles para una sociedad sostenible. Estas estructuras pueden variar en el tiempo, pero actualmente se ven representadas por el sistema de libre mercado y el sistema político-legal.

Lo que vino después fue establecer algo bastante sencillo, que  ningún cambio significativo ocurrirá si no existe una minoría significativa consciente de todo lo arriba mencionado. La educación es la clave, y en este sentido:

  • Toda persona puede educar a otro ser humano.
  • Actualmente educarse requiere solamente inversión de tiempo y acceso a la información.
  • Puede enseñarse en múltiples maneras según la conveniencia y gusto del emisor.
  • El aprendizaje se ve muy facilitada por las actuales herramientas de comunicación electrónica.
«No puede existir una revolución sin internet» es lo que dije finalmente, «por primera vez la humanidad tiene una herramienta para comunicarse con la humanidad». Toda esta oleada de levantamientos en el mundo se ha dado por la transmisión de información, puesto que conforme se universaliza el acceso a la información, más evidente se vuelve la problemática social y las soluciones obvias desde una aproximación científica. 

La gente está «medio» indignada porque conocen los problemas sociales, si entendiera las soluciones estaría totalmente indignada y la situación que enfrenta la mayoría de humanidad junto con el planeta se volvería sencillamente inaceptable.