Esos vegetarianos

«Los veganos creen que van a vivir más tiempo,
lo que no saben es que tienen más probabilidades de morir
asesinados durante una conversación».

@daemonic3

Esta semana nos reunimos con unos amigos en un restaurante, yo lo elegí sin darme cuenta que se trataba de uno vegetariano. Me preguntaron si era vegetariano y respondí que no. «¿Y entonces quien es vegetariano?» me increpan. Rápidamente revisé a mis comensales y señalé a mi amiga periodista. ¡Ella! La señalé, como uno señala al que hace ruido con la funda de comida prohibida en el cine. Pero ella se sentía señalada desde antes, nos contaba que salía a hurtadillas a comer a su propio restaurante pero sin decir a dónde.

¿ERES VEGETARIANO?

Es una pregunta que puede tener miles de significados. Desde «¿no comes carne?» hasta «que raro que eres, por dios, no sé si quiero seguir siendo tu amigo». A mí me la hacen a menudo y veo todos esos significados en su cara. Les digo que no y se extrañan más todavía. Que para qué entonces voy a un restaurante vegetariano, me dicen en una mezcla de curiosidad y un «ajá, sí claro ¿te a vergüenza decir que eres vegetariano?».

La verdad es que no soy vegetariano sino que procurso bajarle al consumo de carne por dos razones fundamentales. La primera es que uno no puede decir que le preocupa el cambio climático –como suelo decir– y hacerse de la vista gorda respecto a las emisiones de metano del ganado, la destrucción de bosques para producción de pastizales y el tremendo consumo de agua que esto representa. El consumo masivo de carne es un tremendo problema para la sostenibilidad del planeta.

La segunda razón es que el consumo de carne enferma. Todo enferma, en cierta medida. Daß ein Ding kein Gift ist decíamos en la facultad: la dosis hace al veneno. Es por eso que me permito comer carnes pero en general procuro almorzar vegetariano de lunes a viernes. Si me preguntan, creo que deberíamos reducir la dosis de cárnicos a una pequeña porción (aproximadamente del tamaño de un iPhone 4S) unas 3 veces por semana. En Medicina, no hay una última palabra –excepto en el caso de la homeopatía, la homeopatía no funciona— no obstante, parece ser que las recomendaciones para disminuir la carne de la dieta son bastante discutibles, pero como les comentaba, esto para mí es secundario.

Usualmente se aduce una tercera razón para no consumir productos animales, y es que con esto provocamos el sufrimiento de animales. Un motivo sumamente respetable. Lastimosamente muchas de las personas que adscriben a este argumento, a veces se vuelven un pain in the ass defendiendo esta postura, y esto es lo que pasa con una gran mayoría de veganos. Probablemente esta agresividad sea la razón detrás de quien se aleja un poco de ti cuando te pregunta si eres vegetariano (eso y el miedo a lo diferente).

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Ilustración por Alberto Montt bajo licencia CC-BY-NC-ND

Cualquier aporte gradual a la disminución de carne ayuda en su justa proporción a reducir la demanda de carne y, por efecto rebote, disminuir su producción. Es mucho más sensato pensar que todos podemos comer la mitad de carne a pensar que, de repente, la mitad de la población va a volverse vegetariana estricta. Incluso si no apuntamos al 50% sino a un 15%, la primera estrategia tiene mucho mejor pronóstico. Esto de ser semivegetariano, por mucho que te contradiga un vegano, también es bueno para ayudar a los animales.

Tampoco es mala idea buscar el origen de las cosas que consumimos, vaya a ser que tú –amigo lector– tengas predilección por cierto tipo de especies o ecosistemas y estés inintencionadamente, contribuyendo a algo que no te guste.

Motivos para no explotar el ITT

Post original por Carlos Andrés Vera

1. El gobierno te ha engañado varias veces. La primera mentira fue hacerte pensar que la iniciativa ITT era para salvar al Yasuní. Falso. El Parque Nacional Yasuní (PNY) tiene 5 bloques petroleros: 14, 16, 17, 31 e ITT. En Enero de 2012, el gobierno dio luz verde para que Petroamazonas explote el bloque 31 y ayer para hacerlo con su campo hermano, el ITT. Estos son los bloques en el parque nacional:

Parque Nacional Yasuní, bloques petroleros y presencia Taromenani

Los bloques 14, 16 y 17 son explotados desde hace años. Toda la campaña que se armó no estaba enfocada en conservar el crudo bajo tierra del PNY sino de el bloque ITT, que ocupa un área relativamente pequeña del parque. Esto es algo que seguramente comprometió la iniciativa de entrada: ¿cómo otros países iban a financiar un proyecto ambiental en un parque nacional con graves problemas de genocidio, extracción de madera, derrames y plena explotación petrolera?

2. La segunda mentira fue decirte que la iniciativa había tenido un avance interesante. El 22 de Diciembre de 2012 el Telégrafo titulaba: “Iniciativa Yasuní-ITT logra recaudar $ 116 millones”. El día de hoy, publica la siguiente información:“Solo existen $ 13.3 millones en fondos disponibles en los Fidecomisos Yasuní ITT. Esto es, apenas el 0.37% de lo esperado. Existen compromisos no directamente vinculados a la iniciativa, por otros $ 116 millones”. Y titula una nueva mentira:“Se afectará menos del 1 por mil del Yasuní” (como si toda la parte norte del parque no estuviera ya comprometida o en plena explotación). Resulta que 116 millones que nos dijeron Correa y Baki que habían recaudado no estaban directamente vinculados a la iniciativa. Ellos lo sabían en Diciembre pasado pero esperaron hasta ayer para decirte que la recaudación real había sido un fracaso. La propuesta nunca aclaró al país ni a los potenciales inversores las dudas más esenciales:

¿Esperaban el aporte de 3600 millones de una sola vez o en plazos?

¿Si se aportaban 300 millones durante doce años (3600M), qué garantizaría que el bloque no se explotaría al año 13?

¿Cómo podía garantizarse que el dinero donado no se vaya en gasto corriente como pagar sueldos de burocracia?

Por eso, países como Alemania no confiaron en el fideicomiso. Aún así, Alemania decidió aportar directamente al PNY 46 millones de dólares. Y eso revela otra mentira del discurso oficial: que el mundo le dio la espalda al Yasuní. No señor, le dio la espalda a una iniciativa mal planteada, que es otra cosa. Quienes le dieron la espalda fueron los que conociendo el poco éxito económico de la iniciativa (como prueba este borrador de informe de 2011 del grupo negociador a cargo de Baki) te mintieron, asegurándote que habían recaudado 116 millones (entre los cuales seguramente “sumaron”, para engañarte, el aporte de Alemania).

Darle la espalda al Yasuní es haber montado una treta esperando solo el momento políticamente adecuado para explotarlo.

Tres graves mentiras. Y vienen más: ahora te dirán que lo recaudado servirá para combatir la miseria, para hacer obras, etc, como si el desarrollo del país ahora dependiera del ITT. Te dicen que se recaudarán 18 000 millones. Lo que no te dicen, es que será entre 25 y 30 años, a un promedio de 600 millones por año. Si no lo sabes, 600 millones no es más que el 2% del presupuesto actual. Es decir, no son capaces de optimizar o generar 2% de su actual presupuesto y a cambio están dispuestos a comprometer uno de los últimos rincones de selva virgen del país. Podrían tener también la brillante idea de comprometer el crudo de ese campo en una gigante venta anticipada de petróleo, como han hecho con China en ocasiones anteriores. Con un modelo que necesita unos 10 000 millones al año solo para pagar sueldos de burocracia, ¿cómo van a garantizar que el dinero de una eventual venta anticipada no se emplee más que para que toda esa masa burocrática mantenga su capacidad de consumo?

Todas estas mentiras o medias verdades deberían ser motivo suficiente para exigirle al gobierno que no toque el ITT, ya que no existe manera de saber que todo lo que te dice, es verdad (se explotará el 1%, se usará la mejor tecnología, etc). Sin embargo, el hecho de que sean unos mentirosos no es la razón principal para no explotarlo.

3.- Prácticamente hemos devorado la selva. Hace mucho que dejamos de ser país amazónico para ser país de reservas amazónicas. ¿Que no? Este es el mapa del oriente ecuatoriano dividido en campos petroleros:

Campos petroleros en Ecuador. Algunas licitaciones de la gráfica no están actualizadas

Los bloques al sur del PNY aún no han sido explotados, pero son parte de la décima ronda petrolera que inició y se licitará a los chinos.

En naranja, al sur del Yasuní, los bloques de la décima ronda petrolera

Eso nos deja únicamente con dos reservas amazónicas: Cuyabeno y la mitad del Yasuní (cuya única parte no intervenida por petróleo es la zona intangible, al sur). ¿No te parece lógico conservar las poquísimas reservas amazónicas que quedan? Salvo que el dinero sea tu único interés, preservar lo poco que queda del Yasuní y el Cuyabeno es cuestión de sentido común, no una novelería de ecologistas infantiles como llama el poder a quienes se interesan e indignan por este tema.

4.- Detener el genocidio en el Parque Nacional Yasuní. Como si no fuera suficiente la riqueza de flora y fauna, acá estamos hablando de salvar vidas humanas. Punto. Salvar vidas humanas. Con la explotación del ITT y la décima ronda petrolera en curso, estos son los nuevos límites de los taromenani: al Oeste bloques Armadillo y 14. Al Norte bloques 17 y 31 (Andes y Petroamazonas). Al nor-Este ITT (Petroamazonas), al Este, bloques petroleros peruanos y al Sur, China.

Esta presión sobre territorio taromenani, es la causa principal de toda la violencia que se ha generado hasta hoy y que compromete directamente su supervivencia. Aumentar la presión en la zona, solo hace más dramáticas las circunstancias que provocan su exterminio.

Correa ha dicho ya que la última masacre ocurrida en Abril pasado nada tiene que ver con el petróleo. Lo que no te dice, es que ocurrió en la vía Maxus, en el bloque 16, a pocos metros de una cuadrilla de trabajadores petroleros. En esa zona, todo tiene relación directa o indirecta con el petróleo. Varios expertos como Miguel Angel Cabodevilla o Milagros Aguirre se han cansado de explicarlo. Acá un documental que filmé en 2006 y resume esa problemática:

Como si no fuera suficiente, la propia constitución prohíbe la explotación en territorio de pueblos no contactados:

Art. 57.-
“Los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada todo tipo de actividad extractiva. El Estado adoptará medidas para garantizar sus vidas, hacer respetar su autodeterminación y voluntad de permanecer en aislamiento, y precautelar la observancia de sus derechos. La violación de estos derechos constituirá delito de etnocidio, que será tipificado por la ley. El Estado garantizará la aplicación de estos derechos colectivos sin discriminación alguna, en condiciones de igualdad y equidad entre mujeres y hombres”

Es fácil probar científicamente que los pueblos no contactados están dispersos por el PNY (dentro y fuera de la zona intangible) en al menos 4 grupos, que son nómadas y que se mueven en zonas cercanas o dentro de todos los bloques petroleros del parque (e incluso fuera del mismo, como es el caso del bloque Armadillo). Esto, el gobierno lo sabe. De acuerdo a su propia constitución, se está cometiendo el delito de etnocidio.

Hoy, el gobierno de Correa y toda su maquinaria de comunicación se esmerarán en contarte otra historia. La historia del “hicimos todo lo posible pero el mundo nos dio la espalda”. La historia de “necesitamos el ITT para hacer más obras”. La historia de “si no aportaste nada no tienes derecho a reclamar, vuelve a tu 4×4”. La historia de “estos son caprichos del ecologismo infantil”. La historia del “confíen en mí, yo nunca les he fallado”. La historia de “esta es la mejor decisión para el Ecuador”. En medio de tanto cinismo, siempre será bueno escuchar a un experto como Miguel Angel Cabodevilla, el principal investigador de pueblos ocultos en Ecuador:

Se vienen semanas de cadenas y noticias en medios públicos que ocultarán el hecho de que te mintieron y, lo más grave, han dado un paso significativo para consolidar el genocidio de los Taromenani en el Parque Nacional Yasuní.

¿Lo vas a permitir?