El gusto de trabajar

Esta es una lista no exhaustiva de cosas que he disfrutado en algunos de mis trabajos. Una plaza es más que el cargo que te dan. Son las personas que conoces, las experiencias que atesoras y las destrezas que te enseñan.

Asistente de investigación UTE-HPAS

Este proyecto de investigación fue financiado por mi universidad. Mi profesor de microbiología me escogió para trabajar como ayudante en el laboratorio de microbiología del Hospital Pablo Arturo Suárez. Disfruté mucho hacer cultivos celulares, tener que usar mandil, aprender a elaborar los caldos de cultivo y, en general, todo el trabajo práctico. Tenía otros dos compañeros practicantes con quienes hice buena amistad. Durante las vacaciones, mi práctica semanal se hizo diaria y el trabajo un poco más intenso. Me familiaricé con el sistema del hospital y estaba orgulloso de lo rápido que ingresaba datos ahí. Esto es algo que usualmente se ha repetido en mis otros trabajos. Este trabajo pagó mi pasaje a Nuevo México.

Intercambio en la Universidad de Nuevo México

Dos cosas:

  1. El curso de supervivencia en el desierto: Ante la mirada incrédula de los locales, comí una hormiga sin chistar. Aprendí a hacer fuego, a obtener agua, a usar la tierra a mi favor y a protegerme del viento. Aang hubiera estado orgulloso.
  2. El sistema informático del hospital de la UNM: Estúpidos y sexys programas informáticos. Fue la primera vez que vi un sistema integrado de información y atención al paciente. UNM aplicaba la historia clínica electrónica en tiempos de Nokia; los exámenes radiológicos y de laboratorio se agregaban automáticamente al registro y las instrucciones a la estación de enfermería también se escribían ahí. En el alta, se proveía una hoja informativa al paciente con base en los diagnósticos al alta (eso por nombrar algunos ejemplos destacados). La otra maravilla fue poder acceder a UpToDate, evidencia a la carta.

Coordinación del MZ

Aunque es un capítulo cerrado en mi vida, esta posición pro-bono me permitió trabajar por primera vez en equipos internacionales y en comunidades. Administrar grupos de voluntarios es extremadamente difícil y uno debe aprender a mantener el equilibrio entre brindar motivación y exigir resultados.

Lo que más me gustó fue empezar desde abajo e ir escalando hasta posiciones de más alcance. Aprendí de todo: montar un sitio web; subtitulado y traducción; edición de videos; manejo de joomla, wordpress y drupal; organización de eventos; hacer de community manager en páginas con miles de «me gusta» y la coordinación de equipos. También me tocó aprender a hablar en inglés luego de «saber, en teoría».

Gemas que me llevo: haber llenado un par de veces el cafelibro, hacerme pana de los músicos de descomunal, conocer gente de todo el país, mantener un programa semanal de radio, distribuir una película en cines de cuatro ciudades, salir del utopismo tecnológico y nuestro evento en el CAC.

Externado & Internado

  • Los turnos de la emergencia. Me encantaba suturar y coser.
  • Mi primera cirugía; asistiendo a la colocación de una malla en una hernia inguinal.
  • Las personas e historias que uno conoce y hace en el hospital. Gente con quien uno termina llevándose toda la vida porque compartes días y noches; las conversaciones en los estacionamientos; los cafecitos de la una de la madrugada. Es un hermoso lugar para hacer más que amigos.
  • Ver un pulmón sin que te estorben las costillas.
  • Tocar un cerebro.
  • Mi Carlita, que en paz descanse.

Pre-rural en Zumbahua

Visitar los hogares indígenas, caminar por tierras indígenas, vivir la cultura indígena. Lo hermoso de la medicina comunitaria fue visitar chozas que la gente ve en museos (aunque mal reproducidas). Comer la cebada, aceptar con vergüenza un huevo (porque es algo muy valioso para ellos), comprar las colaciones más caras en las escuelitas de la zona. Caminar por dos horas para visitar a los niños pacientes. Y que una niñita te tenga pena porque sólo tienes un animal. Envidiar su patio trasero.

Medicatura rural en Nayón

Fue demasiado corta como para cogerle gusto pero lo bonito, creo yo, fue el lugar de trabajo. Estar en poblado tranquilo con un hermoso parque central.

Traductor

He traducido muchas, muchísimas cosas  (incluso un libro) y, en algún punto, también alguien decidió pagarme por eso. Pero creo que lo que más me encanta de ese trabajo es descubrir usos ocultos de las palabras y las sutilezas de los distintos idiomas que me han tocado (italiano, inglés y español). Traducir también es aprender lo mal que uno lee la primera vez y tener la oportunidad de aprender de todo. Es un bello, bellísimo oficio.

Coordinacion de FLOK

Este fue mi tercer cisma profesional luego de (1) escoger el bachillerato en ciencias sociales (era bueno para matemática y física); y (2) escoger medicina siendo bachiller en ciencias sociales.

FLOK, un proyecto para generar política pública desde la academia, me sacó de mi zona de confort al introducirme en investigación cualitativa y participativa. Creo que mi parte favorita fue relacionarme directamente con actores del gobierno nacional (de ministros para abajo) y conspirar para bien. Sería ingenuo decir que lo que ahí se hizo estableció algo de la política nacional, pero lo que sí es cierto es que introdujo ideas e inició conversaciones en el sector público sobre temas de propiedad intelectual.

Disfruté enormemente trabajar en un equipo con investigadores extranjeros y entablar diálogos en otro idioma. Creo que hubo un aprendizaje mutuo con el equipo de investigación y, de hecho, haberlos conocido motivó a que yo aplique a un posgrado en el extranjero.

Otra cosa que sucedió en FLOK fue la integración del proyecto con gente del mundo hacker. Conocí en persona a dos de los cuatro autores de «Cypherpunks» y fui intérprete de un tercero en videoconferencia. Gracias a estas circunstancias, mi vida dio un giro cuando me vi envuelto en una protesta contra el código orgánico penal y terminé hablando en un cuarto lleno de asambleístas. En poco tiempo me convertí en un rostro visible del conocimiento y software «libre» pero eso ya es otra historia.

SENESCYT

Mi último aporte en FLOK fue mi primera tarea en SENESCYT: una wiki que permita la construcción participativa de la ley. Enseñar a la gente (desde el ministro hasta estudiantes) a usar mediawiki se sintió como un verdadero logro.

Al contrario de lo que la mayoría podría pensar, la subsecretaría de investigación me dio bastante independencia para apoyar iniciativas de la sociedad civil (evidentemente alineadas a los objetivos de la política pública). Así, pude escribir el primer whitepaper sobre la gobernanza de internet en Ecuador y organizar el congreso de dominio público y bibliotecología.

Fue bonito aprender cómo opera el poder desde adentro (aunque no siempre estuviera de acuerdo con lo que terminaba sucediendo). Conocí gente capaz, comprometida y personas que, hasta el día de hoy, admiro un montón. En ese ministerio, muchos puestos de liderazgo estaban en manos de mujeres y las jefas que me tocaron eran muy buenas en lo que hacían.

Asistente de investigación en el Instituto Liu:

Cuando empecé a trabajar en Liu, en UBC, la situación era la siguiente: Mis jefes habían ganado un grant para «promover el diálogo sobre temas de política global» pero no habían desarrollado una propuesta de investigación concreta. A pesar de que este es el peor lugar para empezar algo, también es lo contrario. Me encantó tener que sustentar más de una propuesta concreta de trabajo que funcionara tanto desde el punto de vista académico como periodístico. Aunque mi primera opción fue descartada—trabajar sobre los vacíos legales de los sistemas de inteligencia a escala global—, vi como otra de mis propuestas tomó forma y se convirtió en una serie de artículos web.

Otra ventaja de este trabajo es que era una posición remota que me permitía ir a mi ritmo. Finalmente, el contacto con expertos de alto perfil de campos muy opuestos me cautivó bastante. Entrevistamos a especialistas en seguridad digital y al mismísimo Phineas Fisher. Finalmente, mi jefe me pidió que boceteara algunas ideas para ilustrar los artículos. No tomaron en cuenta ninguna pero fue la primera vez que me pagaron para dibujar.

Consultor de Freedom House

La primera gran sorpresa es que me hagan una oferta de trabajo sin haber tenido que buscarla. Nunca resolví el misterio sobre cómo dieron conmigo pero me dejó la satisfacción de que el trabajo bien hecho puede ser reconocido aún sin que uno sepa cómo. Me gustó aprender sobre la metodología que se usa en el reporte sobre libertad de la red, y cómo este permite hacer investigación comparada a nivel internacional. El trabajar con una editora también es un plus. Uno aprende a escribir el día en que un editor re-escribe contigo. Y, aunque ya había tenido esa experiencia con mis artículos de GK.city, aprendí más trabajando mis textos en otra lengua.

Docente-investigador en la UTE

Bienvenidos al cuarto cisma de mi vida, cuando volví a trabajar en la facultad de ciencias de la salud luego de obtener una maestría en política pública y relaciones internacionales. Esto sucedió porque tuve una oferta directa de mi antiguo decano (ahora rector) de trabajar en la universidad. Sin embargo, fue una sorpresa que quisiera emplearme en el lugar donde me había graduado.

Reintegrarme a la facultad fue difícil pero encontré un escape a ese proceso trabajando en mejorar el sistema de investigación universitario. Lideré el proceso de migración de 3 de las 4 revistas científicas de la institución a OJS (el estándar internacional) y, junto con la directora editorial, conseguimos que la universidad empiece a utilizar CrossRef en todas las revistas. Con el apoyo de la biblioteca, subimos todos y cada uno de los números antiguos al nuevo sistema y publicamos un nuevo número 100% en una plataforma digital.

Otra cosa que me gustó fue integrar a la Universidad al consorcio REDCap, esto como resultado de una capacitación en línea sobre manejo de datos clínicos de investigación. Gracias a este curso, me familiaricé con el sistema y el rector apoyó la decisión de que sea instalado para todos los investigadores de la Universidad. Lamentablemente, todavía no existe material de entrenamiento en español y la diseminación se complicó por eso. Pero eso me permitió recordar mucho sobre los estándares de datos en investigación y la construcción de encuestas. Además conduje mi primera investigación «masiva» con formularios en línea, logrando más de 400 respuestas.

Por supuesto, di clases. Inaugurarse como profesor es extraño pero ser facilitador lo es más. Juega mucho la motivación de los estudiantes porque si no vienen estudiando, no hay cómo hacer clase. No les voy a mentir, dar clases no estaba en el top 5 de mis actividades favoritas pero disfruto leer lo que mis estudiantes escribían en sus evaluaciones de mi desempeño.

Mucho de mi trabajo en la UTE consistió en la escritura de artículos científicos (y casi todos en inglés). Debido a esto, seguí un curso en línea de Stanford sobre escritura de manuscritos. No saben cómo disfruté eso y qué necesario es para escribir en cualquier idioma. Realmente se los recomiendo. Escribir, escribir, escribir; de las cosas más bonitas que tocó hacer. Monté un pequeño curso sobre el tema y, aunque solo tuve dos estudiantes, creo que me fue bien en el tema. El próximo mes se publicarán, al menos, dos cosas que escribí.

Otras

Es difícil reportar sobre otras cosas que he hecho fuera de una posición específica. He realizado un fuerte trabajo de incidencia política («advocacy», en inglés) y esto me ha permitido escribir en medios nacionales e internacionales, reunirme nuevamente con asambleístas, viajar a otras partes del mundo y colaborar en publicaciones de organizaciones de sociedad civil. A veces con mi nombre, a veces anonimamente. Mi penúltimo mensaje va de la mano con esto: si algo les despierta su interés cívico, háganlo, aunque no pague en divisas. Hace poco casi me gano una beca a un simposio por ser buen tuitero, uno nunca sabe qué tipo de reconocimiento recibirá por hacer trabajo voluntario significativo.

El mensaje final: los cismas no acaban con tu carrera sino que diversifican tus oportunidades. Si sientes que tu vida profesional se parte en dos, tal vez estás haciendo mitosis laboral. Sólo asegúrate de ser un profesional completo en ambos campos.

Curiosidades sobre el trabajo

Perder tiempo en el trabajo

La gente con título universitario de posgrado tienden a desperdiciar más tiempo en el trabajo con relación a aquellos sin título (Esto se puede deber a falta de supervisión, ya que usualmente quienes tienen título ocupan posiciones más altas).

Estas son las principales formas de perder el tiempo:

  • 48%: Usando internet
  • 33%: Socializando con tus compañeros de trabajo
  • 30%: Asuntos personales
  • 19%: Haciendo llamadas telefónicas personales
  • 15%: Tomando descansos prolongados

Es más factible que desperdicies tiempo en el trabajo mientras más joven eres.

Felicidad en el trabajo

Los empleados disfrutamos más con:

  1. Concursos
  2. reuniones divertidas
  3. flexibilidad
  4. una política de puertas abiertas (ser escuchados)
  5. menos chismes
  6. menos hostigamiento y más resolución conjunta de problemas

Duración de la jornada laboral

La actual semana laboral en Ecuador es de 40 horas pero según un informe del 2010 de la New Economics Foundation:

“una semana laboral  de 21 horas podría ayudar a abordar una serie de problemas urgentes e interrelacionados: exceso de trabajo, desempleo, consumo excesivo, altas emisiones de carbono, bajo bienestar, desigualdades consolidadas, así como la falta de tiempo para vivir de una forma sostenible, preocuparse por los demás, y simplemente disfrutar de la vida.”

¿Qué tan cerca estamos? No mucho. Los dos países que mejor posicionados están son Francia (30 horas/semana) y Holanda (28 horas/semana).

Empleo, productividad e ingresos

Existe una relación inversa entre producción y empleo en los países desarrollados, debido principalmente a la automatización de procesos.

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Esto ha significado que en las empresas haya menos personal contratado, se venda más y que haya más dinero, el problema es que ese dinero va principalmente a los dueños de las empresas y a los principales directivos, generando entonces:

  • DESEMPLEO
  • DESIGUALDAD ECONÓMICA

Es por esta razón que Suiza estudia si ofrecerá un sueldo mínimo (equivalente a 2800 dólares estadounidenses) a todos sus ciudadanos, con o sin trabajo.

Género y empleo en Ecuador

Este es quizá uno de los datos más impactantes sobre nuestra realidad. El ecuatoriano promedio dedica un 29% de su tiempo a trabajar, ya sea remuneradamente o no.  Pero la diferencia en cuanto a género es esta:

Trabajo pagado
(horas/semana)
Trabajo SIN PAGA
(horas/semana)
Hombres 33 11,3
Mujeres 17,6 36

Esclavitud del siglo XXI

«La esclavitud física requiere que las personas sean alojadas y alimentadas. La esclavitud económica requiere que las personas busquen su propio techo y alimento».

Peter Joseph

El día de ayer en una conversación muy profunda, de esas que uno debería tener todos los días para descansar en paz, mencionaba yo lo difícil que es para mí comunicarme con las personas sobre ciertos temas y cuán frustrante me resulta que ideas que me parecen completamente irracionales tengan tanta cobertura en prensa.

Hablaba, entre otras cosas, de la gente que defiende el crecimiento económico como camino a la sostenibilidad. Voy a traducir eso a palabras sencillas: gente que defiende que debemos explotar cada vez más los recursos limitados que tenemos y venderlos a paso más acelerado como una manera de asegurar la supervivencia de la especie y el entorno que la mantiene. Este discurso se oirá repetido en cada radio, periódico y canal de televisión al que ustedes frecuenten. Aparentemente debemos reunir todos los recursos naturales explotables, venderlos al mejor precio lo más rápido que podamos y finalmente con mucho dinero, tratar de buscarnos un futuro en medio de un planeta desierto.

Hablamos de tener hijos y de lo difícil que resulta llevar una paternidad y maternidad responsables en los tiempos actuales, uno puede invertir mucho tiempo en ganar dinero para conseguirles recursos o en darles mucho apoyo y cercanía sin lograr reunir una cantidad adecuada de dinero para su crecimiento. Claro habrá la gente que quiere ver el vaso medio lleno pero ¿a quién engañamos? Por supuesto que las cosas podrían ser mejor. Si, por ejemplo, no tuviéramos que trabajar.

¡Justo ahí! Ves, es uno de los puntos donde yo no logro entender a la mayoría de la gente, seguro pensaste que estoy loco. TRABAJAR es bueno, y necesario, de lo contrario (1) no podrías obtener los recursos para tu familia y (2) las cosas no se moverían, si nadie hiciera nada pues todos iríamos a la ruina.

No todos debemos trabajar, ya no hace falta, la maquinaria científica ha crecido muchísimo en los últimos años y ahora producimos mucho más que antes, lo suficiente para alimentar, vestir y alojar a toda la población adecuadamente, más bien vivimos un problema de distribución de recursos, esto es cierto para una ciudad como Quito, para todo el país de Ecuador y especialmente para todo el planeta.

Esa ciencia se ha dejado ver en principalmente dos formas:

  • Software que puede realizar tareas que antes consumían muchos recursos, como por ejemplo la entrega de correos.
  • Maquinaria o hardware que realiza las tareas monótonas y repetitivas que nosotros hacíamos.

Si no conoces acerca de cómo la innovación tecnológica desplaza el empleo, puedes leer un poco más acerca de ello en desempleo tecnológico. Una buena aplicación de la ciencia nos dejaría con mucho más tiempo libre, con lo cual podríamos al menos reducir nuestra jornada laboral. Esto conjuntamente con todo el BOOM de la autoformación que se ha dado actualmente, podría llenarnos de destrezas para resolver problemas y mejorar procesos, que es precisamente lo que necesita una sociedad que avanza hacia una sostenibilidad auténtica y desinhibida. La gente con tiempo libre finalmente podría pasar con sus hijos, involucrarse en el recreamiento de la polis. Y en lugar de temer a la tecnología, podríamos tratar de siquiera seguirle el paso.

Con el advenimiento de la economía actual y ese «Derecho al Trabajo» declarado por la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, hemos legalizado la esclavitud moderna. Y sí, lo digo de esa forma porque eso es, timbrar la hora de entrada y de salida, que nos digan a qué hora podemos comer y a qué hora no, si nos es permitido ir al baño, que ropa vestir… Cuándo podemos dejar de trabajar y cuándo no. En tiempos de esclavitud, alguien que hablaba de libertad era visto con los mismos malos ojos que critican a aquellos que no queremos trabajar.


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Soy una persona culturalmente huraña, pienso que no es necesario obligar a la gente a trabajar quitándole la comida de la boca y aunque es cierto que la gran mayoría acude a su trabajo obligado, esto se debe en gran parte a que no tenemos un sueño compartido al cual aspirar, un horizonte para compartir. Nos chantajeamos porque de mala gana estamos yendo conjuntamente camino a la soledad y el abismo.

Todo el mundo ha escuchado esa frase de Gandhi que dice ‘no hay camino hacia la paz, la paz es el camino’, pero casi nadie sabe que la paz viene de poder contribuir con lo mejor que tenemos, con todo lo que somos; para crear un ambiente que brinde soporte a todos, y es además asegurar un espacio para que otros contribuyan, con lo mejor que tienen, con todo lo que son.