Sé el cambio que quieres ver en el mundo

El mundo vs “Zeitgeist”

El mundo es esta realidad en la que vivimos, la tierra que pisamos, las personas que nos rodean, y aunque a primera vista, y si te preguntan ¿qué es el mundo? Te sería bastante fácil responder, la verdad es que es muy difícil encontrar hoy en día a personas que realmente se hayan dedicado a entender el universo en el que habitamos a profundidad.

Hasta cierto punto, siendo humanos es comprensible, no tenemos ojos en la nuca, siempre estamos algo sesgados y para permitir nuestro desarrollo y evolución, nuestro cerebro ha desarrollado eso que los científicos denominan plasticidad neuronal, en otras palabras siempre nos olvidamos de algo para dar espacio a cosas nuevas, sean estas más urgentes (que requieren atención rápido) o más importantes (que requieren mucha atención).

Entonces lo que nosotros experimentamos como sociedad no es realmente el mundo sino el “Zeitgeist”, que en palabras sencillas, es nuestra propia manera de ver las cosas. La forma en que percibimos al mundo en base a nuestros conocimientos, prejuicios, preocupaciones, deseos y demás.

Yo, junto con otros millones de personas alrededor del mundo, trabajamos para convertir ese “ vs ” de allá arriba en un “ = ”, no tenemos otra intención que esa y nuestra única ganancia y motivación es ver que el mundo se transforme en un mejor lugar producto de ello. Enfocándonos básicamente en dos puntos:

1.- La manera en que administramos los recursos de nuestro hogar, la tierra y

2.- El efecto que dicha gestión tiene sobre el comportamiento humano, dicho comportamiento claro está se expresa en forma de nuestra dinámica social, nuestra relación con el medio ambiente y nuestra vivencia personal.

La administración de los recursos

Para dar un valor real a los recursos, quiero que por un momento regreses al vientre materno, salgas al espacio o te pierdas en una isla. Es decir, que vayas a un lugar desde donde puedas darte cuenta de qué es aquello que realmente necesitas (y por tanto tiene un valor inherente): afecto, comida, abrigo, agua, aire, atención en salud, estímulo y desarrollo intelectual. Nada de esto implica PIB, préstamos, sueldos, cheques ni tarjetas de crédito. Esa es la magia del útero, de la isla y del espacio.

Sin embargo esa magia se desvanece cuando existen otros intereses en juego, otras personas que comparten las mismas necesidades y que cuentan no con recursos adicionales, sino con exactamente los mismos.

Existen miles de formas de afrontar este problema, pero solo existe UNA forma más eficiente de hacerlo, que consuma el mínimo de energía/recursos y brinde el máximo de resultados positivos. Esa ideología se repite mucho en el sistema actual donde se maximiza la producción y el consumo para dar paso a la economía de mercado donde todos compiten y “mueven” a la economía. Nadie puede negar el progreso que se ha tenido en los siglos XIX & XX, pero existe un problema fundamental respecto a esta filosofía de maximizar la eficiencia que no se consideró en ese entonces y que ahora nos trae problemas: el tiempo.

No importa cuanto queramos defender al actual sistema socio-económico (llámese capitalismo, libre mercado, sistema de libre empresa) la verdad es que una consecuencia natural del mismo es consumir la mayor cantidad de recursos en el menor tiempo posible, trayendo enormes beneficios a corto plazo, pero daños irreparables a largo plazo. Y es aquí cuando  nuestra aspiración hacia eternidad junto con nuestro instinto de conservación se estremecen.

Para hacer una historia larga corta, basta reconstruir esa premisa: hay que crear un sistema de gestión de recursos que consuma el mínimo de energía/recursos y brinde el máximo de resultados positivos en el largo plazo. Entonces al principio de eficacia, le hemos añadido el principio de sostenibilidad (algo que pueda permanecer en el tiempo, ser eterno). Voy a apelar aquí a su humanismo para incluir en esta nueva premisa el principio de igualdad, es decir que TODOS merecemos lo mejor (eficacia) para toda la vida (sostenibilidad).

¿Cómo hacerlo? Con la mejor evidencia posible. Aplicando el método científico con un interés social y ambiental bajo la premisa que acabo de describir. ¿Con qué objeto? El de crear abundancia.

Abundancia

El hecho es que nuestros recursos pueden ser tan abundantes como nos lo permita la ciencia o -en la actualidad- tan escasos como decida el mercado. Es nuestra decisión el aplicar la tecnología para acabar con el hambre, la pobreza, la guerra, el crimen y la depresión mediante la creación de abundancia. Si las cosas sobran, nadie se enoja.

Hay que recalcar que dentro de esta abundancia que menciono, no existirá despilfarro, puesto que no hemos perdido la perspectiva sobre cuan importante es la eficacia y la sostenibilidad. Transformar toda nuestra infraestructura tomaría unos cuantos años, pero ciertamente valdría la pena hacerlo.

En un ambiente donde no existe la escasez y se genera igualdad de oportunidades, la salud pública, creatividad, educación, y felicidad se disparan también.

Duelo

Lo que digo no es ningún secreto, pero no se habla de ello lo suficiente, y por eso usualmente genera varias reacciones comunes. Similares a cuando a uno le dicen que se va a morir, porque el Zeitgeist que mencioné al inicio, nuestra forma de percibir el mundo, es parte de nuestra identidad, y sentimos que eso está desapareciendo caemos en las cuatro fases típicas del duelo:

  • Negación

  • Ira

  • Negociación

  • Depresión

  • Aceptación

He conocido gente en cada una de estas etapas y es normal que atravesemos cada una de ellas, es más, es saludable desde cierto punto de vista. Y al igual que en el duelo, es preocupante si alguien se queda atorado en una de estas etapas.

Dar la mala noticia

Gran parte de la sociedad no se ha enterado que estamos agonizando, no es consciente del desastre ambiental que implica perder 200 especies cada día, o de matar sistemáticamente a 34.000 niños por el simple hecho de no alimentarlos y darles una salud apropiada cuando bien podríamos. No se da cuenta que hemos agotado los recursos en varias partes del mundo y que si seguimos como estamos, para el 2050 necesitaremos de dos planetas Tierra.

Esa gente necesita ser educada y concienciada acerca de su condición, tal cual se hace con un enfermo terminal, y de la misma manera que un médico responsable, debemos mantener una comunicación empática con ese paciente (la sociedad entera) para conseguir el máximo de colaboración en aras de aplicar un tratamiento que SÍ puede curarlo. ¿A cuántas personas conoces que sean conscientes de la catástrofe que estamos viviendo como sociedad y como planeta? No son muchas y es nuestro deber moral el hacer que esa minoría crezca, entendiendo que muchos pasarán por las fases de negación arriba mencionadas, y de cuan importante es llevarlos hasta la etapa de aceptación no solo del problema que enfrentamos sino de la verdadera solución que tenemos a mano, como ya dije enfoques hay muchos, pero solo uno es el mejor: el más eficiente, el sostenible, el que brinda una oportunidad a todos.

Sé el cambio que quieres ver en el mundo

Volvamos a nuestro enfoque -pero enfocándolo dentro de nuestra terapia social- sobre aquello que consume el mínimo de esfuerzo y consigue el máximo efecto a largo plazo para todos…

Un equipo de científicos ha descubierto que cuando el 10% de una población sostiene una creencia inquebrantable, ésta llega siempre a ser adoptada por la mayoría de la sociedad. Si los convencidos sólo consiguen influir en las personas cercanas, esto no produce ningún cambio a gran escala en el sistema. Pero si los agentes de cambio empiezan a convencer a más y más gente, la situación comienza a cambiar. Los individuos pasan a cuestionar sus propias ideas y después adoptan completamente las nuevas perspectivas, para seguir expandiéndolas.

Hay cuatro lecciones básicas aquí:

  1. Tomar esta idea (aplicar el método científico con un interés humano y ambiental buscando la máxima eficacia y sostenibilidad para todos) y aprender lo máximo sobre ella para que se torne inquebrantable.

  2. Compartir esta idea con otros y acompañarlos en el proceso de comprensión.

  3. Contagiar la necesidad real de transmitir esta idea.

  4. Ver al mundo convertirse en un mejor lugar gracias a tu trabajo.

Cosas lindas para hacer todos los días

Bueno hace tiempo empecé una lista de «cosas por hacer» pero me di cuenta que hay muchas cosas que no tienen cabida en la lista porque tendría que escribirlas una y otra vez después de haberlas hecho. Son cosas que uno puede hacer todos los días y aquí uno de los ejemplos, espero actualizar esto continuamente:

  1. Dar un regalo (no importa lo sencillo que sea)
  2.  Dar trampolines en el césped
  3. Ir de paseo a tus lugares favoritos [Algo como La Ronda]
  4. Ir a un parque cercano y caminar una hora
  5. Visitar a un amigo, primo o conocido
  6. Cantar una canción
  7. Hacer un nuevo amigo/amiga
  8. Añadir un nuevo libro a tu «lista de libros» por leer.
  9. Preparar comida para alguien más
  10. Disfrutar de un momento de paz y silencio (¡Apaga todo!)
  11. Escribir un micro-cuento
  12. Invitar a alguien a lanzar aros, ir en bicicleta, etc.
  13. Organizar un paseo
  14. Ver una conferencia de TED
  15. Leer un libro de los añadidos en la lista arriba mencionada
  16. Escoge una de tus imágenes favoritas y hazla imprimir en una camiseta
  17. Escribe algo nuevo en tu lista de «cosas por hacer antes que morir»
  18. Arreglar tu cuarto
  19. Aprende a tocar una nueva canción (bueno y sino sabes tocar ningún instrumento, aprende a usar uno).
  20. ¡Contactarme cuando tengas una buena idea para añadir a esta lista!

Tengo tanto que escuchar…

Hoy me senté frente a la computadora interactuando con esto que ha tomado por nombre web 2.0, la transmisión de datos en tiempo real desde miles de lugares alrededor del mundo, y que en este caso en particular tomaron la forma blanquiazul llamada facebook.

Pepe ha indicado que «le gusta» tu publicación, Juana ha dicho que «le gusta» tu foto. ¡Me emociono! Voy al muro de esas personas, seguramente piensan como yo, habrá nueva información, cosas hermosas para compartir, hago clic pronto y me encuentro con que… nada pasa: Videos musicales, situaciones sentimentales, «ñaña te necesito, llámame», «Este es mi nuevo PIN 4QU13LP1N», «farra!» y entre tantas cosas triviales y repetitivas me digo a mí mismo:

Tengo tanto que escuchar…

profesor

Título: Profesor
Dibujante: Andrés Delgado
Contexto: Clases de RMOP | Dr. Gonzalo Sandoval
Año: 2010

Por Que Hago lo Que Hago

Últimamente mucha gente me pregunta que hago con mi vida, yo mismo me lo pregunto a diario y quisiera poder responder de una vez por todas, más que sea para compartir un enlace en lugar de repetir todo de nuevo (y mal).

Quiero cambiar al mundo, es lo único que he tenido claro desde que era pequeño, cuando miraba a la gente adulta comportarse de una forma violenta y distorsionada, no infantil. Veía que los niños eramos mucho más tranquilos y sensatos que la persona promedio, y que un niño mal genio, enojado, «malo» era básicamente una copia de su ambiente. Pero no nacíamos así.

Desde pequeño constantemente me ignoraban por ser pequeño y esa ha sido quizá la carga más difícil que he tenido que llevar en toda mi vida. Miro en retrospectiva y no estaba equivocado, era un perjuicio enorme no tener años que presumir. Hoy eso no aplica más, ni el famoso título del que estoy cerca ni tampoco el criterio de no haber alcanzado nada en la vida. Nunca aplico pero al menos los demás se han quedado sin pretexto.

Como dije quiero cambiar al mundo y ese panorama es ahora profundamente claro para mí. Tenía toda clase de frustraciones en mi cabeza y siempre fue evidente la necesidad de hacer algo, pero una vez que uno encuentra las soluciones, el luchar se vuelve ineludible.

Hoy murieron 24.000 niños de hambre, eso quiere decir que cada 3 segundos un niño muere de hambre. Cuenta despacio 1, 2, 3… otra vez: 1, 2, 3… el hijo de alguien exactamente como tú, ha pasado hambre por al menos una semana, su estómago ardió por dentro, su cuerpo hizo antropofagia, la piel se heló, sus músculos desaparecieron, su cerebro se tornó ansioso, confuso, desesperado, perdido, apenas puede respirar y finalmente muere en una agonía continua.

Cada día desaparecen 200 especies que jamás volveremos a ver, de las cuales ya no podremos aprender, se consumirá parte del único hogar que tenemos, haciendo nuestra casa cada vez más pequeña, continuará la guerra y alguien verá regresar a su esposo o esposa en retazos sobre una camilla. ¿Por qué no habría de querer cambiar al mundo?

Cada día escucho a la gente lamentarse por una vida vacía y sin sentido, y cada vez que pregunto siempre hay un sueño que no se realizó, generalmente altruista, sino de desarrollo personal, esa curiosidad innata que nos forzamos a ignorar.

Por eso hago lo que hago, no sólo porque conozco del problema y porque mi empatía no me permite ignorarlo, sino porque sé de la solución, del impacto de su aplicación, de lo irrelevantes que resultan las trabas que existen actualmente. Yo no soy romántico, no quiero un mundo mejor para mis hijos… Quiero un mundo mejor para mi familia, para la persona que está en el cuarto contiguo, para el ser que recoge comida de tu basura aún cuando no lo sepas, por los que se mueren de hambre, por los que piensan que están solos en esta lucha. Tú eres mi familia.

Hago lo que hago no porque sea fácil sino porque vale la pena, porque solo una comprensión profunda de nuestros problemas, de las soluciones y de la forma en que funcionan las personas solas y en conjunto nos llevará hacia un mejor lugar en el futuro. Educo no por necesidad sino por solidaridad,  porque una familia con miembros en discordia siempre es incompleta ¿Quién no lo ha vivido?

Quiero volver a casa, a dormir tranquilo, acompañado, sin problemas en la cabeza, con la seguridad de que recibo toda la ayuda posible, sin dudar un segundo que la gente que me cuida está pendiente de mí, anhelo volver a tener algo nuevo que aprender siempre, satisfacer mi curiosidad y finalmente, anhelo descansar sabiendo que todos compartimos conscientemente la misma sensación.

¿Me echas una mano?