La fiesta
¿Les ha pasado que se encuentran observando la hermosa arquitectura interior de una casa por el simple hecho de que están realmente aburridos? Así estaba yo en la fiesta de gala ofrecida por el viceministro con ocasión de la firma de un convenio suscrito en días recientes. El techo barnizado hacía juego con las lámparas de bronce, un techo alto y en capas. Las paredes eran blancas y les tocaba cuadros en proporción 1:1. Los marcos amplios, las escenas eran personas en una amena charla, usualmente sonreían, tenían vino en la mano y una mujer en el centro. ¿Así eran? Sólo recuerdo ese cuadro, era cautivador… el vestido blanco movido por el viento, el sombrero. Delante del óleo se ubicaban figuras con una elegancia menos vívida, más ceremoniosa, trajes de terno y vestidos oscuros. Tacos y zapatos de suela.
Curioso como todos parecen perfectamente cómodos con la ocasión aunque la mayoría te dice discretamente que odia este tipo de reuniones. En una esquina, junto al vicepresidente y sus primos se encuentra el germano-ecuatoriano, con barba tipo candado, gel en el cabello, y una copa de champagne en la mano. Me molesta verlo, a Rafael también, le dice «el Greenwald malo», los abogados pueden llegar a ser terribles, lo peor es que su curriculum enamora. No me quiero hacer mala sangre, sé que debe tener buenas intenciones, cuantas veces me he equivocado vehementemente.
En casa
Repaso los hechos del día, giro un poco la llave para dejar que el agua helada caiga sobre mí. El dolor de espalda me mata, la tristeza me mata, menudo suspiro. Tomo la toalla e intento sacudirme esas preocupaciones que no parecen agarrarse a ninguna idea en concreto, enciendo un cigarro.
Las preferencias arancelarias representan una gran oportunidad para…
¿Será que se lo cree? O escribieron otro boletín por la mera obligación casi contractual de pensar lo que todo el mundo. Sigo leyendo el correo:
El impacto que tendrá sobre el empleo la no firma de este acuerdo…
¿Y la firma? ¿Y eso de que Ecuador no puede decidir qué comprar? ¿Competir con el mercado agrícola más subvencionado? ¿Dejar entrar a las semillas diseñadas con lo que sea más monopolio? Repaso la reunión, no soy el único que alteró la geometría de su rostro.
La oficina
El chuchaqui.
Nota aclaratoria: todo es ficticio, menos lo del acuerdo comercial.