El miedo de vigilar a los vigilantes

«Que piensen lo que quieran, pero no pretendía ahogarme.
Pretendía nadar hasta que me hundiera, que no es lo mismo».
Joseph Conrad

Los enemigos de internet fueron hackeadosun artículo mío publicado el 7 de julio de 2015 en Gkillcity.com hablaba de un leak que evidenciaba la vinculación entre la Secretaría Nacional de Inteligencia de Ecuador y Hacking Team, una empresa italiana dedicada a la comercialización inescrupulosa de software espía. Durantes los días anteriores yo ya había estado tuiteando al respecto, pero fue en ese momento, y cito aquí a la prensa ecuatoriana, que «empezó un desmadre». Se abrieron múltiples campos de batalla: la sociedad civil buscaba encontrar una solución razonable al oscurantismo del espionaje, Gkillcity perdió el control de su infraestructura digital y luchaba por, al menos, recuperar el control de su propia casa. Yo, y unos tantos otros, luchábamos contra la paranoia de saber cuáles serían las represalias y cuándo se harían sentir.

Para ese entonces mis relaciones con el Estado (mi empleador) estaban un poco tensas. En casa, papá ya me había dado un “estate quieto”. Él me apoyaba pero empezaba a temer por mí. “Dentro de poco vas a salir del país [con una beca estatal] y no vale que vayas a perder esa oportunidad”. Y me lo decía porque soy necio y creo que uno tiene que convertirse en el héroe de su propia historia, tal cual lo dijo Aaron Swartz. Si bien para ese entonces yo había presentado mi renuncia, mucho de lo que se hace en política toma tiempo y las buenas relaciones son esenciales para proyectos exitosos. Quedaban pendientes tras mi salida, entre ellos cristalizar la primera biblioteca digital nacional. Adicionalmente, tengo muy buenos amigos en el gobierno, gente que de verdad admiro y aprecio; pero que considerarían un encontrón con el poder como una chiquillada o —en casos peores— una traición. No los justifico, pero estar en posiciones diferentes en cierto momento de la vida no me parece suficiente para romper una amistad.

En contra de todo consejo paterno, tal vez sin considerar demasiado a mis amistades y arriesgando el futuro, decidí publicar mi artículo. La historia apenas se estaba popularizando cuando la página web donde se alojaba recibió un ataque DDoS. El ataque de Distributed Denial of Service es, como explica José María León, una sobrecarga de peticiones en el servidor en que está alojado un sitio web. El servidor no puede manejar todas las peticiones y colapsa, como si millones de robots se pararan frente a una puerta diciendo que quieren pasar, pero en realidad lo único que quieren es bloquearla. Rara vez, los intentos de censura funcionan en Internet, todo lo contrario, es muy fácil poner al aire la misma información por otro canal y la gente, ahora con más pica, empieza a buscar ávidamente la información que se quiso desaparecer. Resulta que había una copia de mi artículo alojada en archive.is. Se hizo viral.

Al poco tiempo recibí un mensaje de un desconocido en Twitter: Loco, todo lo que tú dices es verdad, te quiero pasar más información. Dame tu correo”. Horas antes me habían advertido que muchos de mis followers podían ser agentes encubiertos y solamente ese día me empezaron a seguir docenas de nuevas cuentas. Esto podía o no ser cierto, pero en esas ocasiones uno juega siempre con el peor escenario en mente. Fui cauteloso y le pedí a esta persona que me contacte a través de mi página web, «por seguridad usa Tor» le dije y no escribí más.

Finalmente nadie me contactó por ese medio. Al día siguiente —también por twitter—, me llegó una mención: @AndresDelgadoEC dame tu correo hotmail por favor, tengo algo que te va a interesar!”. Clic. @DanielaCastro69 pensaba que yo manejaba @HackedEcuador una cuenta que estaba publicando información sobre el mismo temay se burlaba de Hacked —según ella yo— porque cometía “los mismos errores” de siempre. Le decía “topo”. Yo nunca manejé esa cuenta, tampoco tenía razón para tener una cuenta anónima pues, para ese entonces, yo ya había difundido muchísima información usando mi nombre y apellido. Mis tuits estaban hasta en un periódico de Austria. Tampoco pienso que esa cuenta haya estado haciendo nada ilegal y aún ese siendo el caso, jamás podrían probar su vinculación conmigo, pues era inexistente. Lo que me desconcertó fueron los términos que usaban, como «topo», puesto que es una jerga muy específica y se usa para hablar de seguridad operacional. Esta era, o eso deduje en ese entonces, gente de inteligencia. “Sé reconocer una trampa cuando la veo”, le dije mientras me quedaba claro que alguien, de verdad, quería mi correo.

 

 

 

 

 

Edward Snowden dice que basta retuitearlo una sola vez para constar en la lista de alguien. ¿Será que uno puede salir de esas listas alguna vez en la vida? En esos momentos me di cuenta que mi nombre y apellido estaban siendo escritos en alguna parte, me convertí en un objetivo, un target. En eso me vibra el celular, “¿y esta quién es?”, me preguntó mi hermana, al pie de una captura de pantalla donde “Daniela” insistía: “@SisaArte hola amigui me puedes ayudar con el correo de tu hermano j******7@hotmail.com es algo de la beca de senescyt…besos”. Y ese fue el momento en el que todo la pared que había construido para proteger a mi familia de mi vehemencia se derrumbó en mi delante. Por un pequeño momento tuve mucho más ira que miedo, que frustración. ¿Qué tan bajo puede caer la gente? Le dije a mi ñaña que no era nada. «¿No le contestaste, cierto?» «No, si no le conozco ¿Qué quieres que haga?» «No le pares bola» «¿Quién es esa ve?» «Nadie, no le hagas caso».

Son las tres de la tarde y a mi bandeja de entrada llega el correo electrónico de un remitente anónimo, “chinitri27@outlook.com”:

que tal loquito no se si te acuerdes de mi nos conocimos en el crypto David aprendimos mucho de ustedes, primero felicitandote por las buenas acciones que hacen por la gente, pana de muy buena fuente se que te estan tratando de poner una denuncia por que atribuiste los ataques de ddos contra gkillcity a la senain, mas bien ten cuidado con los tuits q pongas porq estan buscando como joderte la vida pana, y ya sabes que se pueden cojer de cualquier cosa, ten cuidado con lo que publicas bro.

si me entero de algo mas ten por seguro que les comentare, pero por un canal seguro sino con esto que publicaron capaz q ya me estan siguiendo a mi mas.

Adjunto venía un archivo comprimido que contenía un .docx con capturas de dos tuits, el primero era mío comentando sobre el ataque DDoS a gkillcity y el segundo (que ha sido eliminado) con información relativa a los ataques DDoS que se efectuaban en ese momento.

 

 

 

 

 

La hora de envío de los tuits habían sido modificados en la captura para mostrar una inconsistencia entre mi hipótesis que el ataque provenía de Ecuador y algo tendría que ver con la publicación que hicey la evidencia.

Imbécil yo, le creí y es que este no era cualquier correo sino que el mensajero (a) mencionó un nexo que yo podía considerar seguro —las cryptoparty en las que yo había participado— y (b) se agarraba de mis más profundos miedos. Aunque las cabeceras del correo revelaban que el verdadero origen del remitente era un servidor fantasma que intentaba ocultar su identidad, había la posibilidad de que un informante real esté intentando mantener su anonimato. Debí haber pensado sobre esto más de una vez, pero la información que recibí me causó tal shock que sencillamente abrí el archivo. Ese fue un grave error. Al poco tiempo, perdí mi conexión a Internet.

Un investigador de seguridad informática de la Universidad de Toronto me supo decir que tanto el correo como el documento utilizaron un sistema de rastreo llamado readnotify. Readnotify permite detectar la IP del usuario, es decir mi punto de entrada a Internet. Inicialmente yo pensé que tal vez se habían metido a mi computadora o a mi router de internet, pero resulta que el servicio al cliente de NETLIFE desconectó su servicio porque habían recibido un ataque DDoS desde mi IP. Vinieron los técnicos y arreglaron todo, pero cuando días más tarde volví a acceder a esa dirección oculta por curiosidad, me volvieron a interrumpir el servicio. Parece que ese servidor (publico aquí la dirección pero por favor no intenten acceder a ella) desencadenaba uno de estos ataques cuando se enviaba la petición, y parece que el correo que me enviaron hizo eso automáticamente la primera vez que lo abrí y mi navegador desencadenó otro ataque cuando me metí a esa dirección por segunda vez. Las conversaciones con NETLIFE quedaron grabadas y, adicionalmente, me hicieron emitir un informe técnico para reestablecer, por segunda vez, mi servicio.

¿Quién me había enviado ese correo? Tenía poca información y, entre eso, había algo que me asustaba especialmente. Hacking Team usaba mensajes comprimidos. Mi adjunto <Instruccion_Fiscal_23432.rar> era un archivo relativamente pequeño (394 KB) y no había razón alguna para que alguien lo haya puesto en ese formato. El correo donde Hacking Team entrega una carnada a la SENAIN, explica:

El modo protegido de Microsoft Word es una característica de seguridad que abre los documentos provenientes de una localización potencialmente riesgosa, como Internet, en modo lectura únicamente y con contenido activo desactivado y funciona tomando ventaja de una funcionalidad propia del sistema operativo Windows llamada Alternate Data Streams que permite marcar un archivo según su origen.

Cuando se descarga un archivo usando un navegador moderno el archivo se marca como procedentes de Internet y es por eso que Microsoft Office abre utilizando el modo protegido.

Una forma sencilla de solucionar este problema es enviar el documento comprimido como rar. De esta manera el archivo .rar será etiquetado como procedente de Internet, pero el archivo contenido en el rar no tendrá esa etiqueta adjunta.

Cuando leí esto por primera vez se me heló la sangre. Como ya dije anteriormente, en estas ocasiones uno actúa pensando en el peor escenario. Me puse a revisar todas las carpetas de mi computadora donde Hacking Team pudo esconder su Sistema de Control Remoto siguiendo tutoriales publicados en línea el mismo día del incidente. No encontré nada pero eso no evitó que respaldara la información y reinstalara todo desde cero. Después de todo los exploits que usan los buenos hackers son “zero-days”. En otras palabras, como nadie sabe de las fallas de seguridad que usan estos hackers para infiltrar dispositivos, no existe defensa posible a mano porque no ha sido creada.

Si bien es cierto que este mismo método puede ser usada por muchas otras empresas, en ese momento la papa caliente era el escándalo entre la agencia de inteligencia y la empresa italiana y mi cabeza no se permitió sospechar de otra posible fuente. Mi sesgo empeoró cuando, a las cinco y cuarenta de la tarde, recibí un mensaje de whatsapp, el número parece provenir de china pero el texto estaba escrito en italiano:

Hola, soy un [HackingTeam], debería recordarse que el mundo es así de pequeño y que el tuyo (sic) eres como una hormiga si estás en cosas grandes, atención…”.

Asustado como estaba, empecé a escribir a mis contactos, algunos de ellos dentro del gobierno. “Ten cuidado”, me decían. “Si quisieran ya te habrían matado, sólo te están asustando”, me contestaron, como si eso ayudara. Otra persona, consciente de la beca que tenía me preguntó si podía adelantar el vuelo… Esto no pintaba bien, cancelé dos entrevistas en radio, dije que estaba enfermo. Me encerré en mi casa y esperé, con miedo, lo peor.

¿Qué había detrás de estos ataques? Pienso que la intención de silenciarme o desautorizar mi voz, después de todo muchas de las acciones llevadas a cabo no tenían otra intención que evitar que la gente lea las cosas que estaban en línea. Y no veo otra razón para que hayan querido engañar al público diciendo que yo era un espía de la SENAIN. A la larga, parece ser que mi artículo había dado en el clavo:

«Si es que la Secretaría de Inteligencia tercerizaba las operaciones a Hacking Team —en lugar de utilizar un personal capacitado propio para que realice los ataques—, probablemente se den a conocer los nombres de los blancos de la agencia».

A los pocos días, tras escarbar un poco dentro de la base de datos, un desarrollador de Tor publicó sus hallazgos sobre el espionaje sistemático a periodistas, activistas y gremios de trabajadores. Pasaron los días y Rommy Vallejo, Secretario Nacional de Inteligencia, negó que ellos tuvieran un contrato con Hacking Team. El presidente salió a decir que es verdad lo que dijo Vallejo. Los asambleístas quisieron interrogarlo pero él se excusó y tras unas cuantas semanas, los legisladores se enteraron que a Rommy —o a quien lo suceda en el cargo— sólo se lo puede interrogar fuera de récord y tras puertas cerradas. Si alguna pregunta le incomoda, el Secretario de Inteligencia está en la potestad de abstenerse en dar una respuesta y, cereza en el pastel, nada de lo que se diga puede ser revelado fuera de esa habitación.

Yo no sé si todo el acoso del que fui victima provino o no de la Secretaría de Inteligencia, pero cabe preguntarse entonces si el gobierno estaría siquiera en capacidad de dar respuesta a una pregunta de esa índole. No parecen haber procedimientos, que no sean ilegales, que de verdad transparenten al público las acciones del personal de inteligencia. Y el escenario puede ser peor de lo que la ley pinta. Jacob Appelbaum,  periodista para Der Spiegel y colaborador cercano de Wikileaks, declaró en el último Chaos Communication Congress (diciembre, 2015) que durante su visita a Ecuador, la SENAIN le solicitó construir un sistema de vigilancia que les permitiera “eludir la revisión judicial” y espiar, sin reparos, a los jueces y a la clase política (contrario a lo que sugiere Emilio Palacio, Jacob sugiere que este espionaje apuntaba a los propios miembros de Alianza País). Ahora más que nunca cabe preguntarse ¿quién vigila a los vigilantes?

 

Otro leak de la SENAIN (y otro intento de censura)

Captura del tuit original, clic para agrandar

En julio de 2015, tras publicar un gajo de información sobre Hacking Team y sus actividades en Ecuador, un troll infame difundió por twitter una captura de pantalla falsa donde me acusaba de ser agente de la SENAIN. Como para darle veracidad al asunto, colocó mi nombre completo, mi correo electrónico, el número de mi celular y el teléfono de la casa de mis padres. Un amigo me envió al teléfono la captura de pantalla: «Por favor dime que no eres vos».

Y no era. Le pedí la fuente y llegué al tuit original, le pedí al troll que demostrara la página exacta de dónde había encontrado el supuesto correo, pero no hizo falta porque exactamente siete minutos después, Felipe Mogro encontró el correo que utilizaron para fabricar esta argucia en mi contra. Sin querer escarbar profundo en las motivaciones que tuvo esta gente, lo cierto es que no actuar hubiera sido estúpido de mi parte.

Traigo esto a colación porque el día de hoy en el Chaos Communication Congress, Bethany Horne y Pedro Noel dieron una charla titulada: «Ecuador, cómo un gobierno autoritario engaña al mundo entero», el video (en inglés) está más abajo por si lo quieren ven. En un par de diapositivas, Pedro Noel —editor del sitio web Ecuador Transparente— muestra una reclamación por derecho de autor realizada por Ares Rights a nombre de la Secretaría Nacional de Inteligencia (SENAIN).

El reclamo lo realizan sobre los documentos publicados por Ecuador Transparente que demostrarían un espionaje sistemático a políticos y activistas, diciendo que no se pueden publicar porque son textos secretos y esto es prohibido y castigado por nuestro código legal. Dicho sea de paso, cierto es, pero con dos aclaraciones. La primera, Ecuador Transparente tiene de ecuatoriano sólo el nombre y no se ciñe a nuestras leyes. La segunda, que es una vergüenza que el país que muchos consideran campeón en la libertad de expresión, no tenga leyes que protejan a los soplones que denuncian delitos con documentos clasificados como secretos.

Para los que trabajamos en la cuestión de derechos humanos en Internet, esto ya es cacho viejo. Ares Rights es una empresa que saca plata censurando como puede (osea aduciendo infracciones al copyright). Le han cachado reclamando a nombre de Fernando Alvarado, de la SECOM, y de Ecuador TV. En abril de 2014, el exgerente del famoso canal 7 dijo que si Ares Rights estaba haciendo uso de su nombre y se escudaba en la confidencialidad con su cliente para no revelar más información, ellos —como era lógico— reunirían a sus abogados e iniciarían una acción legal. Ecuador TV nunca hizo nada y ahora resulta que la SENAIN aparece involucrada con Ares Rights.

Acá hay tres opciones, (1) que en años pasados alguien absolutamente maquiavélico le haya pagado a Ares Rights para que censure cosas que molestan al gobierno —y así pensemos que esta empresa española trabaja a su lado— para luego hacerle quedar mal queriendo censurar filtraciones que hasta ahora no se han confirmado como verdaderas. O (2) que, de hecho, la SENAIN está usando los servicios de Ares Rights. La tercera, que según mi apreciación es la correcta, es que hay un comedido que dice «da viendo si puedes hacer algo» en todos los casos donde está inmiscuido el gobierno de Alianza País. Podremos saber a ciencia cierta cuando alguien —ojalá el gobierno— demande a Ares Rights en España, para que uno pueda ver los contratos y las facturas o si es que a Ares Rights le pasa lo que a Hacking Team.

Lo cierto es que podemos extraer unas pocas conclusiones de estos hechos:

  1. Ares Rights en el pasado ha censurado a nombre del gobierno ecuatoriano, y el gobierno está consciente de este hecho.
  2. Ares Rights sigue censurando a nombre de instituciones del gobierno, por ende, el gobierno censura sea por acción o por omisión (por no demandar a esa empresa para que deje de reclamar a su nombre).
  3. Si es que hay una vinculación con Ares Rights, y la reclamación a nombre de la SENAIN es legítima, esos documentos son verdaderos y —llamen a los abogados— podría tratarse de un caso de peculado.
  4. Todo estaría mejor si, como sugirió en su charla Bethany Horne, hubieran más mecanismos de control y transparencia para nuestra querida Secretaría Nacional de Seguridad.

PS: En la charla, Ecuador Transparente presentó un nuevo leak sobre la SENAIN y en las preguntas y respuestas, Jacob Appelbaum soltó unas cuantas perlas de su visita a Ecuador en noviembre de 2013:

  • Relató que la SENAIN quiso «ponerlo en problemas» y que fue defendido por el vicepresidente. Le llamó la atención que la clase política era casi incapaz de «defender a sus propios invitados».
  • Dijo haber mantenido una conversación con la exministra de defensa María Fernanda Espinosa, donde ella le confesó que hay muy malos elementos en el gobierno, especialmente en la SENAIN, que quieren matar a personas como ella misma o Rafael Correa.
  • Afirmó que la SENAIN le solicitó construir un sistema de vigilancia masivo a nivel nacional y, específicamente buscaban eludir la revisión judicial porque querían espiar a jueces y a la clase política. Finalmente afirmó que el presidente conocía de este último hecho (pues él se lo dijo personalmente).

ICWATCH: Los espías también buscan trabajo

Un adolescente de 21 años  acaba de exponer 27 mil perfiles de LinkedIn de personas que trabajan en el sector de inteligencia. Lo hizo hace pocos días en re:publica, una de las conferencias más importantes a nivel global sobre cultura digital –este año tuvo 800 expositores de 45 países distintos para sus cerca de seis mil visitantes. Lo que M. C. hizo es utilizar herramientas tan sofisticadas como las que usa Crudo Ecuador, es decir, utilizó el buscador de Google para ubicar términos clave que, hasta hace poco, eran palabras sin significado para la mayoría de nosotros.

linkedinXKEYSCORE es uno de los programas de espionaje utilizado por la NSA y revelado al público por Edward Snowden. Utilizando ese término y limitándolo a los perfiles de LinkedIn, uno puede encontrar cientos, sino miles de perfiles de personas que presumen esa como una de sus destrezas. Si uno repite este tipo de operaciones con el catálogo de vigilancia que tienen las grandes agencias de espionaje, puede fácilmente construir una base de datos de miles de espías internacionales. Por supuesto, hay que tener cuidado porque ciertos términos, como «MUSCULAR», son muy comunes y hay que realizar búsquedas cruzadas para no tener falsos positivos.

La información no sólo ha sido recolectada y almacenada, sino que además la han organizado dentro de un motor de búsqueda para que cualquiera pueda jugar con los datos. «Yo no creo que todos sean personas malas» dijo M. C., y nos relató como una persona, tras trabajar veinte años en la comunidad de inteligencia, describe cómo en uno de sus últimos puestos antes de convertirse en vendedor de autos «hizo lobby para cambiar la forma cómo se concibe la inteligencia». Tal vez él, como muchas otras personas que trabajaron en este campo, fue una de las víctimas de lo que se denomina el efecto Snowden.

Personas trabajando para/con la NSA según sus perfiles públicos

Personas trabajando para/con la NSA según sus perfiles públicos

A partir de las revelaciones del ex-agente de la NSA, cada vez menos personas asociaban su perfil con trabajar en la agencia nacional de seguridad de Estados Unidos, puede que simplemente quisieran ocultar el rastro, pero muchos ciertamente renunciaron a su trabajo.

Esta fue la primera vez que la herramienta ICWATCH fue mostrada al público, la misma se encuentra en Github junto con los datos, lo cual será de especial interés para aquellos que trabajan en periodismo, minería de datos, transparencia y contrainteligencia.

Aquí el video completo (en inglés):

Un amigo tiene un amigo… que trabaja con la SENAIN

Y me están buscando. Que me cuide me dijo mi amigo, que me andan «haciendo inteligencia». Meses atrás, en un lugar de Ecuador de cuyo nombre no quiero acordarme tuve una conversación con alguien que trabajó en la Secretaría de Comunicación (SECOM), fiel al régimen. No veía nada de extraño en lo que hacía, me confesó que trabajan con la Secretaría Nacional de Inteligencia (antigua SENAIN) espiando en la Asamblea Nacional, que también espiaban reporteros. «Es que te toca», «clarof» le interpelaron. Normal.

Confirmé el chisme—claro, esto no puede ser otra cosa— cuando adiviné esta semana quién exactamente era el amigo de mi amigo, la soplona que le contó que me seguían. Fácil. Trabaja en la SECOM. Raro también que todo se de inmediatamente después de que yo publicara una crítica a la SECOM en este blog, una crítica que a la fecha no llega a las 300 visitas.

¿Y la orden del juez? ¿Y la causa aparente? No hace falta, toda disidencia es traición.

Para eso drones y satélites, para eso explotar «todos los dispositivos móviles«, para eso el software de reconocimiento facial y de voz, para eso el monitoreo de redes sociales, el ataque a computadores, los 79 millones anuales y las casi 400 personas de la Secretaría de Inteligencia.

Para mí solito.

La hoja que pesa más que 412 libros

El día de ayer compartí una noticia de Russia Today en Español, que habla de un Meta-Análisis realizado en la Universidad de Rochester (EE.UU.), el cuál muestra una correlación negativa entre la inteligencia analítica y la religiosidad. Noticias de este tipo, o con resultados totalmente opuestos, se publican todo el tiempo pero ésta me pareció especialmente valiosa, más adelante explicaré por qué.

religion-inteligencia

Casi inmediatamente recibí respuesta de uno de mis amigos religiosos, la cuál decía textualmente:

«Chico Xavier era creyente, y escribió 412 libros de ciencia, medicina y filosofía, sólo habiendo terminado primaria. La inteligencia, o capacidad para resolver problemas no es tema a ateísmo o de fe, sino de tenerla, compartirla y hacerla que sirva a los demás».

No es la intención de esta publicación el comprobar quién tiene la razón, ni tampoco iniciar una discusión acerca del tema (aunque esto a veces se vuelve inevitable en internet), pero sí quiero compartir con ustedes algo que casi no sale de las aulas universitarias pero que, debido a la gran cantidad de información que recibimos diariamente, es imprescindible conocer en el mundo de hoy.

¿Cómo evaluar información?

Desde el inicio de nuestro tiempo, los seres humanos nos hemos asombrado ante lo desconocido, y producto de ello hemos buscado formas de descifrar todo aquello que no entendemos; y sería maravilloso que ésta fuera la única motivación cuando alguien publica algo (aparentemente de forma arbitraria), pero no es así. Existen intereses económicos detrás de muchas publicaciones médicas, religiosas, incluso en aquellas que encuentras diariamente en tu periódico o canal de televisión favorito. También está la necesidad de la gente de defender sus creencias como una forma de supervivencia psicológica y muchas otras formas de fraude que Ben Goldacre puede resumir mejor que yo.

Pero la mayoría de nosotros lucha por saber la verdad, así que merecemos conocer cómo se fabrica la información y qué peso le debemos dar a cada cosa que vemos o leemos.

Mi amigo menciona las obras de Chico Xavier, una persona que dijo poder comunicarse con los espíritus del más allá y que escribió cientos de libros cuyas ventas generaron dinero que financió muchas organizaciones sin fines de lucro (algunas de ellas espiritistas), sin obtener ganancia personal por ello. No estamos aquí para discutir sobre Chico Xavier sino sobre el punto en discusión en cuestión. ¿Demuestra esto la inteligencia de una persona? ¿Qué hay sobre los libros que escribió sobre medicina? ¿Cuán influyentes fueron para el avance del conocimiento humano en conjunto? ¿Cuántos pacientes fueron salvados por sus métodos? ¿Son replicables? ¿Cualquier médico puede aplicarlos? ¿Salvaron alguna vida?

Todos tienen una opinión, es verdad, pero cuando se trata de la aplicabilidad del conocimiento las opiniones son irrelevantes y lo que importa es el conocimiento que pueda ser comprobado por cualquier otro ser humano, y que toda persona pueda utilizar. En eso se basa precisamente el método científico, y tras años de experiencia, hemos desarrollado una pirámide que nos ayuda a saber qué publicaciones tienen más o menos validez.

Así pues, 412 libros son totalmente insignificantes cuando si es que hablan de cosas que nadie más puede comprobar, no representan aporte alguno al conocimiento humano aplicable, que es el que en última instancia mejora nuestras vidas. No es diferente, en la práctica, que la opinión de un niño de tres años acerca de la formación de nubes, o la de un paciente psicótico hablando acerca de la vida fuera de la tierra.

Todo nace a partir de una idea, una opinión, una hipótesis, no lo niego, e incluso un loco o un niño puede abrir el camino hacia descubrimientos infinitamente significativos, pero con recursos y tiempo limitados, debemos ser más cuidadosos al decidir a qué dedicarle atención. Una recomendación válida es empezar revisando que SÍ sabemos, en el caso de la medicina por ejemplo, es mucho más efectivo trabajar sobre lo que hemos estudiado por décadas, que atribuir una curación a métodos que nadie puede comprobar (como sucede con el espiritismo de Chico Xavier). Hace cosa de un mes conversaba con mis compañeros de trabajo, quienes al no ver que me santiguaba frente a una imagen de la carretera me preguntaron si era ateo. «Sí», mi colega odontólogo continuó «¿Y los milagros? ¿qué pasa con eso?» Mi respuesta fue algo parecido a esto: Yo no digo que no existan nada como los milagros, aunque no haya presenciado ninguno, pero incluso si existieran, pasan de forma casi excepcional. Incluso si fueran reales, no merecen mucho de mi atención, puesto que existen formas de intervención humanas que son mucho más efectivas a la hora de mejorar la salud humana, de salvar vidas y mejorar su calidad. Cosas que no dependen de una opinión o una creencia. Mi aproximación hacia cualquier artículo escrito y publicado físicamente o en internet no es distinta, así se trate de una revista científica, si la escriba un reconocido ingeniero o un famoso pediatra. Da igual.

Yendo un poco más allá de las opiniones están los experimentos, alguien hizo algo que le dio resultado. Por ejemplo se escuchan algunos casos de gente que reza y consigue lo que quiere, o de personas que afirman construir máquinas de movimiento perpetuo. Está bien. Eso es algo más creíble, pero las preguntas que uno debe hacer entonces es ¿volverá a suceder si se repite el experimento? ¿es el resultado de otros factores o de aquel especificado por el autor? Para poner un ejemplo, 9 de cada 10 ‘gripes’ son autolimitadas y las personas pasan sus peores días durante la fase inicial de la enfermedad, en la segunda semana están cansados y toman casi cualquier cosa y finalmente sanan (cosa que hubiera sucedido a pesar de no tomar nada) y de repente tenemos miles de curas efectivas para la gripe.

Cuando un experimento parece tener resultados positivos hacemos las cosas más difíciles; nos aseguramos que la gente que está en medio del experimento no sepa que lo está (a eso en ciencia se denomina cegamiento), y cuando el investigador también se incluye dentro de este protocolo se llama doble-ciego.

Usualmente se ciega a los participantes al no decirles cuando se les da un medicamento o un placebo (una pastilla de pura azúcar), para así comparar los efectos de ambos. Esto no vale sólo para las medicinas, sino también para cualquier intervención. Por ejemplo al asociar gente expuesta a la religión o no (o que afirma tener una creencia en dios), la exposición al sol, el uso de TICs, el escuchar música rock, etcétera. Cuando además estas intervenciones se asignas al azar, pues las publicaciones ganan peso.

En la cúspide de esta pirámide de evidencia están los meta-análisis, los cuáles nos ahorran el trabajo de discernir todo esto que acabo de nombrar, analizan los conflictos de interés, los métodos de estudio, la posibilidad de sesgo y muchas otras cosas que hacen que una publicación se califique como verídica y, por tanto, resulta verdaderamente útil. IMPRESCINDIBLE.

Como mencioné, el artículo al inicio del artículo hace referencia precisamente a un meta-análisis, el cuál lamentablemente no está disponible para su visualización gratuita, aunque así debería ser. Y aunque parezca una frase en una noticia nada más, es producto del perfeccionamiento humano para generar conocimiento. Son muchas de nuestras generaciones dando validez a la información y, sencillamente, esa página pesa más que los 412 libros escritos por Chico Xavier.