Tenía pensado escribir un artículo sobre la posibilidad de que el Quidditch se convierta en un deporte olímpico pero encontré varios artículos que ya hablan sobre el tema y, para serles sincero, estoy fascinado. Para quienes no lo saben el Quidditch es un deporte que apareció por primera vez en los libros de J. K. Rowling. Harry Potter es seleccionado para jugar en el equipo de Gryffindor como buscador y su misión es perseguir una bola mágica muy pequeña para ganar 150 puntos, lo que marca el fin del partido. Mientras tanto sus seis compañeros buscan anotar goles, a diez puntos cada uno, en tres aros que cuelgan a una altura considerable y evitan ser golpeados por pelotas bludgers. Todos los jugadores juegan sobre escobas mágicas que vuelan. Si bien eso resume las posiciones y reglas del juego.
La falta de magia en el mundo real hace que todo sea más complicado. Ciento cincuenta puntos son demasiados, así que han sido reducidos a treinta. Está prohibido volar debido a que sería muy ineficiente y se han reemplazado a la mayoría de pelotas con versiones menos saltarinas. La snitch es una pelota de tenis, la quaffle es una pelota de volleyball y se usan balones de softball en lugar de bludgers. Si bien las lógica del juego es bastante parecida, el libro de reglas de la Asociación Internacional de Quidditch —que ya va por su novena edición— tiene 187 páginas:
El quidditch es un deporte mixto de contacto con una mezcla única de elementos del rugby, quemados, lucha, fútbol americado con cintas y otros deportes. Un equipo de quidditch está conformado por siete atletas que juegan con escobas entre sus piernas todo el tiempo. Mientras el juego puede parecer caótico para el observador casual, una vez familiarizado con las reglas básicas, el quidditch es un deporte excitante de ver y mucho más de jugar [PDF].
Nótese cómo el manual señala que lo juegan atletas y no nerds. Pues si bien al inicio la gente «iba por Harry Potter y se queda por el deporte», últimamente hay jugadores que ni siquiera han leído los libros pero les encanta correr en una escoba entre las piernas. Y eso lo hace realmente interesante porque todas las cosas se deben hacer con una sola mano. Tuve la oportunidad de ver un partido de Quidditch por primera vez cuando visité la Universidad McGill, en Montreal. Yo conversaba con el jugador snitch, ya que su rol es muy demandante (huír de doce jugadores al mismo tiempo) no está en el campo durante todo el partido. A pesar de que había unos 30 centímetros de nieve, los jugadores alinearon las pelotas en el centro del campo de juego, colocaron los aros a cada lado y esperaron el silbatazo inicial del arbitro.
El primer juego de Quidditch muggle se había iniciado casi diez años antes, organizado por Xander Manshel y Alex Benepe. Este último se convirtió en el primer comisionado de Quidditch, la asociación internacional apareció dos años después. En 2007, todos los equipos pertenecían a universidades de Estados Unidos, pero en 2012 el torneo se internacionalizó. A partir de ahí, se juega una Copa Mundial cada dos años, y el último (2014) contó con la participación de siete equipos (México, Argentina y Brasil formaron parte).
En Ecuador, existe al menos un equipo que forma parte de la Federación Internacional de Quidditch Asociado (esta en cambio parece nada más ser una página de facebook), y entrenan en Guayaquil —Eloy Alfaro y Cuenca— como preparación para la Copa América Quidditch 2016, a jugarse el 30 y 31 de enero en la capital peruana. Si van en bus, no tendrán el mismo problema que la mayoría de deportistas enfrentan al tratar de incluir sus escobas como parte del equipaje en vuelos internacionales.
Respecto a la inclusión del deporte en las Olimpiadas, las cosas se ven más negras. Aunque los fans del deporte querían que este se incluya en los próximos juegos de Londres —y parece lógico ya que por allá estudia Harry Potter—, para que un nuevo deporte se incluya se debe eliminar a otro. Adicionalmente, los nuevos deportes se evalúan en función de los siguientes parámetros: valor añadido; popularidad en la juventud; atractivo para la televisión, los medios de comunicación y el público en general; igualdad de género; impacto mínimo sobre el número de eventos y/o cuotas (tal vez por eso sea que antes del mundial la AIQ está organizando partidos de exhibición), infraestructura, costos operativos y complejidad. Finalmente, se considera la cantidad de ingresos que genera, lo cuál puede significar un obstáculo real para este incipiente deporte.
Mapa mundial de equipos de quidditch activos. En azul oscuro existen asociaciones nacionales; en azul claro acividad pic.twitter.com/FmbgOMoW7K
— Andrés Delgado (@AndresDelgadoEC) May 14, 2016