Hace algunas semanas cambié mi teléfono inteligente por un flip phone. En un par de ocasiones, he abierto mi laptop ultraligera 180% para tener algo que ver en el baño. He tenido que desempolvar archivos de diciembre de 2023 porque olvidé que el sistema operativo del iPhone era la única forma que tenía de autenticarme en GitHub y ese sitio web me pidió restablecer su confianza en mí con códigos de emergencia que apenas pude encontrar. También me ha generado un poco de ansiedad social, cuando la gente no me responde en WhatsApp, me pregunto si es porque les he dejado de responder en Instagram.
Mi tiempo en pantalla no se ha reducido en lo más mínimo. Tal vez ha aumentado. La diferencia es que ahora paso en la laptop haciendo cosas creativas. Por ejemplo, aprendí a crear un sitio web en GitHub, lo cuál es ridículamente simple pero a mí se me hizo bastante complicado. Primero, creé un sólo documento (saltándome los pasos innecesarios) y eso funcionó de maravilla. Me enamoré de la estética y me pregunté qué más podría hacer. Me metí a la galería de Quarto (el editor de documentos guapos de R). Encontré un perfil y dije «oh, que bonito», y empecé mi «plan» de solo copiar archivos.
Mi sitio web se veía como la versión barata del sitio web del señor al que le estaba copiando. Así que aplasté Ctrl+U y empecé a buscar qué líneas en su código le faltaban al mío. Así descubrí que Quarto tenía extensiones, google me dijo cómo instalarlas.
quarto add quarto-ext/fontawesome quarto install extension schochastics/academicons
Nada. Ir al repositorio original, darse cuenta que las carpetas están en otro directorio. Cambiar de directorio en la consola, instalar otra vez las extensiones. Nada. Mientras esto pasaba, mi cerebro empezó a recordar las cosas que ignoró en el tutorial original. Abrí el historial y empecé a buscar el video de cómo crear páginas web en Quarto y fui directamente a donde mostraban el archivo yml que es el que le da toda la configuración al sitio web. Yo había hecho trampa robándome pedazos de ese código y poniéndolo directamente en la cabecera de mi archivo. Me robé más archivos del señor que tenía la página web bonita y de repente todo era peor porque ahora me pedían que instale más paquetes, que instalé y ejecute los scripts en python que también me robé y todavía no sé para que sirven.
¡Bingo! Las cosas se veían perfectas a mi computadora, tiempo de sincronizar mis archivos con el repositorio web—olvidé contarles ese paso: uno tiene que sincronizar ciertas carpetas en la computadora con carpetas en la web; algo que logré en mi tercer intento—a ver. Mozilla Firefox, nueva pestaña, teclear la URL, enter.
Su sitio web necesita un archivo index.html Vaya y lea la documentación.
Me rasqué la cabeza y, para hacerles el cuento corto, el problema es que escribí las mismas órdenes en varios sitios por eso de que me salté pasos y luego los volví a seguir, generando que los directorios creen más directorios y los archivos estén un piso más abajo de donde tenían que estar. Finalmente me di cuenta, corregí otros errores menores y subí la versión limpia a mi repositorio donde pueden ya encontrar el primer archivo de mi portafolio de análisis de datos y mi perfil donde digo que soy la última coca cola del desierto porque el señor al que le copié fue a Oxford y también era la última coca cola del desierto.