Los biólogos de Japón han cultivado un precursor del ojo humano a partir de células madre y sorprendentemente, fue hecho sin la orientación de una estructura de andamiaje. El descubrimiento indica que la información para formar estos órganos están integrada dentro de las células mismas, y no se rige por las señales ambientales. Los investigadores esperan llevar esta idea hacia ámbitos clínicos en los que esperan reparar directamente los daños en los ojos.
La estructura, que fue desarrollada por Yoshiki Sasai del Centro RIKEN de Biología del Desarrollo (CDB) en Japón, fue una «copa óptica» de sólo 550 micrómetros de diámetro, pero que tenía todas las características de un ojo en proceso de formación, incluyendo a las múltiples capas de células de la retina y a los fotorreceptores. Hasta ahora, Los biólogos que investigan células madre han sido incapaces de crecer precursores de este tipo, limitándose a láminas de tejido de dos dimensiones. Por otra parte, la hazaña de Sasai marca un hito, pues es la primera vez que se logra algo tan complicado con células humanas.
Adicionalmente el experimento de Sasai reveló que las claves para la formación de complejos celulares proviene de dentro de la célulaa y no de factores desencadenantes externos. Una vez que el precursor de la retina se puso en marcha, espontáneamente se formó una bola de células de tejidos epiteliales, que a continuación protruyó hacia afuera para formar una burbuja llamada vesícula óptica. Después se dobló sobre sí misma para formar un saco, creando la copa óptica con una pared exterior (que posteriormente sería el epitelio de la retina) y una pared interior que comprende capas de células de la retina, incluyendo fotorreceptores, células bipolares y células ganglionares.
El logro es particularmente prometedor para aquellos que esperan avanzar en el trasplante de células. La estructura orgánica de capas de Sasai podría resultar en el trasplante de tejido fotorreceptor. También podría conducir a tratamientos para ciertas enfermedades y a la posibilidad de que dicho tejido puede ser congelado anticipando trasplantes en el futuro.
Sasai confía en que su modelo podrá ser trasplantado, teniendo en cuenta que estas células son «puras» y no tienen células madre embrionarias residuales – un factor que reduce significativamente la probabilidad de crecimientos cancerosos de fragmentos de tejido no vinculados (como huesos u otros órganos) .
De cara al futuro próximo, los planes de Sasai son trasplantar las capas de la retina de sus copas ópticas en ratones, y luego, a finales de año, en monos. El reto consistirá en conseguir que el tejido trasplantado para integrarse con el tejido existente. Los detalles del estudio fueron publicados en la revista Nature.