A continuación una serie de interrupciones a la carta escrita por Shannon Rohan a John Oliver.
Estimado John Oliver,
Al principio no sabía por qué me molestó tanto el segmento de tu programa sobre Ecuador y Rafael Correa. Y luego pensé: “claro, es porque estoy ofendida”. En un video de tres minutos, te burlaste de uno de los proyectos progresistas más importantes del mundo que ha generado tantos cambios importantes en las vidas de los ciudadanos ecuatorianos.
Perdón, Oliver no se burló de ningún proyecto político, no sacó a relucir el plan del buen vivir 2013-2017 o analizó el desempeño de los ministerios ecuatorianos, no citó ningún artículo de la constitución original de Montecristi, ni de sus enmiendas hechas o en proyecto. Rafael Correa no es el proyecto político. Sea que usted lo apoye o no.
Claro, Rafael Correa no es perfecto. La Revolución Ciudadana no es perfecta; está lejos de serlo. Los procesos políticos nunca serán perfectos y el proyecto en Ecuador no es una excepción. Pero primero debo ser transparente.
La transparencia de un proceso político tiene sentido única y exclusivamente si la ciudadanía está en total libertad de discutirlo, auditarlo, criticarlo y (todos los anteriores prerrequisitos para) mejorarlo. El concepto de transparencia es un concepto vacío si no se acompaña de una serie de derechos humanos fundamentales, entre ellos la libertad de expresión.
Hace siete años mi esposo me pidió dejar Canadá con mi hijo de nueve meses para poder regresar a su país, Ecuador, y ser parte de un nuevo proceso; una revolución que buscaba reconstruir un país destruido por la inequidad, la pobreza, los intereses extranjeros y las políticas económicas neoliberales. Teníamos que salir en dos semanas. Le dije que sí. Así que, en aras a la transparencia, sí, esto es personal.
Ah, lo siento. Te referías a tu transparencia. Escribo mientras leo. Continua.
No me malinterpretes. También me sorprendió que Rafael Correa comenzara a nombrar a las personas de las cuentas de Twitter que lo atacaban. Pensé, “¿por qué se está enfocando en esto cuando podría estar hablando de tantas otras cosas más importantes?” Y de hecho, solo cuando vi tu segmento y me sentí frustrada y enojada entendí por qué el Presidente nombró a las cuentas de Twitter que lo atacaron directamente. Estaba herido.
¿Tienes pruebas? ¿Te lo ha dicho? ¿No estás realizando una proyección psicológica de cómo reaccionarías tú en esa situación? Puede que haya estado herido el presidente, pero tuvimos un acuerdo con él: “te vamos a dar un montón de poder pero, por favor, respeta las reglas que democráticamente hemos concertado para ello (aunque estés herido, cabreado, enamorado, etc.)” y debe respetarlo. Todo ese poder proviene de una delegación democrática, mediante el voto, y de otra económica, mediante nuestros impuestos. El problema no es que Rafael Correa esté herido y actúe de forma equivocada, sino que el presidente de la república haga mal uso de nuestra delegación.
Saliéndonos un poco de eso, si le atribuimos su comportamiento a estar herido, ya va demasiado tiempo así, los ataques a individuos o instituciones puntuales, asesinatos simbólicos e insultos llevan años. Si tienes razón, ¿no será tiempo de que sane sus heridas el presidente? ¿está siendo responsable al llevar un problema crónico a cuestas al tiempo que, en un arrebato de dolor, causa problemas de imagen (por decir lo menos) a todo un país?
A diferencia de otros gobiernos, Correa habla directamente con sus ciudadanos.
Tengo sentimientos encontrados sobre esto, no quiero decirte «no» porque, a comparación de otros gobiernos, este sí brinda muchos más espacios que servirían para el diálogo, el problema es quién está invitado a esos espacios y qué tan aceptables son las palabras que ahí se profieren. Por ejemplo, si una marcha de mujeres de la Amazonía viene y solicita reunión con el presidente, y este les dice que está ocupado y no las puede atender, eso no es diálogo directo. Si, por otro lado, un desocupado hace memes sin dirigirse a Correa directamente, pero recibe una respuesta que raya en la persecución, tampoco es diálogo. Si te sientas a almorzar con el presidente y, después de unas horas, se burla de tus posturas, como le sucedió a los grupos LGBTI y al alcalde Mauricio Rodas, ¿es diálogo?
Sé que es difícil para nosotros los norteamericanos (o casi norteamericanos) comprender esto.
¿No es inglés John Oliver?
Estamos acostumbrados a capas de burocracia que transmiten mensajes antes de que salga al discurso público. De hecho, en Canadá casi nada llega al discurso público porque el actual Primer Ministro tiene una mordaza de facto en sus ministros.
¿Algo así como prohibirles tener entrevistas con medios de comunicación privados?
El Enlace Ciudadano (donde salió el payaso del que te burlaste) es una sinopsis semanal del Presidente, dirigida directamente a los ciudadanos ecuatorianos sobre cómo presidió sobre el país la semana precedente.
Así se lo categoriza, en la realidad es más. Ese espacio, a pesar de ser financiado con fondos públicos, permite reclamaciones por derecho de autor para que censuren contenidos en su nombre y se encuentra en un vacío legal que no permite su regulación. O sino ¿por qué se rompen diarios? ¿Por qué se divulga información privada en un canal público sin el consentimiento de los dueños de la misma y sin que haya intermediado la sentencia de un juez, como exige la ley?
Imagínatelo. No, en serio… Intenta imaginar ese nivel de respuesta en Estados Unidos o Canadá. Ya sé, ¿casi imposible, verdad?
Este párrafo queda mucho mejor después del mío.
De la misma manera, el Presidente maneja su propia cuenta de Twitter. En serio. Es verdad. Entonces él escribe sus tuits y lee los que están dirigidos a él. Entonces para él es personal cuando alguien dice que quiere poner una bala en su cabeza.
Volvemos al tema de Rafael Correa “el economista” versus “el presidente”, esto no es personal, porque cuando él recibe una amenaza no se duele y guarda rencor hasta que, en un acto de redención indecoroso, lanza una incitación pública. Él responde como presidente y envía a la Secretaría Nacional de Inteligencia a investigar.
Su gente no está seleccionando los tweets por él en algún “insignificante” “poco interesante” o “pobre” informe semanal de medios sociales. ¿Por qué Correa maneja su propia cuenta? Probablemente porque es otra manera para él de interactuar directamente con los ecuatorianos. Y así es como gobierna Rafael Correa. Él habla a los ciudadanos; él hace compromisos con el pueblo que lo eligió por la salud, la educación y la economía. Él asume compromisos para el cambio. Y él toma estos compromisos de manera seria y personal.
¿Mesiánica?
Sus ojos se llenan de lágrimas cuando lee cartas de los migrantes con historias personales de sacrificio. Sé que esto es un hecho, porque yo estaba con él cuando leyó una de estas cartas. Y le pidió a todos sus colegas que la lean también para recordar por qué estaban allí; por lo que estaban luchando. Él toma como algo personal cuando las personas enfermas no son atendidas adecuadamente; cuando los niños no tienen una educación de calidad. Y se lo toma como algo personal, porque siente su dolor.
Estoy de acuerdo, el asunto es la empatía selectiva. ¿Por qué no siente dolor ante el allanamiento de una familia y el estrés postraumático de un menor que lo atestiguó? ¿Qué pasa con la persecución a Crudo Ecuador por el simple hecho de contar chistes 2.0? ¿Qué hay de toda esa gente que llora las consecuencias de la contaminación producida por el derrame semanal de un barril de petróleo? ¿Tú, cómo te sientes al respecto?
Los migrantes obtienen el derecho al voto y reciben programas y oportunidades para volver a casa. Los malos administradores de los hospitales son reemplazados con los que ponen a los pacientes primero. Las escuelas se construyen. La gente se educa. El progreso existe.
Es su labor, son nuestros impuestos. No esperemos menos. ¿Por qué el gold estándar con el que medimos a nuestros políticos tienen que ser los gobernantes corruptos del pasado?
Y entonces me pregunto, ¿Correa debe ser burlado por gobernar de esta manera?
No, debe ser burlado por llamar a una guerra en redes sociales y por cualquier otra atribución que esté fuera de su mandato, así como por toda acción que transgreda sus obligaciones y los derechos humanos y naturales que está obligado a garantizar.
¿Deberíamos pedirles a nuestros políticos que tengan la piel más gruesa para que no les importe nada? ¿Para que así no se sientan afectados por algo? o ¿necesitamos más líderes que se tomen sus roles políticos personalmente? Que usen sus corazones en sus mangas. Creo que nos haría bien todos nosotros, aquí en Ecuador y probablemente también en otros países, para ver la calidad humana de nuestros líderes y tomar un momento para sentir empatía con aquellos que se toman su trabajo personalmente y que se sienten realmente afectados cuando la gente les desea un mal.
Y viceversa. Porque el vulnerable no es él.
Hasta aquí la interrupción. Buena noche.
Andrés
PS: No, no soy oposición pagada, trabajo en el Estado y veo proyectos muy buenos. Espero que, por el bien del país, dejemos el caudillismo y aprendamos que las ideas son imprescindibles y los mensajeros no. Hay mucho espacio para mejorar.