Querida Mamá,
Hace pocos días me dijiste que escriba de nuevo. He traicionado ese hábito tan bonito de escupir las cosas desde el corazón porque, la verdad, sentía que nadie me escuchaba. Muchas veces me senté frente a la computadora y abrí el editor que estoy usando ahora mismo solo para escribir unas cuantas frases, guardarlas como borrador y terminar borrando la entrada. Lo hice al menos una docena de veces. La vida fuera un poco más poética si hubieran sido bolitas de papel desperdigadas en el piso de mi cuarto, pero no, fueron tristes bits.
Me ha costado escribir porque, siendo honestos, no tenía nada importante que decir. Mi vida se ubicó lentamente en ese camino predecible en el que caemos todos los que vivimos para los demás. En parte porque es lo correcto y en parte porque existe una carencia de sentido en la forma en la que funcionamos como sociedad. Hubo momentos en los que me sentí tan apático y emocionalmente incapacitado que honestamente me pregunté si hay algo en la vida que valiese la pena vivir, fuera de los roles en el trabajo y en la casa, particularmente cuando esos roles se volvían alienantes o difíciles.
¿Sabes en qué pensé? En las supuestas naves alienígenas. Eso, me dije, es lo único que realmente suena interesante y algo que quizá despierte mi curiosidad. En Julio de 2023, el congreso de Estados Unidos tuvo una audiencia pública sobre el tema en la que el testigo principal dijo que existía «inteligencia no humana» y que durante su tiempo en el departamento de defensa tuvo conocimiento de equipos que recuperaban naves y restos de cuerpos alienígenas.
Casi un año después de la audiencia, me agarré de esa idea como el hombre despechado se agarra de la última cerveza que le queda en el refrigerador, pensando menos en encontrarme y más en perderme en el tema. Fui a Amazon y compré un libro que se llama «Inminente» (todos los libros sobre extraterrestres tienen nombres dramáticos). El libro es en parte la autobiografía de Luis Elizondo, el hijo de un guerrillero cubano que peleó primero a favor y luego en contra de Fidel Castro. ¿Te imaginas tener un papá que te enseñe a manejar armas y explosivos desde niño? Bueno, supongo que así es como terminas a cargo de Guantánamo, como oficial de contrainteligencia.
«Inminente» es un relato del detrás de cámaras de «La unidad de ovnis del Pentágono sale de las sombras y publicará algunos hallazgos» publicado en el New York Times. El libro cuenta quién estuvo ahí cuando asomaron un escuadrón de objetos desde el espacio que no solo desafiaron la física sino que parecieron jugar con los pilotos más entrenados del mundo. El libro también cuenta la reacción de los pilotos y la eventual desclasificación de los videos bajo el pretexto inicial de mostrárselo a unos pocos científicos.
Acabar el libro no fue tan diferente que vaciar esa última cerveza, estuvo bien para relajarse y disfrutar el momento, pero también me dejó un mal sabor de boca. En general, disfruté del libro, pero en medio de la historia, el señor declara que fue entrenado por la CIA para ejecutar algo que llamó «visión remota». No sé si te acuerdas de los Thundercats, pero en esa serie, Leon-o tenía una espada del augurio que le ayudaba a ver las cosas a distancia. Este señor decía que juntaba sus dedos índice y pulgar, se concentraba y veía «más allá de lo evidente».
¿Quién en sus cinco sentidos trata de darle credibilidad a los extraterrestres y sus naves escribiendo sobre un capítulo sobre tener poderes psíquicos?
Días después de que terminé de leer el libro, su autor fue entrevistado por Amy Farrah Fowler, la novia de Sheldon, quien le dijo que leyó su libro como si hubiese sido una tesis, sin saltarse una sola oración:
Y esa entrevista estuvo entretenida y graciosa. Cuando acabó la entrevista, me llamó la atención que Amy no le preguntara sobre el tema, así que le dejé un comentario en el video: «mi problema con la visión remota es que debería ser tan fácil de demostrar, que no hace falta creer en ello». Publiqué mi comentario sacudiendo la cabeza y, obstinado como soy, empecé a buscar investigaciones sobre el tema porque quería dejar por cerrado el tema con un comentario irrefutable de por qué eso no tiene sentido.
No tenía idea de cuan equivocado estaba.