Estimados amigos de Alianza País,
Estamos mal. No, no es un recurso literario, tengo muchos amigos en el partido de gobierno, a algunos los quiero demasiado y precisamente por eso me preocupa el comunicado que, el día de ayer, ha salido desde la secretaría de ese partido. Cuando lo leí pensé que, sin importar el tamaño, características o consignas en la marcha, hubieran publicado lo mismo. ¿No les da esa impresión también? Empezando por el título, por el preludio en las redes sociales donde ya se la caracterizaba de violenta antes de que sucediera. Estamos mal…
Amigos, no pueden refrendar una carta que pone a todos en un mismo saco, bajo un único adjetivo. ¿Que es eso de «declaración de AP frente a la marcha opositora»? Obvio, es de oposición a algo, sea al autoritarismo, a las salvaguardas, a lo ridículo del Plan Familia, a las reformas constitucionales, a mirar para el otro lado cuando hay temas incómodos hasta para ustedes. Por supuesto, habrá gente que se oponga a todo lo que el partido de gobierno haga, pero la gran mayoría no merece esa infantilización. «Ciudadana», «de protesta», «marcha» a secas, son todas expresiones más adecuadas de gente que sale a la calle porque está cabreada, porque no se siente escuchada. Quien se siente escuchado no sale a la calle.
Decir que la marcha fue un fracaso…
¿Cuál es exactamente la medida que uno toma en una manifestación popular para declararla exitosa? Como declararon por ahí ¿qué quiere el presidente para declararla exitosa, que lo boten? Ciertamente la marcha fue un fracaso, especialmente si uno entiende la naturaleza de estos procesos que reflejan claramente aquellos que se dieron por parte de los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos y en cualquier acción no violenta en el mundo. En palabras de Martin Luther King Jr.:
La acción directa no-violenta trata de crear una crisis tal, y de originar tal tensión, que una comunidad que se ha negado constantemente a negociar se ve obligada a hacer frente a este problema. Trata de dramatizar tanto la cuestión, que ya no puede ser desconocida bajo ningún concepto (…) La meta de nuestro programa de acción directa radica en crear una situación tan pletórica de crisis que desemboque inevitablemente en la salida negociadora.
El objetivo de una demostración, cualquiera que esta sea, es retomar el diálogo, y frente a las declaraciones presidenciales y a las de esta carta, claramente fue un fracaso. Pero esta es una situación donde todos perdemos.
El comunicado de AP se queja de «la enorme debilidad de un discurso opositor», de «demandas, dispersas y contradictorias» y de que no hubo bases. ¿A qué jugamos? Las marchas fueron realmente masivas y la «debilidad del discurso opositor» radica precisamente en su diversidad, por la cual ustedes deberían estar felices, pues no hay síntoma más saludable de una sociedad civil democrática. Esto también desdice las declaraciones de Gustavo Baroja, cuando dice que la marcha «se contaminó con la derecha» y nunca la lateralidad política, cualquiera que sea esta, podrá incluir dentro de sus consignas ideológicas todas esas demandas. Tampoco se desconoce lo realizado, pero no hay memoria selectiva en las calles: no se desconoce lo bueno pero tampoco se desconoce lo malo.
Amigos de Alianza País, el cerebro humano posee debilidades que buscan alterar la realidad para acomodarla a nuestra percepción de la misma. Siempre encontrarán un argumento bajo el cual refugiarse, tendrán una ligera incomodidad en sus pechos que luego será acallada por una idea repetitiva, la que sea que hayan escogido, pero en buena lid les pido, no lo hagan. Me da tristeza que no haya la misma apertura al diálogo en el partido con la que ustedes reciben mis críticas y propuestas, no hay nada que me de más satisfacción que eso, me mejora el día, me da esperanza poder influir en el futuro del país con el que ustedes sueñan: un Ecuador de inclusión, equidad, libertad, democracia, justicia y solidaridad para todos y todas, ahora y para siempre.
Por favor, bajen la guardia, abran las puertas y –en última instancia– háganse a la idea de perder el poder. Pero planifíquenlo sabiendo que podrán compartir las calles con aquellas personas que golpearon a sus puertas. La invitación al Palacio de Gobierno, a la Asamblea, a los Ministerios y Secretarías siempre será opcional, pero el retorno a las calles de todos aquellos quienes presiden esos edificios es inminente, sea en 2, 6 ó 10 años.
Con cariño (y ya no emputado porque la marcha del día de ayer me brindó la paz que necesitaba),
Andrés
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