De las salvaguardas y otros demonios

Últimamente veo mucha queja en twitter sobre las salvaguardas impuestas por el gobierno, también muchos chistes a los cuales les he dado retuit por su gracia, no porque sean un análisis técnico de la realidad. Fuera de que estén muy buenos los chistes, creo que es importante aclarar que las salvaguardas son una opción entre muchas y vale la pena hacer un análisis crítico de esas opciones antes de ponerse a pelear contra la medida. Vale la pena recalcar que este análisis no aborda el tema analizando lo que se debió haber hecho antes, que se debió dejar de gastar en «X» o que no se invirtió en «Y»; esto puede o no ser cierto (seguramente lo es) pero no entra dentro del análisis. Que el Estado puede ahorrar más por otros lados, es verdad. Yo eliminaría las sabatinas, por ejemplo, pero bueno.

No pongamos salvaguardas

La primera opción que a todo ecuatoriano se le debe ocurrir es que la economía siga como está. ¿Para qué subir los precios de todo? Bueno, lo que pasa es que nosotros somos mayormente consumidores de productos extranjeros. Al haber caído el precio del petróleo, tenemos muy pocos ingresos y, a su vez, tenemos una gran cantidad de gasto hacia otros países. Esta opción lleva a dos caminos: la quiebra o el endeudamiento. Si es que vamos por el primer camino, no habría dólares en el país, todo el mundo mandaría mano a los ahorros y al no haber depósitos en los bancos, ya no habría préstamos, la economía se detiene. Bienvenidos al feriado bancario 2.0. Si, por otro lado, elegimos el endeudamiento, luego de un tiempo Ecuador no podría obtener préstamos de otros países e iríamos por un camino similar, debido a que la banca privada depende del banco central. Tal vez conseguiríamos préstamos pero a condición de aplicar medidas restrictivas en la economía. Como pasaba con Lucio. No gastos en salud, educación, etc.

Salvaguarda 1 – No intervencionismo 0

Eliminemos el subsidio a la gasolina

Imaginen en cambio que el gobierno decida subir el precio a la gasolina, se ahorra ese dinero y ahora tenemos que pagarlo todos y todas, eso le daría un poco más de plata al sistema financiero nacional pero, al mismo tiempo, encarecería todos los costos del producto nacional, dándole una ventaja competitiva a los productos extranjeros. El resultado es que la capacidad adquisitiva del ecuatoriano promedio estaría igual de afectada, pero adicionalmente perjudicaríamos a quienes producen localmente. Eso sin contar con que nos subirían los pasajes, los choferes harían huelgas, y otros tantos problemas que todos los que estamos cerca de los 30 conocemos.

Salvaguarda 1 – Eliminar el subsidio a la gasolina 0

Desdolaricemos

Todos los países que pueden hacerlo deprecian su moneda, esto quiere decir que emiten más billetes y tu plata vale menos, eso también abarata relativamente los costos de producción y puedes exportar a un precio menos para competir. El resultado es la disminución de la totalidad de la capacidad adquisitiva, es como las salvaguardas pero para todo.

Salvaguardas 1 – Desdolarizar y depreciar -1

Salvaguardas

Las salvaguardas tienen la ventaja de apuntar a productos específicos que, en su mayoría, o no son de primera necesidad o pueden ser reemplazados por producto nacional. Claro que habrán excepciones, evidentemente no me parece que incluyan a los tampones en la lista, pero de los males este es el menor. Se protege al productor ecuatoriano, se evita la fuga de capital y se gana un poco de tiempo para tratar de «arreglar» la economía local.

Imaginen qué opciones hubiéramos tenido si ya hubiera entrado en vigencia el tratado comercial con la Unión Europea, las salvaguardas habrían sido ilegales y hubiéramos tenido que optar por una de las tres de arriba. Claro, habría mucho producto barato y, por un tiempo, todo el mundo estuviera feliz, pero frente a un tratado que impide tomar medidas para desarrollar la industria local (explícitamente en el texto), al poco tiempo nos hubiéramos visto enfrentados a las dos primeras opciones de este post.

Voluntad política

David es uno de mis mejores amigos, y en ellos uno encuentra ciertas mutaciones de uno mismo, alteregos que expresan adecuadamente lo que a uno no le tiene ocupado en cierto momento. A David no hay nada que le produzca más rechazo que la expresión «voluntad política». Sus palabras más o menos fueron estas:

¡Como que uno tuviera que esperar a que esos ■■■■■■■■■■ se les diera la ganar de hacer algo! ¿Por qué, ■■■■■■?

Eso es lo que sucede cuando tenemos una democracia representativa, las personas llegan a puestos de poder con una tarea de dar diciendo nuestra opinión, o luchar por nuestra conveniencia para que así, entre luchas de poder, se llegue a un consenso que ayude al bien de la mayoría. Esta es una visión bastante simple y reduccionista pero, por ahora, la mantendré así por el bien del argumento. Lo irónico de esto es que para ser electo se necesitan votos, y para tener esos votos se necesitan costosas campañas y para las campañas se necesita dinero, si se hacen gastos directos como fue el caso de Álvaro Noboa o alianzas con sectores estratégicos, que es algo mucho más común, es otra cosa. ¿Qué sucede después con todos esos compromisos previos? No sabemos, lo que sí sabemos es que después de las elecciones, la gente que termina en el poder está usualmente asociada a círculos bien posicionados económicamente.
En el gráfico de abajo, que pertenece a la distribución de la riqueza financiera en los Estados Unidos en miembros del congreso y el senado, vemos que la gran mayoría (en verde claro y oscuro) pertenece al 10% más rico. Sólo el 15% de los miembros de la cámara de representantes y del senado pertenecen al 90% más pobre.

Distribución de la riqueza financiera en Estados Unidos, como porcentaje del Congreso y el Senado

Debido a que volver a ser elegido siempre es una opción, puesto que incluso en países donde se limita el número de veces que uno puede acceder a cierto puesto de poder es posible ser nombrado en un alto cargo por un «aliado», es comprensible que no se quiera afectar a los grupos económicos que uno realmente representa. En Estados Unidos, donde es mucho más descarado el cabildeo, incluso se ha sugerido que los congresistas usen uniformes similares a los usados en los deportes, con los logos de los auspiciantes claramente expuestos (esto, por supuesto, fue una broma).

¿Es esto así de malo realmente? ¿Es probable que las personas en los puestos de poder representen a quienes las financian en lugar de a quienes las eligen? En el recuadro de abajo podemos ver una gráfica que muestra el crecimiento de ingresos, es decir cuánto se lleva al bolsillo la gente, durante tiempos de expansión económica, entre 1949 y 2012. En celeste se representa al 90% más pobre, que hasta 1979 se benefició en su mayoría de los ciclos de expansión económica o «crecimiento», pero desde entonces vemos como el 10% más rico (en azul) ha sido el que más se ha beneficiado de estos ciclos, al punto que en el período de 2009 a 2012, el 90% más pobre incluso disminuyó sus ingresos durante la etapa de «crecimiento», quizá esa es la razón de que el 72% de estadounidenses sienta que la recesión sigue presente.

Crecimiento de ingresos durante tiempos de expansión económica

¿Qué tan diferentes son los sistemas de democracia representativa alrededor del mundo? ¿Estamos blindados contra el cabildeo de poderosos empresarios aquí en el país? ¿Qué sucedería si nos fijáramos en el crecimiento económico de quienes detentan la mayor cantidad de riqueza en el país? ¿Cómo va avanzando la desigualdad en Ecuador en los últimos años? Una pista: no son respuestas alentadoras.

Acá un cuento para niños al respecto, cortesía de Radialistas:

¿Cuál es el problema del actual sistema monetario?

Artículo original escrito por Mark Joob para la P2P Foundation

El dinero es creado en forma de deuda

Hoy, el dinero empieza a existir con la creación de la deuda, cuando los bancos comerciales piden préstamos de los bancos centrales y cuando los gobiernos, productores o consumidores piden prestado a los bancos comerciales. Por lo tanto, el suministro de dinero de la economía sólo se puede mantener si los actores económicos, privados o públicos, se endeudan. El crecimiento económico requiere un aumento proporcional de la oferta monetaria con el fin de evitar la deflación que paralizaría los negocios, pero un aumento en la cantidad de dinero implica un aumento simultáneo de la deuda. De esta manera, los agentes económicos corren el peligro de un excesivo endeudamiento y de la bancarrota. No es necesario decir que el sobreendeudamiento causa problemas graves a las sociedades e individuos de frente a la crisis de la deuda actual. Empezó como una crisis de la deuda de los propietarios de viviendas privadas en los Estados Unidos y luego se transformó en una crisis de la deuda de los bancos comerciales y compañías de seguros antes de ser absorbida por las arcas nacionales y así se convirtió en una crisis de deuda soberana. Las reducciones en los gastos nacionales necesarios para pagar la deuda pública a menudo conducen a la inestabilidad social y no son equitativos, porque imponen cargas a los ciudadanos quienes no se benefician de la misma manera de la creación de la deuda.

El suministro de dinero se encuentra bajo control privado

Sólo una pequeña fracción del dinero que circula en público ha sido creado por los bancos centrales. Los bancos centrales emiten monedas y billetes que, en la mayoría de los países, representan sólo entre el 5% y el 15% de la oferta de dinero. El resto es creado por los bancos comerciales en formato electrónico como dinero de la cuenta al conceder préstamos a los clientes o como compra de títulos y bienes. De hecho, todo el dinero, ya sea en que esté en efectivo o en una cuenta de dinero, es puesto en circulación por los bancos comerciales. Por lo tanto, los bancos comerciales ejercen un control «de facto» de la oferta monetaria. Los bancos comerciales principalmente conllevan el riesgo crediticio de los préstamos que conceden, lo que debería inducirlos a examinar cuidadosamente la calidad crediticia de sus clientes. Sin embargo, los bancos comerciales deciden a qué clientes se conceden los préstamos y las inversiones que se hacen en función de su interés en maximizar sus propios beneficios. Que una inversión sea socialmente deseable no es definitivamente el criterio decisivo para los bancos comerciales. De esta manera, las inversiones que sirven al bien común, pero que no son suficientemente rentables, no son compatibles con el sistema bancario y tienen que ser financiados por el gasto público que depende de los ingresos fiscales y la creación de deuda pública. En lugar de financiar inversiones a largo plazo en beneficio de la sociedad en su conjunto, los bancos comerciales con su crédito de apoyo empresarial a corto plazo y especulación financiera han establecido, en las últimas dos décadas, un gigantesco casino global lejos de cualquier control público.

Los depósitos bancarios no son seguros

Los depósitos bancarios se refieren a cuentas de dinero que, en contraste con el dinero en efectivo, no es moneda de curso legal, a pesar de que se maneja como si fuera moneda de curso legal. El dinero de la cuenta es un sustituto de dinero, una promesa del banco para el desembolso de la cantidad correspondiente de dinero en moneda de curso legal si así lo solicita el cliente. En el sistema bancario de reserva fraccionaria, por lo general sólo una proporción muy pequeña del dinero de la cuenta está respaldado por dinero en curso legal. Los bancos tienen sólo un pequeño porcentaje de sus depósitos como dinero en efectivo y las reservas en el banco central. Esa es la razón por la que los bancos dependen de la confianza de sus clientes. En el caso de una corrida bancaria, cuando muchos clientes demandan en efectivo, al mismo tiempo, ellos se quedarían sin dinero en efectivo y tal escasez de liquidez puede llevar a la quiebra repentina. Por lo tanto, se han establecido sistemas de seguro de depósitos, para evitar la pérdida de los depósitos bancarios. Sin embargo, en caso de reacciones en cadena y quiebra a gran escala (como la que aconteció en 2008), los rescates gubernamentales de los bancos comerciales podrían ser necesarios, eventualmente con la ayuda del banco central como prestamista de última instancia.

El suministro de dinero es pro-cíclico

Los bancos comerciales conceden préstamos mediante la creación de dinero en la cuenta con el fin de maximizar sus ingresos por intereses. Cuanto más dinero emiten, mayores sus beneficios – siempre y cuando los deudores sean capaces de pagar. En tiempos de de crecimiento económico, los bancos de muy buena gana conceden préstamos con el fin de beneficiarse de la bonanza, mientras que en épocas de declive económico, su concesión de crédito es muy restrictiva con el fin de reducir sus riesgos. Así es como los bancos comerciales inducen un exceso de oferta de dinero en los auges y una escasez de dinero en las recesiones, amplificando los ciclos económicos, así como las fluctuaciones del mercado financiero y la creación de burbujas de activos en el sector inmobiliario y las materias primas, lo que puede causar graves daños a la sociedad y al propio sistema bancario cuando estallan. Una vez más, la crisis bancaria de 2008, desencadenada tras la explosión de la burbuja de los bienes raíces en EE.UU., es el ejemplo más ilustrativo.

El suministro de dinero promueve la inflación

Además de su carácter pro-cíclico en el corto plazo, a largo plazo, la creación de dinero de los bancos comerciales provoca un exceso de oferta de dinero que lleva a la inflación de precios al consumidor, así como a la inflación de precios de activos. Un exceso de oferta de dinero surge si el aumento en la cantidad de dinero en circulación supera el crecimiento de la producción de bienes y servicios. El exceso de oferta de dinero a largo plazo resulta no sólo de la concesión de crédito tradicional a los gobiernos, las empresas y los individuos, sino también de la especulación financiera (basada en el crédito) de fondos de alto riesgo y banca de inversiones. Debido a la inflación, los consumidores suelen enfrentarse a una pérdida anual de poder adquisitivo, lo que significa que tienen que aumentar sus ingresos nominales a fin de mantener su nivel de consumo. Dado que la capacidad de obtener una indemnización por la pérdida de poder adquisitivo por el aumento de la propia renta nominal varía entre los individuos, la inflación provoca una redistribución del poder adquisitivo en perjuicio de aquellas personas que no están en condiciones de defender eficazmente sus intereses.

El privilegio de crear dinero es un subsidio al sector bancario.

Como el dinero es deuda, conlleva interés. Por lo tanto, el interés se paga sobre todo el dinero en circulación y prácticamente nadie puede escapar de pagar intereses. Los intereses son pagados principalmente por los clientes que toman préstamos de los bancos comerciales y de ese modo garantizan la oferta de dinero. En segundo lugar, todos los que pagan impuestos y compran bienes y servicios hacen una contribución al pago de los intereses del prestatario original, porque los impuestos tienen que ser elevados, en parte, para financiar los pagos de intereses sobre la deuda soberana. Por otra parte, las corporaciones y los individuos que proporcionan bienes y servicios deben incluir los costos de los préstamos en sus precios. De esta manera, mediante el uso de dinero, la sociedad paga un enorme subsidio a los bancos comerciales, aunque los bancos pasan una parte de este subsidio a sus clientes como pago de intereses sobre los depósitos. El interés es una subvención a los bancos porque el dinero en las cuentas que crean se maneja como moneda de curso legal. La magnitud del subsidio que la sociedad paga a los bancos se refleja en los salarios desproporcionádamente altos y primas de los banqueros, así como en el sector bancario desproporcionádamente grande.

El dinero como deuda contribuye a la presión del crecimiento

El dinero creado como deuda conlleva intereses y por lo tanto contribuye a una presión de crecimiento doble sobre el sistema monetario y la economía real. Cuando los clientes pagan sus préstamos a los bancos comerciales, los bancos amortizan la cantidad devuelta de dinero y la cantidad de dinero en circulación disminuye correspondientemente. Sin embargo, los deudores necesitan más dinero del que han pedido prestado porque también tienen que pagar intereses sobre sus préstamos. Incluso si los deudores reemplazan sus antiguos préstamos por otros nuevos, necesitan ingresos adicionales para el pago de intereses y por lo tanto deben obtener beneficios. Los negocios en su conjunto no pueden ser rentables a menos que la cantidad de dinero aumente continuamente. Esto conduce a la dinámica de crecimiento que es una característica central de nuestro sistema económico. El aumento de la cantidad de dinero que devenga intereses ejerce una presión de crecimiento monetario en la economía real y el crecimiento de la economía real ejerce simultáneamente una presión de crecimiento anti-deflación en la oferta de dinero. Como consecuencia de esta presión doble crecimiento, nuestra economía es una especie de esquema de Ponzi, ya que no puede funcionar correctamente sin crecer y por lo tanto cae repetidamente en crisis. Por otra parte, el crecimiento de la economía real, que es en gran medida forzada por el sistema monetario, implica una explotación excesiva de los recursos naturales y es un obstáculo para el desarrollo sostenible. La deuda financiera conduce así a la deuda ecológica con la naturaleza, lo que empobrece a la humanidad. Nuestro sistema monetario actual simplemente no es compatible con un mundo finito.

El interés promueve la concentración de riqueza

Los intereses se ve comúnmente como un cargo por los préstamos, por utilizar el dinero de otra persona. No sólo los clientes que piden prestado dinero de los bancos, sino también los bancos que tienen depósitos de clientes pagan intereses. Cuando los bancos comerciales crean dinero mediante la concesión de préstamos, acreditan las cuentas de los clientes y de este modo amplian el total de los depósitos bancarios. Dado que las cuentas por lo general conllevan interés los bancos invierten una parte de sus ingresos por intereses para el pago de intereses a los titulares de las cuentas. Ahora, los depósitos y los préstamos bancarios no se distribuyen por igual entre los clientes. Algunos tienen principalmente préstamos que pagan intereses, mientras que otros tienen principalmente depósitos sobre los que ganan intereses. Porque, en general, las personas más pobres tienen más préstamos que depósitos y las personas más ricas tienen más depósitos que préstamos, los pagos de intereses son en su totalidad una transferencia de dinero de los pobres a la gente más rica, sobre todo a los pocos súper ricos. El interés, por lo tanto, fomenta la concentración de la riqueza. Esta concentración de la riqueza en gran medida favorece a los bancos comerciales que, por un lado hacen inversiones en sí mismos y, por otro lado ganan el importe resultante del considerable interés entre tasas activas y pasivas. Por otra parte, se añade interés regularmente, en su mayoría anualmente, a la inversión inicial y por lo tanto en sí lleva interés convirtiéndose en interés compuesto y generando un crecimiento exponencial de los activos monetarios. Sin embargo, los activos monetarios no crecen en valor por sí mismos, ya que per se no son productivos. Un interés en los activos monetarios que aumenta de valor sólo puede ser generado por el trabajo humano, y el trabajo humano está permanentemente bajo una presión monetaria para incrementar su productividad y reducir sus costos con el fin de satisfacer la s demandas del crecimiento exponencial de los intereses compuestos. El interés es, por tanto, una transferencia de valor que favorece las inversiones de capital en detrimento de los ingresos laborales.

El sistema monetario es insostenible

Hay clara evidencia empírica que muestra que el sistema monetario sufre de inestabilidad estructural derivada de los mecanismos descritos anteriormente. La crisis financiera que comenzó en 2008 y aún continúa, por no decir que empeora, no es un fenómeno único. En las últimas décadas, numerosas crisis relacionadas con el sistema monetario se produjeron en todo el mundo. Entre 1970 y 2010 se registraron oficialmente un total de 425 crisis financieras que afectan a los Estados miembros del Fondo Monetario Internacional: 145 crisis bancarias, 208 quiebras monetarias y 72 crisis de deuda soberana (véase: Lietaer, Bernard et al. Money and Sustainability. The Missing Link. Axminster: Triarchy Press, 2012). La multitud de crisis financieras y su efecto contagioso en las distintas economías nacionales demuestra claramente su carácter estructural-sistémico. El sistema monetario actual evoca inevitablemente las crisis en las finanzas y en consecuencia en la economía real.

El sistema monetario viola valores éticos

Un valor ético es algo que se ve como algo valioso desde un punto de vista general, después de una cuidadosa consideración. Los valores éticos encarnan los valores más racionales y más importante de la sociedad. Por lo tanto, la sociedad está mal organizada si los valores monetarios se expresan en un conflicto indisoluble con los valores éticos y los valores éticos se suprimen de forma permanente debido a los valores monetarios. Dado que el sistema monetario da forma a gran parte de la economía y la economía en general da forma a la sociedad, los valores éticos que no contribuyen a la rentabilidad del capital se descuidan sistemáticamente en la formulación de las políticas actuales. De esta manera, nuestro sistema monetario actual viola los valores éticos, tales como la estabilidad, la justicia y la sostenibilidad – valores que son esenciales para una sociedad habitable. Un sistema monetario que viole estos valores es bastante razonable y debe ser reformado tan pronto como sea posible.

El Feriado Bancario

5 de la tarde, estaba nervioso y contento. Veía a una gran cantidad de mis compañeros con el número «1» en su uniforme, lo dibujaban con masking (el día de hoy aprendí a escribir esta palabra) o esparadrapo para representar el número de días que faltaban para finalizar nuestro ciclo anual de internado rotativo médico. Era mi último turno pero también el día de la premiación del concurso de Caricatura y Cuento Feriado Bancario. Tres meses antes, mientras me encontraba en la sala de neonatología de la maternidad, leí que había quedado entre los 15 ganadores del concurso que recibió 6837 obras desde dentro y fuera del país, pedí permiso a los doctores y secretamente también pedí perdón a mi compañera de guardia por dejarla sola durante un par de horas en un servicio que no es fácil.

María Fernanda Restrepo

Llegamos temprano y pudimos aplaudir el repaso del performance en el que participaron María Fernanda Restrepo y Juan Carlos Donoso, reconocidos cineastas del país, creo que eso ayudó en lo que posteriormente fue un emotivo relato de lo que para muchos significó una tragedia: La Crisis Financiera de Ecuador de 1999.

Si bien fue evidente cierto tinte partidista en la presentación, el mensaje fue contundente. ¿Por qué? Pues porque muchos de nosotros fuimos transgredidos hace más de trece años. Migración, suicidios, violencia fueron el resultado directo del feriado bancario, en mi casa cerca de 33000 dólares (producto del trabajo de cerca de 30 años de mis padres) se perdieron, mi madre me cuenta que en más de una ocasión, fue la caridad de nuestros familiares y amigos cercanos la que nos dio de comer… Nosotros tuvimos suerte.

Desde este punto de vista pienso, al igual que los coordinadores del concurso, que es imprescindible no olvidar los errores del pasado, repetir esto sería desastroso. Pero ¿Cuánto realmente entendemos acerca de los mecanismos económicos que ocasionaron este evento? ¿Qué tan diferente es la economía de ese entonces a la de ahora? ¿Podemos asegurar que eso no se volverá a repetir?

Si bien todos alguna vez nos preguntamos acerca de ello, muy poca gente sabe de dónde viene el dinero, cómo respaldan los bancos sus préstamos y cómo garantiza el estado la estabilidad de su economía. Menos son quienes conocen la respuesta, pero si en verdad queremos evitar tropezar en la misma piedra una vez más, entender esto es un imperativo inexcusable.

Hace un año Marlon Ortiz  en su charla «Dinero ¿El fin de un paradigma?» nos contaba que el Fondo Monetario Internacional ha identificado desde 1970:

  • 145 quiebras bancarias
  • 204 colapsos monetarios
  • 74 crisis de deuda soberana

Esperen ¿No se supone que la crisis bancaria de Ecuador fue producto de malos manejos y de corrupción? La respuesta es NO. Existe un daño estructural en la forma en que funciona la economía en todo el mundo, y esto se remonta al origen de la creación misma del dinero.

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Los hechos

El dinero nace exclusivamente cuando un banco privado (como aquellos responsables de la crisis bancaria del ’99) otorgan un préstamo. No existe otra forma de creación monetaria. Ese dólar en tu billetera no es otra cosa que un ‘pagaré‘.

Cada vez que se hace un préstamos, debemos pagar después de cierto tiempo obteniendo dinero de otras personas, lo cual teóricamente es posible. Lo que es IMPOSIBLE es pagar el interés que el banco le pone a todos sus préstamos, puesto que ese dinero jamás fue puesto en circulación.

Ahora, sabemos que las deudas no podrán ser pagadas en su totalidad jamás, puesto que la deuda originada en la creación del dinero siempre será mayor al número de billetes en las calles. Es una operación riesgosa y uno tiene la obligación de preguntarse entonces ¿Por qué los bancos prestan dinero para empezar? La respuesta es sencilla y es que a pesar de que ellos no ofrecen ninguna garantía, nosotros sí nos vemos obligados a hacerlo y así la economía es un sistema que transfiere propiedades de las personas a la banca privada.

economia

Para solucionar momentáneamente la falta de dinero creada por los préstamos, la actual economía inventó una solución bastante irónica: Más préstamos. Más deuda. Más inflación.

Ahora el problema es que además de robarle las propiedades a la gente, este sistema hace con nuestros billetes algo todavía menos honesto. Los deprecia, es decir les quita el valor, al imprimir billetes cada vez que hay un déficit el dinero pierde valor. Es un impuesto oculto a la gente, es como que de repente todos tuvieran el mismo cromo de tu álbum y nadie quiere cambiártelo por uno que sí es valioso.

devaluacion

Al comienzo todos estos problemas son pequeños y manejables, pero conforme crece el número de préstamos y el dinero circulante, y hay cada vez más intereses sin pagar eso se vuelve insostenible y nos lleva al colapso económico que, a diferencia de lo que dice la historia oficial, no fue culpa del gobierno de turno, ni de la corrupción de funcionarios, ni de los banqueros que en ese momento se llevaron el dinero de mis padres, y el de millones de personas que sufrieron las consecuencias de este atraco. Es culpa del sistema monetario que crea dinero a través de préstamos sin respaldo alguno.

Esta es una tendencia bien definida y aunque todos están bastante más tranquilos con la dolarización, les recuerdo que el sistema de moneda estadounidense es exactamente igual al que acabo de describir. Y como una imagen dice más que mil palabras aquí la comparación entre lo que en ese entonces fue la base monetaria del Sucre y la tendencia actual del dolar:

Comparación entre la base monetaria del sucre y del dólarHaga clic en la imagen para agrandarla

Una lección para recordar.