Ecuador tuvo un descenso de dos puntos en el último reporte de Freedom House sobre libertad en internet. Anualmente, esta ONG califica el desempeño de varios países siguiendo una metodología numérica que pondera obstáculos en el acceso, limitaciones al contenido y violaciones a los derechos de los usuarios. El reporte es escrito por expertos locales en cada uno de los países y, en estos dos últimos años, me tocó esa tarea en lo que respecta a Ecuador. En 2016, decidí publicar el reporte anónimamente debido a las malas experiencias que he tenido al reportar información de dominio público sobre el gobierno.
Sin embargo, este año he decidido hacerlo públicamente debido a los cambios de actitud desde el gobierno hacia personas críticas. Los reportes cubren doce meses, de junio de un año a mayo del siguiente, por lo que este informe cubre los últimos meses del mandato de Rafael Correa y las elecciones presidenciales, en las cuáles se reportaron varios incidentes de hackeo a candidatos y periodistas. Adicionalmente se resalta la agresión física a periodistas por opiniones expresadas en línea lo que a Ecuador le significó un descenso de dos puntos en su calificación.
El reporte sobre Ecuador puede leerse en inglés en su totalidad en formato PDF o en línea y describe las tendencias en la libertad de internet en Ecuador. El texto no es una descripción de cada uno de los ataques contra internet, pero contiene acciones representativas de cada ataque.
En Ecuador, los siguientes diarios y medios televisivos han dado cobertura al reporte internacional y, parcialmente, a los hallazgos locales:
«¿Eres libre?» A veces Arya me confunde cuando habla. Su inglés es imperfecto como el mío pero su idioma natal, a diferencia del español, tiene una estructura gramatical sustancialmente diferente de las lenguas romances. «¿A qué te refieres?», le digo. «Creo que eres más libre que las demás personas, psicológicamente». Siento en mi rostro los músculos contraerse para entregar una expresión entre triste y frustrada, pero en el fondo me alegra que me digan esas cosas. Y es generalmente una linda sorpresa cuando te lo dice alguien de quien no lo esperarías. Me pasó algo similar cuando la Pao, una excompañera de la universidad, me dijo que soy «bien despierto».
Pero yo no me siento más libre que el resto, al menos no fue lo que me pasó por la cabeza al escuchar la pregunta por primera vez. Al contrario, si algo se ha incrementado en mi vida con el pasar de los años es esa sensación de opresión que viene cuando uno tantea la realidad. ¿A qué me refiero? Pues a varias cosas que a muchos de ustedes les resultan familiares: los compromisos sociales, las facturas, las deudas, pero sobre todo a la decisión difícil de tener que decidir entre que la realidad se adapte o adaptarse a la realidad. Ahí estaba yo, huyendo de unas cuantas cosas en mi pasado, en una nueva ciudad donde no conocía a nadie, e hipotecando el futuro para poder vivir en paz. A muchos no les parecerá coherente que hable de hipotecar mi futuro cuando estoy estudiando a expensas del Estado, pero el hecho es que me toca regresar a mi país y trabajar el doble del tiempo estudiado para que a mi familia no le caiga la deuda. Eso es algo nuevo para mí, porque hasta ahora yo he sido de las personas que, intencionadamente, no tiene nada que perder. Esa era parte de la libertad que me permitía decir lo que pienso aún a costa de mi futuro (y no el del resto), la libertad de abandonar un trabajo cuando va en contra de los principios personales, y así…
«¿Has escuchado del mito de la caverna? —le digo a Arya—, lo escribió Platón». Al comienzo no sabe de qué le hablo así que le cuento un poco. El mito de la caverna es una alegoría que cuenta la diferencia entre el mundo de las ideas y el mundo real. En la historia, hay un grupo de personas que están atadas en una caverna de pies y manos, a sus espaldas arde un fuego que les muestra sombras del mundo real. Un día, uno de los hombres logra liberarse y observa fuera de la caverna. Tras la confusión inicial ¡Eureka! Entiende la diferencia entre lo que veía y la realidad. Al regresar a la cueva, el hombre trata de explicar a sus compañeros lo que había visto, pero al no tener otra referencia que las sombras en la caverna, los hombres no sólo que no le creen, sino que piensan que está loco. De verse forzados a salir de la caverna, tal vez matarían a golpes a nuestro héroe y se volverían a amarrar.
Arya conoce la historia. «Eso es lo que se siente ser libre», le digo. «It’s painful, not cool».
Conferencia en línea de Julian Assange (Software Libre y Soberanía Tecnológica), durante la inauguración del evento Minga por la Libertad 2014, desarrollado en la Asamblea Nacional del Ecuador; también conocido como el día que me olvidé cómo se traducía «supply».
Ha pasado ya algún tiempo desde mi última publicación y mi cerebro no me deja en paz, hay muchas cosas que pasan por mi mente, espero poder concretarlas en este año, pero hasta tanto mis manos tampoco se pueden quedar quietas.
A continuación, y sin orden (cronológico o jerárquico) alguno, los hechos más importantes del 2013.
PS: Cada uno de los títulos lleva a un enlace con mayor información.
Me enteré de su vida el día de su suicidio. Leí su nombre un par de veces previo a su deceso pero lo veía como un luchador más en esta tragedia moderna que vivimos actualmente. Su muerte me consternó, era como yo. Para quienes no lo sepan, Swartz fue un chico que, inspirado en el movimiento de software libre iniciado por Stallman, exigió la liberación del conocimiento. Empezó a descargar documentos científicos para liberarlos, tras algunos intentos fue atrapado, sentenciado y condenado.
Hace algunos meses se publicó la versión en español de «Robots Will Steal Your Job», un libro que explora en términos muy sencillos la relación entre trabajo y felicidad, así como la tendencia de reemplazar mano de obra humana con software o maquinaria automatizada. Además de haber traducido el libro, inicié un portal sobre el tema con la esperanza de iniciar un debate público al respecto y ¿por qué no? empezar a pensar en un futuro donde se rompa ese paradigma de trabajo por ingresos. Toda esta información fue muy bien recibida, incluso en medios de alcance nacional.
Mi vida ha estado marcada por fuertes transiciones que nadie entiende. El mejor alumno de física que escogió la especialización de ciencias sociales, que luego estudió ciencias ancestrales. Se cambió a la medicina y pasó a ser un defensor del método científico. Al parecer el fin de mi carrera como médico no fue la excepción, el último turno tuve que ausentarme para la premiación del concurso arriba mencionado. En cierta manera me tranquilizó saber que la exigencia y disciplina que exigía la medicina no había logrado extraer esa parte creativa que todavía pulula por ahí.
Este fue un punto de inflexión muy importante este año, una tremenda desgracia que me obligó a recordar que el verdadero poder no se mide en encuestas de opinión, ni en políticas públicas o leyes. La verdad se mide en el manejo de los recursos y se predice en base a las necesidades económicas del momento. Aún queda mucho camino por recorrer.
Uno de los eventos más esperanzadores del año, no sólo porque demostró lo que un individuo consciente puede llegar a hacer con decisión y destreza, sino también porque de una u otra forma (a diferencia de Manning y Hammond) Snowden pudo mantener su libertad, producir un diálogo global e iniciar una bola de nieve que sigue rodando. Una de sus frases aún hace eco en mi mente.
No seré yo el que ignore la criminalidad en nombre de la comodidad política. Prefiero no tener país a no tener voz.
Fue unos pocos días antes de este evento que conocí a Rafael Bonifaz, uno de los culpables de que mi vida haya dado un giro tan inesperado en los últimos meses del año. GRACIAS. El foro fue importante porque me permitió entender un poco más del concepto de tecnopolítica y la importancia del software libre en el mundo. Algo que tal vez supo expresar mejor Richard Stallman en el artículo que ayudamos a traducir junto a otros tantos voluntarios.
Jacob Appelbaum es uno de los más grandes expertos de seguridad del mundo, hace unos días apenas, desenmascaró los sistemas más ruines y sucios de la NSA en el Chaos Communication Congress, donde además hizo una pequeña mención al trabajo realizado en Ecuador. Gracias Jacob y gracias a todas esas personas que ayudaron a eliminar el artículo 474 del recientemente aprobado código penal.
Este ha sido un año muy especial para mí, en el sentido que he podido conocer a figuras de talla mundial pero no en cualquier campo, guerreros de la libertad y el compartir. Ola Bini, Roy, Jacob, Richard Stallman, Michel Bauwens y más recientemente a todos los investigadores involucrados en el proyecto FLOK Society, para quienes no saben de que se trata es, en palabras simples, un proyecto de investigación que permita la liberación del conocimiento como un motor de una economía del compartir. En palabras de Michel:
“La economía global trata a la naturaleza y los recursos materiales como si fueran inagotables, y al conocimiento como si fuera escaso. Tenemos que Invertir eso”
Vale la pena luchar por lo que vale la pena compartir
«La esclavitud física requiere que las personas sean alojadas y alimentadas. La esclavitud económica requiere que las personas busquen su propio techo y alimento».
Peter Joseph
El día de ayer en una conversación muy profunda, de esas que uno debería tener todos los días para descansar en paz, mencionaba yo lo difícil que es para mí comunicarme con las personas sobre ciertos temas y cuán frustrante me resulta que ideas que me parecen completamente irracionales tengan tanta cobertura en prensa.
Hablaba, entre otras cosas, de la gente que defiende el crecimiento económico como camino a la sostenibilidad. Voy a traducir eso a palabras sencillas: gente que defiende que debemos explotar cada vez más los recursos limitados que tenemos y venderlos a paso más acelerado como una manera de asegurar la supervivencia de la especie y el entorno que la mantiene. Este discurso se oirá repetido en cada radio, periódico y canal de televisión al que ustedes frecuenten. Aparentemente debemos reunir todos los recursos naturales explotables, venderlos al mejor precio lo más rápido que podamos y finalmente con mucho dinero, tratar de buscarnos un futuro en medio de un planeta desierto.
Hablamos de tener hijos y de lo difícil que resulta llevar una paternidad y maternidad responsables en los tiempos actuales, uno puede invertir mucho tiempo en ganar dinero para conseguirles recursos o en darles mucho apoyo y cercanía sin lograr reunir una cantidad adecuada de dinero para su crecimiento. Claro habrá la gente que quiere ver el vaso medio lleno pero ¿a quién engañamos? Por supuesto que las cosas podrían ser mejor. Si, por ejemplo, no tuviéramos que trabajar.
¡Justo ahí! Ves, es uno de los puntos donde yo no logro entender a la mayoría de la gente, seguro pensaste que estoy loco. TRABAJAR es bueno, y necesario, de lo contrario (1) no podrías obtener los recursos para tu familia y (2) las cosas no se moverían, si nadie hiciera nada pues todos iríamos a la ruina.
No todos debemos trabajar, ya no hace falta, la maquinaria científica ha crecido muchísimo en los últimos años y ahora producimos mucho más que antes, lo suficiente para alimentar, vestir y alojar a toda la población adecuadamente, más bien vivimos un problema de distribución de recursos, esto es cierto para una ciudad como Quito, para todo el país de Ecuador y especialmente para todo el planeta.
Esa ciencia se ha dejado ver en principalmente dos formas:
Software que puede realizar tareas que antes consumían muchos recursos, como por ejemplo la entrega de correos.
Maquinaria o hardware que realiza las tareas monótonas y repetitivas que nosotros hacíamos.
Si no conoces acerca de cómo la innovación tecnológica desplaza el empleo, puedes leer un poco más acerca de ello en desempleo tecnológico. Una buena aplicación de la ciencia nos dejaría con mucho más tiempo libre, con lo cual podríamos al menos reducir nuestra jornada laboral. Esto conjuntamente con todo el BOOM de la autoformación que se ha dado actualmente, podría llenarnos de destrezas para resolver problemas y mejorar procesos, que es precisamente lo que necesita una sociedad que avanza hacia una sostenibilidad auténtica y desinhibida. La gente con tiempo libre finalmente podría pasar con sus hijos, involucrarse en el recreamiento de la polis. Y en lugar de temer a la tecnología, podríamos tratar de siquiera seguirle el paso.
Con el advenimiento de la economía actual y ese «Derecho al Trabajo» declarado por la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, hemos legalizado la esclavitud moderna. Y sí, lo digo de esa forma porque eso es, timbrar la hora de entrada y de salida, que nos digan a qué hora podemos comer y a qué hora no, si nos es permitido ir al baño, que ropa vestir… Cuándo podemos dejar de trabajar y cuándo no. En tiempos de esclavitud, alguien que hablaba de libertad era visto con los mismos malos ojos que critican a aquellos que no queremos trabajar.
Presiona CC para activar los subtítulos en español
Soy una persona culturalmente huraña, pienso que no es necesario obligar a la gente a trabajar quitándole la comida de la boca y aunque es cierto que la gran mayoría acude a su trabajo obligado, esto se debe en gran parte a que no tenemos un sueño compartido al cual aspirar, un horizonte para compartir. Nos chantajeamos porque de mala gana estamos yendo conjuntamente camino a la soledad y el abismo.
Todo el mundo ha escuchado esa frase de Gandhi que dice ‘no hay camino hacia la paz, la paz es el camino’, pero casi nadie sabe que la paz viene de poder contribuir con lo mejor que tenemos, con todo lo que somos; para crear un ambiente que brinde soporte a todos, y es además asegurar un espacio para que otros contribuyan, con lo mejor que tienen, con todo lo que son.