Tiempos exponenciales

La sociedad humana se encuentra en un proceso de evolución continuo y eso es algo que no escapa a los ojos de nadie, los avances científicos y tecnológicos han sido siempre vistos con algo de escepticismo pero finalmente siempre han labrado su camino dentro de la sociedad tal como funciona. La diferencia principal de los tiempos en los que vivimos se halla en el ritmo de este cambio. ¿Cómo medir la evolución y el avance científico? Ciertamente no es una cosa fácil de hacer pero podemos fijar algunos parámetros que nos permitan establecer una idea preliminar de la velocidad y la naturaleza de esta evolución.

El conocimiento humano podría definirse como la forma en la que logramos hackear el universo, en otras palabras entender la forma en que las cosas han emergido y las leyes bajo las cuales se mantienen y mutan. Todo esto puede describirse como un conjunto organizado, estructurado y entrelazado de información. Es precisamente la velocidad a la que se transmite esta información, y las condiciones que permiten su interacción las que definen el ritmo evolutivo de los procesos en el universo conocido.

Si tomamos como ejemplo la variabilidad de los elementos atómicos veremos que estos son muy limitados y, a pesar de presentar atributos únicos, demoraron miles de millones de años en crear algo que acelere el ritmo del cambio, el segundo paso evolutivo fue la reorganización de la materia en compuestos químicos que eventualmente generaron seres biológicos. El éxito de lo que hoy conocemos como vida, se basa principalmente en los ácidos nucleares, que para su época eran la última tecnología en almacenamiento y transmisión de datos.

¿Cuánto tiempo le ha tomado a la evolución el crear organismos pluricelulares? Ciertamente mucho menos de lo que a la física le tomó crear los primeros seres vivos. Sin embargo, esperar a que arquitecturas biológicas complejas crezcan y se reproduzcan ciertamente lleva su tiempo, así como la aparición de una mutación que, bajo determinadas circunstancias, podría convertir a su especie en “exitosa” de frente a las amenazas del mundo.

Es por eso que tenemos cerebros, antiguamente transmitíamos conocimientos de supervivencia (que usualmente mencionamos instintos) y destrezas físicas sólo a partir de nuestros genes; pero ahora nos reproducimos a través de la cultura… La transmisión de conocimientos se empezó a realizar de una forma mucho más horizontal y esto significó un gran avance para la biología. Éramos capaces de aprender de forma mucha más rápida mediante la aprehensión de procesos externos, más importante aún, eramos capaces de aprender de otros seres que no fueran nuestros progenitores. Un perro huérfano podía finalmente aprender a levantar la pata antes de orinar.

Los seres humanos lo somos precisamente porque el neocortex de nuestro cerebro es especialmente más extenso que el de otros mamíferos, nuestra gran cantidad de giros y circunvoluciones han permitido una mayor “área de procesamiento” de la información, sin embargo nuestras memorias se mostraron limitadas y, a pesar de que hemos incrementando nuestra masa cerebral en los últimos años, evolucionamos hacia el exterior con el lenguaje y especialmente con la escritura. La escritura son las neuronas que nos hicieron falta, es nuestra capacidad de almacenaje, nuestra memoria externa.

La imprenta permitió un paso mucho más grande al facilitar el acceso a nuestra memoria externa a muchos otros seres humanos, puesto que ahora podíamos replicar nuestros pensamientos de forma mucho más veloz, pero no fue sino hasta el ensamblaje de las computadoras que empezamos realmente a ver un avance tremendo en la capacidad de procesamiento y almacenaje de la información. Ahora vemos el ritmo de evolución de un paradigma a otro dentro de nuestro tiempo de vida. Para ponerlo en números: la capacidad de procesamiento de una computadora se duplica cada dos años. Un niño con su celular en África tiene acceso a más información que el presidente de Estados Unidos hace 40 años. Hoy todos tenemos en nuestras manos las super-computadoras de ayer y lo que es mucho más interesante es que las computadoras están empezando a diferenciarse notablemente de nosotros. Actualmente aprenden solas mediante la mutación de sus algoritmos (les toma un día lo que a la evolución biológica le toma millones de años) y a seleccionar los más adecuados según su función.

Hace poco se logró construir una interfase entre el cerebro de un humano y el de un ratón, y éramos nosotros los que movíamos su cola, Kurzweil asegura que muy pronto podremos expandir nuestra memoria y almacenar nuestros recuerdos en una nube, actualizar nuestra biología al ritmo de la tecnología. Imaginen las posibilidades, si en lugar de pensar solo en la aplicación en humanos, fuéramos capaces de darle la potencia de nuestro cerebro a un oso de anteojos, o a un león; impregnando el universo de inteligencia.

Hemos inventado los dioses, ahora es tiempo de transformarnos en ellos.

Desempleo Tecnológico | Entrevista a Andrés Delgado

Con una economía que se basa en un crecimiento infinito y en el intercambio de trabajo por dinero, nos aproximamos lentamente a un colapso sistémico, donde tenemos cada vez menos trabajo y más tiempo libre que no podemos intercambiar por dinero. La pregunta del millón es ¿Cómo haremos frente a esto como humanidad durante los próximos años?

Andrés Delgado, activista del Movimiento Zeitgeist, explora las diferentes implicaciones de lo que hoy se conoce como desempleo tecnológico o estructural y las posibles soluciones al mismo.

Más info:
http://desempleotecnologico.com

 

¿Por qué toda la investigación farmacéutica debe ser de libre acceso?

Artículo original por Cory Doctorow 

‘La antiquísima costumbre de la industria de suprimir evidencia científica motivó a Goldacre a declarar que nada de lo que sabemos acerca de la medicina moderna se debe asumir como correcto’. Fotografía: Doug Steley C/Alamy

Hace poco almorcé con el más acérrimo defensor del acceso abierto que jamás haya conocido (no lo voy a nombrar, porque sería descortés atribuirle comentarios casuales sin su permiso). Estábamos hablando de los planes para demandar la publicación libre y abierta de la investigación científica financiada con fondos públicos. En Estados Unidos, existe la Ley Federal de Investigación Pública y en el Reino Unido, el gobierno de coalición anunció que la investigación financiada con fondos públicos deberá estar disponible sin costo alguno, bajo una licencia Creative Commons que permita réplicas ilimitadas.

Habíamos estado hablando de un excelente nuevo libro de Ben Goldacre, Bad Pharma, en el que Goldacre documenta el problema de los «datos perdidos» en la investigación farmacéutica (él dice que cerca de la mitad de los ensayos clínicos realizados por la industria farmacéutica nunca se publican). Los ensayos no publicados, por supuesto, muestran resultados desfavorables para los nuevos productos de las compañías farmacéuticas – son ensayos que sugieren que los medicamentos no funcionan muy bien, o no funcionan en absoluto, o son activamente perjudiciales.

La antiquísima costumbre de la industria (y de algunos investigadores independientes) de suprimir evidencia científica motivó a Goldacre a declarar que nada de lo que sabemos acerca de la medicina moderna se debe asumir como correcto, y argumenta que es urgente forzar la liberación de toda esa “materia oscura farmacéutica” para que los científicos puedan recalcular y trabajar con lo que realmente funciona.

Se lo comenté a mi comensal, terminando con: «Y es por eso que toda la investigación farmacéutica debe ser de libre acceso».

«Toda la investigación farmacéutica financiada con fondos públicos», dijo, como corrigiendo un error de aritmética elemental. «Si el público paga por ello, deberían verlo, pero si las compañías farmacéuticas quieren pagar por su propia investigación, pues…».

Sabía por dónde iba el asunto. Uno de los argumentos más fuertes para el acceso público a las publicaciónes académicas y científicas es el argumento de «deuda pública»: si es el público quien paga para hacer la investigación, la investigación debería pertenecer al público. Ese es un buen argumento, pero no es toda la historia. Por un lado, es vulnerable al contraargumento de la «colaboración público-privada», que va más o menos así: «Ah, sí, pero ¿por qué no asegurar que el público obtenga un dividendo máximo de su enorme inversión cobrando por el acceso a la investigación financiada con fondos públicos, para devolver el beneficio al sector de la investigación?» Creo que este argumento es una basura, al igual que lo creen la mayoría de los economistas que han estudiado la cuestión.

El bien público del libre acceso, la investigación sin trabas, genera más valor económico para el público que el subidón de azúcar que obtienes al cobrar al público al entrar y salir. Esto ha sido verdad en muchos sectores, aunque el ejemplo canónico es el ingreso público masivo que recibió el Servicio Geológico de Estados Unidos por sus mapas de libre uso, los cuales han generado una fortuna, que hace que los ingresos obtenidos por la Encuesta de Ordenanza sobre los mapas de Reino Unido, se vean como una miseria .

Es por eso que el trabajo de Goldacre es importante para esta discusión. La razón por la que las compañías farmacéuticas deberían estar obligadas a publicar sus resultados no es que hayan recibido una subvención pública para la investigación. Más bien, se debe a que están pidiendo una certificación gubernamental diciendo que sus productos son aptos para el consumo, y que están pidiendo al espacio regulador que permita a los médicos recetar estos productos. Necesitamos revelar su investigación – aunque ello socave sus ganancias – porque sin esa investigación, no podemos saber si sus productos son aptos para su uso.

Este argumento es similar al usado cuando se habla de software libre/código abierto en aplicaciones industriales y de salud, tales como el sistema OpenEyes desarrollado por Moorfields Eye Hospital y otras instituciones de todo el mundo, tras el colapso del proyecto de historia clínica electrónica del NHS. Ellos no optaron por un sistema abierto en lugar de un sistema propietario por razones ideológicas, sino por razones eminentemente prácticas. Ningun hospital confiable permitiría jamás que una empresa de ingenieros construya una nueva ala de un hospital con medios propios secretos para calcular sus cargas-tensiones. No aceptarían una nueva ala en donde los planos de la obra fueran un secreto, donde la ubicación de los conductos y los troncales fuera conocida sólo por el contratista.

Es cierto que las empresas de ingeniería y arquitectura podrían ganar más si sus métodos hubieran sido propietarios, pero exigimos transparencia, porque tenemos que ser capaces de mantener los hospitales, independientemente de la suerte de cualquier empresa de ingeniería, y porque tenemos la certeza de poder volver a verificar los cálculos de carga por nuestra propia cuenta. Los sistemas informáticos utilizados para administrar a los pacientes en el hospital son tan vitales como la ubicación de los cables de Ethernet en las paredes, y así Moorfields espera que sean tan abiertos como los planes arquitectónicos para sus edificios.

Y es por eso que las grandes farmacéuticas necesita mostrar su trabajo, porque independientemente de sus resultados, no se deben permitir sus productos en el mercado sin tal demostración. Es importante que lo financiado con fondos públicos quede en manos del público, pero ahí es donde comienza la historia del libre acceso, no donde termina.

Declaración de Edward Snowden en Moscú

Lunes 01 de julio, 21:40 UTC

Hace una semana me fui de Hong Kong después de que quedó claro que mi libertad y seguridad estaban bajo amenaza por revelar la verdad. He permanecido libre debido a los esfuerzos de los nuevos y viejos amigos, familiares y otras personas que nunca he conocido y probablemente nunca conoceré. Les confié mi vida y ellos me devolvieron esa confianza con una fe en mí por la que siempre estaré agradecido.

El jueves, el presidente Obama declaró ante el mundo que no iba a permitir que ningún diplomático «regatee y negocie» sobre mi caso. Sin embargo, ahora se ha reportado que después de haber prometido no hacerlo, el Presidente ordenó a su vicepresidente presionar a los líderes de las naciones de la cual he solicitado protección para que nieguen mis peticiones de asilo.

Este tipo de engaño de un líder mundial no es justicia, como tampoco lo es la pena extralegal del exilio. Estas son las viejas y malas herramientas de agresión política. Su propósito es asustar, no a mí, sino a los que vendrán después de mí.

Durante décadas, los Estados Unidos de América ha sido uno de los más fuertes defensores del derecho humano a solicitar asilo. Lamentablemente, este derecho, diseñado y votado por los EE.UU. en el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, está siendo rechazado por el actual gobierno de mi país. La administración de Obama ha adoptado la estrategia de utilizar la ciudadanía como un arma. Aunque no he sido condenado por nada, se ha revocado unilateralmente mi pasaporte, me han convertido en un apátrida. Sin ningún tipo de orden judicial, la administración pretende ahora prohibirme ejercer un derecho fundamental. Un derecho que pertenece a todo el mundo. El derecho a solicitar asilo.

Al final, el gobierno de Obama no tiene miedo de los denunciantes como yo, Bradley Manning o Thomas Drake. Somos apátridas, estamos encarcelados, o impotentes. No, la administración Obama tiene miedo de ti. Tiene miedo de una sociedad informada, exigente, de un público enojado demandando el gobierno constitucional que les fue prometido – y así debería ser.

Estoy erguido en mis convicciones e impresionado por los esfuerzos realizados por muchos. Edward Joseph Snowden Lunes 01 de julio 2013

Los Robots Robarán Tu Empleo

El desempleo tecnológico es un fenómeno antiguo definido como el desplazamiento de la labor humana a ‘manos’ de maquinaria automatizada o más recientemente de software informático. Si bien en tiempo antiguos hubieron ajustes que hicieron posible una adaptación al fenómeno (como la adquisición de nuevas destrezas y la creación de nuevas áreas del mercado) hoy nos vemos enfrentados por primera vez a un ritmo de crecimiento exponencial de la tecnología. Algo que jamás habíamos enfrentado.

Por otro lado la ‘liberación’ del mercado ha permitido disminuir las barreras ‘morales’ que no permitían a las grandes empresas desligarse de la responsabilidad social. Ahora las grandes multinacionales abogan cada vez más por estos empleados que no piden vacaciones o seguro social, que no se enferman ni embarazan y lo más importante, no piden dinero después de su jubilación… El resultado de esto es que los consumidores tienen cada vez menor capacidad adquisitiva. Puesto que si algo es cierto es que las máquinas crean menos trabajos de los que arrebatan.

Con una economía que se basa en un crecimiento infinito y en el intercambio de trabajo por dinero, nos aproximamos lentamente a un colapso sistémico, donde tenemos cada vez menos trabajo y más tiempo libre que no podemos intercambiar por dinero. La pregunta del millón es ¿Cómo haremos frente a esto como humanidad durante los próximos años?

¿Qué harás tú?

Te invito a conocer más sobre el desempleo tecnológico en www.desempleotecnologico.com