Parte 4: La quinta dimensión

«En los últimos años nos estamos acercando a una teoría que sugiere que
el espacio-tiempo no es fundamental, sino que existe una estructura más profunda».

Brian Cox

¡Hola mami!

Créeme que no eres la única persona a la que le cuesta entender las cosas sobre las que estoy escribiendo. De hecho, el capítulo previo fue exactamente lo que Hal Puthoff contestó cuando le preguntaron, ¿cuándo tuviste tu primer «shock ontológico»? En otras palabras, cuándo fue que se dio cuenta que el mundo no es lo que parece. Tal vez una frase más común para esto sería una «crisis existencial».

A mí me pasó exactamente lo mismo, gran parte de mi vida pensé que la evidencia experimental jamás iba a poder captar siquiera un fenómeno sobrenatural y que al encontrarme uno siempre tendría que vivir con la duda de si algo extraordinario pasó o fueron mis ganas de querer creer que encontraron algún atajo mental. Por ejemplo, cuando tú sanaste repentinamente de un vértigo paroxístico durante una oración, siempre me quedó la duda de si tal vez la relajación o el calor local fueron lo que realmente te curo. A pesar de que tuviste un examen médico antes y después. Siempre estuvo para mí la explicación alternativa «normal».

Mi «crisis existencial» más reciente, sin embargo, se fue poco a poco transformando en un «alivio existencial» y si me das un poco de tiempo para seguir hablando del tema, creo que te va a pasar algo parecido. En mi caso, fue porque sentí que la evidencia científica apunta cada vez más a que la vida es, en efecto, mágica y es mucho más inspirador vivir en un mundo así que en un mundo que funciona como una máquina. En tu caso, creo que esta evidencia debería animarte porque parece ser que, a pesar de todo los caminos de la ciencia —que pregunta sobre el cómo suceden las cosas— y el de la religión —que se concierne con su por qué más profundo— empiezan poco a poco a apuntar en la misma dirección.

Por ejemplo, hay dos cualidades que yo diría son denominadores comunes en la mayoría de religiones: (1) la existencia de un yo superior o trascendental, que en la religión católica comúnmente se conoce como «alma» y la supervivencia de dicho alma a la muerte. Usaré este concepto a manera de metáfora para explicar cómo podría funcionar la visión remota, al mismo tiempo que uso conceptos de física. Para nuestra buena suerte, parece que las historias religiosas pueden fácilmente ser interpretadas desde conceptos de física convencionales.

Por ejemplo, si te pregunto que será de ti cuando mueras, seguramente me explicarás que una parte de ti sobrevivirá en una dimensión más elevada. Es común escuchar que el alma revive todos los pasos de tu vida en un sólo instante. De hecho, es algo comúnmente reportado en gente con experiencias cercanas a la muerte. Al mismo tiempo, es común que el alma pueda acercarse a sus seres queridos, bien sea como protector temporal o quizá para darles un último adiós. Esto parecería sugerir que el alma se «mueve» como si el tiempo y el espacio no fueran barrera alguna.

La pregunta que debes hacerte ahora es, ¿eres un alma ahora o únicamente cuando estás muerta? En la enseñanza católica, el alma es creada por Dios en el momento en que un nuevo ser humano es concebido. Por tanto, desde ya, eres un alma. Si también asumes que el mundo espiritual está por encima del mundo material, entonces vas a poder seguir mi explicación física en el siguiente párrafo.

Nunca Jamás

¿Te acuerdas de Peter Pan? Me encantaba esa película. Peter Pan tenía una sombra y esa sombra tenía voluntad propia. Básicamente estaba viva, pero estaba confinada a vivir en un mundo enteramente plano. Puede ir para adelante y para atrás, para la izquierda o la derecha, pero nunca elevase o hundirse porque «arriba» o «abajo» simplemente no existen para la sombra. Nosotros somos la sombra de Peter Pan, vemos pasar el tiempo, nos podemos mover de unas cuantas formas, pero nuestro entendimiento de la realidad está bastante limitado.

Peter Pan es el alma, es quien realmente «mueve» a la sombra, pero la sombra no es muy consciente de ello. Solo va por la vida, siendo arrastrada de acá para allá, pensando que es una sombra y nada más, y que lo único que existe es Planilandia.

Al igual que la sombra de Peter Pan, estamos limitados por nuestra percepción de las dimensiones en las que vivimos. En el plano en el que nos movemos, lo que parece imposible, como dibujar un punto en medio de un círculo sin levantar la mano, es simplemente una cuestión de perspectiva. Un video de un reto sobre este tema ilustra cómo, al manipular la tercera dimensión (doblando la hoja), es posible realizar algo que, en un plano bidimensional, parecería fuera de alcance.

Este ejercicio nos invita a reflexionar sobre las dimensiones superiores, que podrían permitirnos realizar acciones «imposibles» desde nuestra realidad. Así como la sombra no es consciente de que está siendo movida por Peter Pan, nosotros a menudo no somos conscientes de nuestra alma, que funcionaría en dimensiones más allá de las que percibimos, limitando nuestra comprensión de lo que es posible. Nuestro mundo tiene cuatro dimensiones: arriba-abajo, izquierda-derecha, adelante-atrás y antes-después. Sin embargo, si existiera una quinta dimensión, la del alma, esa quinta dimensión podría hacer «origami» con las otras cuatro.

Morirse un poquito

Las personas que participaron en los programas de visión remota no tenían un dominio completo durante sus sesiones. Había días en los que no podían ver nada y cuando sí lo hacían, a veces recogían impresiones mixtas o incorrectas. Sus visiones no eran una ciencia exacta, Jessica Utts, profesora de estadísitica en la Universidad de California, los comparó con los jugadores de baseball, diciendo que, en promedio, lograban «impactar la bola» uno de cada tres golpes de bate.

Por supuesto, como en toda profesión hay personas que tienen más talento que otras. Una de las personas que tuvo muy buenos resultados fue Joseph McMoneagle, a quien de ahora en adelante llamaré «Joe» (suena como el «Geo» en «George»).

En este punto, he visto tantas entrevistas y leído tantos libros que no sé dónde aprendí lo que te voy a contar, pero sé que pasó en Japón, donde Joe ayudó a descubrir restos arqueológicos antiguos. Joe fue una celebridad en ese país. Era invitado recurrente en sus programas de televisión. En una ocasión, trajeron una máquina para estudiar su cerebro. Según Joe, para ver a distancia debía «apagar su cerebro». Cuando se llevó a cabo la demostración, el científico que realizaba el estudio tuvo su propia crisis existencial porque dijo que jamás había visto alguien que pudiera «apagarse» tanto.

Si bien no voy a profundizar en los detalles del protocolo de la visión remota o mis impresiones al respecto. Por ahora, quería dejar claro qué bases conceptuales uso para entender al fenómeno. No tenemos un alma, somos alma, y si inhibimos ciertas partes de nuestro cerebro, podríamos conectar un poco más con nuestro yo profundo. En otras palabras, volver a tejer ese vínculo entre la sombra y Peter Pan.

No apto para desalmados

Entender el mecanismo de la visión remota es importante no sólo para poder replicar y refinar la técnica, sino porque entender el «cómo» funciona nos da pistas sobre «quién» podría ejecutarla. Si leemos que hay gente que puede surfear en el espacio-tiempo, una pregunta natural que sigue a eso sería, ¿y yo puedo hacerlo?

Una de mis historias favoritas en el libro de Schnabel que mencioné en el capítulo previo es la historia de Laura Dickens, una empleada de la CIA que llegó al laboratorio de Hal proclamando desde Washington y le dijo frontalmente que venía a probar que su investigación era un fraude. Hicieron uno de estos experimentos donde el psíquico tiene que describir una localidad. Laura no estaba impresionada a pesar de que la descripción fue acertada. Dijo que «debe ser un truco».

Al día siguiente pidió ser ella quien conduzca, fue al sitio seleccionado aleatoriamente, pero en medio de la sesión, empezó a manejar de nuevo porque sospechaba que la vez anterior un auto o un helicóptero los pudo haber seguido. Hal casi tuvo un infarto, porque era una brecha del protocolo experimental. Laura regresó a revisar las notas del psíquico, quien había descrito el sitio elegido aleatoriamente, había reportado que las personas se subieron al auto y luego describió el segundo sitio.

Laura se quedó callada pero no se veía convencida. «Voy a consultarlo con la almohada». Hal y su colaborador Russell Targ se dieron cuenta de que no iba a ser fácil convencer a Dickens y se les ocurrió una idea. Si «ver para creer» no iba con ella, ahora iban a intentar el «hacer para creer». Cuando llegó al día siguiente, no había ningún psíquico en la sala. Solo estaban Russell y Hal, quienes le dijeron: «tú vas a hacer la visión remota». Laura le dijo que no creía en esas mierdas, pero Hal y Russell la convencieron de que sería una buena forma de que evalúe el protocolo experimental.

  • Cierra los ojos y dime que ves.
  • OK. Está oscuro. Mis ojos están cerrados. Veo la parte de atrás de mis pestañas.
  • Vamos, ¡usa tu imaginación!
  • Vale, tengo una gran imaginación. Veo un puente y un riachuelo

Hal regresó y les llevó a la ubicación, un puente sobre un riachuelo en el campus de la universidad. Laura parecía alterada, pero racionalizó lo que pasó diciendo que Russell le debió haber inducido la respuesta de alguna manera. Al día siguiente pidió repetir el experimento sin nadie en la habitación. Se selló la puerta. Una tercera persona seleccionó el destino para evitar acusaciones de protocolos débiles. El sitio seleccionado fue la Reserva natural de Baylands, en Palo Alto. Al regresar, Russell y Hal encontraron a Laura acurrucada en una esquina, cubriéndose las orejas con las manos (para evitar mensajes subliminales) y con su libreta bien pegada al pecho (por si había cámaras que la espiaban). Hal y Russell vieron sus dibujos y sonrieron. Cuando llegaron a la reserva, Laura no estaba nada contenta.

Pero Laura no era del tipo de personas que se da por vencida fácilmente. Después de la última sesión, se dio cuenta de cuál era el truco. Cuando vieron su dibujo, se dijo a sí misma, los investigadores la llevaron al lugar que más se le parecía. Así que en su último experimento, quiso que la lleven al sitio antes de mostrarles sus dibujos. El sitio era un parque infantil a tres kilómetros del centro de investigación. Había algunos juegos, pero uno de los que más sobresalía era la «rueda» o «torniquete». Ese juego donde los niños se agarran de algo porque, una vez que lo haces girar, la fuerza centrífuga amenaza con sacarte volando. Al llegar al sitio, Laura apuntó a ese juego y dijo «es eso, ¿verdad?» Y luego: «Dios mío, realmente funciona».

Uno de los hallazgos de la revisión sistemática sobre visión remota que mencioné previamente, fue que los experimentos con novatos tuvieron resultados bastante similares (estadísticamente) a los de sujetos preseleccionados. Si bien no hay como establecer conclusiones definitivas sobre el tema porque no se han realizado tantos experimentos con novatos, esto parece sugerir que todos podríamos hacer visión remota.

Si algunos no lo logramos en vida, definitivamente lo lograremos en la secuela.

Parte 3: Viajes en el tiempo

«Nada como escribir un libro para darte cuenta todo lo que no sabes».
Harold («Hal») Puthoff

Hal Puthoff llegó al laboratorio de física experimental de la Universidad Stanford en 1963. Allí desarrolló y patentó un láser infrarrojo de alta potencia que podía ajustar su frecuencia dinámicamente. Hasta entonces, los láser podían ser ajustados a cierta frecuencia, pero solo una vez. Además de trabajar en el laboratorio de Física y supervisar estudiantes, Hal daba clases en el departamento de Ingeniería Eléctrica. Junto a su supervisor Richard Harris Pantell, escribió Fundamentals of Quantum Electronics (1969), un libro que al día de hoy ha sido traducido al Francés, Chino y Ruso. A pesar de no contar con una versión digital, es libro cuenta con más de 700 citas.

Hal recuerda que mientras escribía este libro se preguntó sobre las implicaciones de la física en los organismos vivos, en cosas tan simples como el césped. «¿Son solo átomos o tal vez hay otros campos que deberíamos estar estudiando?». Fue persiguiendo preguntas como estas que Hal conoció a Cleve Backster, un experto en polígrafos. Backster había conectado estas máquinas que supuestamente te avisan si alguien está mintiendo a algunas de sus plantas y su interpretación fue que las plantas conversaban.

Imagínate dos niños con juguetes, uno tiene rayos láser y el otro tiene un polígrafo para leer seres vivos. Estos dos niños quieren mezclar sus juguetes, pero como los juguetes son caros y prestados, escriben una propuesta de investigación. La idea era crear un cultivo de algas, separarlo en mitades, lanzarle rayos láser a una de las partes y ver si la otra tenía alguna opinión poligráfica al respecto.

Creo que todo hubiera salido según el plan, sino hubiera sido por la intervención de una persona inesperada, un pintor que, además de ser pintor, aseguraba tener poderes psíquicos. Fue esta persona quien acuñó el término «visión remota» porque él la practicaba. Ingo Swann no tenía nada en contra de los experimentos con las algas, pero creía firmemente que él podía convertir ese juego de niños en algo extremadamente mejor.

Swann leyó la propuesta de investigación con plantas en el escritorio de Becker y le escribió una carta a Hal. «Veo que tú investigas la física clásica y tal vez la física que puede ser afectada por la biología, ¿por qué quieres trabajar con las algas que no pueden decirte nada en lugar de trabajar con alguien como yo?» Hal leyendo esta carta bien pudo ser Andrés Delgado leyendo «visión remota» en el libro de extraterrestres. Según sus propias palabras, Hal Puthoff hubiera tirado la carta al cesto de basura sin darle un segundo vistazo, pero pegada a la carta estaba un reporte experimental de City College (Nueva York). En este reporte, la psicóloga Gertrude R. Schmeidler atestiguaba que Ingo Swann había sido capaz de manipular un sensor de temperatura —o quién sabe si la temperatura misma— ubicado a poca distancia de su cuerpo.

Puthoff invitó a Swann al laboratorio de Física. Todos sus compañeros de trabajo lo abuchearon diciendo que todas estas personas son charlatanes. Lo cuál no fue en vano, pues uno de ellos le dio una idea maquiavélica: diseñar un experimento donde un engaño exitoso fuera tan o más significativo que el efecto directo del experimento. Algo así como subir una montaña en menos de un minuto, incluso con la mejor tecnología, no debería ser posible. La marina estadounidense había gastado millones para aislar un chip cuántico de toda interferencia eléctrica, magnética y acústica, incluyendo el aislamiento de superconductores. Afectar ese chip debía ser técnicamente tan imposible como subir al Everest en un minuto, sin importar si uno lo hacía siguiendo las reglas o rompiéndolas.

Cuando Swann llegó a Stanford, Hal lo llevó al edificio Varian, donde se encontraba este magnetómetro de quartz. El dispositivo estaba enterrado en un pozo de concreto. Hal señaló el dispositivo con el dedo y le dijo a Swann «esto es como el experimento que hiciste con los termistores de City College pero en esteroides, trata de alterar esto». Al día de hoy, estos magnetómetros tipo SQUID están entre los instrumentos más sensibles construidos por el hombre. Cualquier alteración se manifiesta en fluctuaciones de una línea continua en forma de S impresa por el magnetómetro. Esta línea se mantuvo estable por una hora entera antes del experimento y en los dos días subsecuentes, pero cuando Hal instruyó a Swann que alterara el instrumento, esta línea cambió prácticamente a su voluntad.

Tres investigadores del laboratorio y varios estudiantes de postgrado estuvieron presentes durante el experimento. Si esta fue una coincidencia, fue la madre de todas las coincidencias. Le preguntaron a Swann cómo logró alterar el magnetómetro. Swann explicó que ese fue un efecto secundario. Como Swann no estaba familiarizado con el equipo, trató de ver (en su mente) la estructura interna del magnetómetro y fue entonces cuando le notificaron que, de hecho, la onda había cambiado. La onda variaba en función de lo que él estaba «viendo» dentro del aparato. Hal estaba intrigado así que le pidió a Swann que describiera lo que había visto, cosa que hizo de forma rudimentaria pero acertada.

Este y otros detalles de la prueba se encuentran redactados en una carta que Hal circuló a varios de sus colegas. Eventualmente, gente de la agencia central de inteligencia (CIA) leyó la carta y, poco después, llamaron a su puerta. Hal tenía un historial de contratos con la agencia nacional de seguridad y tenía las autorizaciones que le permitirían trabajar con ellos. La CIA le confesó a Hal que los soviéticos invierten millones en ese tipo de investigación, pero que ningún científico en Estados Unidos tomaba en serio el tema.

Una de las aplicaciones principales que esperaban desarrollar mediante el espionaje psíquico o la telepatía era el poder comunicarse con submarinos a grandes profundidades. El agua actúa como una barrera natural contra la gran mayoría de ondas electromagnéticas y más allá de los 40 metros de profundidad, comunicarse con estas naves de guerra se volvía difícil o incluso imposible. La capacidad de Ingo Swann de ver a través de todas las capas de aislamiento sugerían la existencia de otro «medio» mediante el cual se podrían establecer comunicaciones efectivas.

El periodista científico Jim Schnabel detalló toda la historia de lo que luego se conociera como el proyecto Stargate en su libro Remote Viewers: The Secret History of American Psychic Spies. El éxito inicial de Swann contribuyó al financiamiento de varios experimentos subsecuentes que confirmaron la inutilidad del aislamiento electromagnético frente a las lecturas psíquicas. Una vez establecido este hecho, los investigadores empezaron a empujar las condiciones de transmisión cada vez un poco más. Primero, realizaron los experimentos a mayor distancia y tuvieron éxito.

¿Qué tan lejos? La respuesta podría sorprenderte. Conscientes de que la sonda espacial Voyager atravesaría pronto por Júpiter, se pidió a dos psíquicos recoger impresiones específicas sobre ese planeta. Tanto Ingo Swann como Harold Sherman describieron la presencia de cristales en la atmósfera en el año 1973, la presencia de cristales de amoniaco fue confirmada por la sonda Galileo en el año 2000. Swann además describió anillos de cristal en bandas que se observan como escarcha pero muchos más cercanos al planeta. La presencia de anillos en Júpiter fue confirmada por la sonda Voyager en 1979.

Hal, siendo físico, estaba muy consciente de que el espacio-tiempo es una sola cosa, así que la progresión natural del experimento fue ubicar al objetivo más allá en el tiempo. Los investigadores establecieron protocolos de visión remota precognitiva, en el que uno de ellos salía del centro de investigación en Menlo Park a las diez de la mañana y esperaba media hora antes de seleccionar uno de diez objetivos al azar. En esa media hora —entre las 10H10 y las 10H25 para ser exacto—, el sujeto de investigación describiría dónde estará la persona que salió de Menlo Park entre las 10H45 y las 11H00. Solo después de haber recopilado toda la información, se generaba un número aleatorio y se escogía el sobre.

En uno de esos experimentos, Hal llevó a una de las personas de la oficina a un campus aledaño, pues eso era lo que estaba contenido en el sobre que abrieron a las 10H30. La torre contiene exhibiciones y archivos y se encuentra a 345 pies sobre el nivel del mar. Pat Price, quizá el mejor psíquico con que trabajo Hal durante su tiempo en Menlo Park fue el psíquico de la sesión. He dejado algunas de las descripciones de Price al pie de las tres fotos en la galería de abajo. Después de decir esas frases, Price simplemente sentenció: «Parece ser la Torre Hoover».

Los hallazgos de Hal fueron publicados en dos de las mejores revistas científicas: Nature y IEEE. He leído a detalle estos artículos y a sus críticos y mi opinión personal es que las conclusiones del estudio son robustas. Como ya mencioné, hubo mucha más investigación en los años subsiguientes. Y no solo sobre visión remota, sino sobre otras formas de transmisión anómala de información. Si alguien quiere un resumen detallado de la evidencia científica sobre investigación parapsicológica, les recomiendo revisar este artículo de Etzel Cardeña publicado en American Psychologist. Por ahora, he tomado unos pocos ejemplos para ilustrar mi punto: la evidencia científica sugiere que la consciencia humana puede viajar el espacio-tiempo. Y si vamos un poco más lejos, parece ser que puede incluso alterarlo.

Al finalizar el libro de Schabel, tenía más preguntas que respuestas. Quizá una de las más importantes era, y entonces ¿qué es la consciencia?

Parte 2: Visión remota

Hola madre, ¿cómo vas? Acá en Ottawa se está acabando el invierno y cada día tenemos cada vez más horas de sol. Si uno se distrae, puede imaginarse que estamos en un clima normal como el de casa, pero al acercarme a la ventana, todavía puedo ver un poco de nieve enterrando la parte baja de nuestras bicicletas. Esperemos que en las próximas dos semanas esas moléculas de agua empiecen a separarse primero en gotas y luego en gases, para poder ir a visitar los campos de tulipanes que Holanda envía cada año.

Como te comenté en mi última carta, a fines del año pasado empecé a buscar información experimental sobre la tal «visión remota». Primero te voy a explicar qué es esto de la visión remota, cómo se hacen estos experimentos y luego te cuento qué es lo que encontré al revisar la evidencia.

¿Qué es la visión remota?

Hay una larga historia atrás de este término que no voy a abordar aquí, pero en resumen es una supuesta capacidad de ver cosas en la mente que no puedes ver con tus ojos, escuchar con tus orejas, o inferir a través de la lógica. Los investigadores actuales usan un término un poco más específico que es «transmisión anómala de información». Usualmente las personas necesitan un espacio tranquilo, apagar el cerebro y prepararse para recibir información en un estado entre dormido y despierto. No te concentras para ver, más bien estás en este estado parecido a cuando te olvidas una palabra y estás a punto de acordarte y la tienes «en la punta de la lengua».

¿Cómo se hacen experimentos de visión remota?

Tal vez un ejemplo sea más fácil de entender. El experimento sería algo así. Tú eres la persona que va a recibir información y te enviamos a un cuarto aislado. Por ejemplo, el antiguo cuarto de mi abuelo Isaac. Yo te digo que alguien va a seleccionar un objeto y tú tienes que generar pistas sobre este objeto: principalmente dibujos y palabras. Usualmente se asigna un horario, por ejemplo de tres a cuatro de la tarde.

Antes de empezar el experimento, le llamo a mi hermana a la sala —que es un lugar que no puedes ver o escuchar— y le pido que seleccione un objeto al azar: puede ser un rompecabezas de madera, un ramo de flores o un cuadro, o cualquier otra cosa. Tú no sabes qué objeto seleccionamos ni de qué manera (tal vez le diga que vaya y compre algo en la tienda). Al mismo tiempo, nosotros no sabemos qué dibujaste o escribiste entre las tres y las cuatro de la tarde.

Una tercera persona, digamos el Jorge, evalúa tu dibujo. Si es que el dibujo corresponde al objeto, eso quiere decir que hubo un acierto. Como esto es un poco subjetivo, es común que se seleccionen una serie de objetos como «controles» y se le pida al juez que ordene los objetos según cuál se parezca más al dibujo. Y es un acierto si el primero objeto es el que se supone que debas adivinar. Y así se hacen las matemáticas para calcular si realmente viste algo o fue el simple azar.

Este es un protocolo básico y se ha refinado mucho desde los estudios iniciales, pero creo que te da la idea general de cómo los científicos evalúan el tema.

¿Qué dice la evidencia?

La exploración científica de un tema no es tan diferente que buscar información en google. La diferencia radica principalmente en que uno busca información en bibliotecas especializadas que filtran todo lo que no sean artículos o libros científicos, aunque siempre existe la posibilidad de que se filtren publicaciones de baja calidad.

La búsqueda es el primer paso. Cualquiera puede crear una revista científica con relativamente pocos recursos y paciencia. Así que revistas emergentes usualmente se colan dentro de los resultados de búsqueda y uno debe saber reconocer entre una investigación sólida, un mal primer intento o el fraude. Sin embargo, siempre cabe la posibilidad de encontrar investigaciones excelentes en revistas pequeñas o investigaciones muy malas en revistas excelentes, como Nature or Science.

Una forma de ahorrarse todo este trabajo es buscar una revisión sistemática sobre el tema. En otras palabras, si alguien más ya se dio el trabajo de leer todo sobre un tema, uno puede leer directamente un «resumen científico» de «toda» la evidencia que existe sobre un tema en específico. Yo he escrito y publicado algunos de estos resúmenes sobre otros temas. Por ejemplo, esta revisión sistemática sobre terapia de conversión de género y sexualidad, que publiqué el mes pasado.

Una revisión no necesariamente es buena, también puede estar plagada de defectos. De hecho, mi publicación más citada al momento fue una revisión de revisiones sistemáticas sobre los efectos de los entornos urbanos en la salud mental. Este tipo de trabajo me permitió familiarizarme con el tipo de cosas que debe hacer un equipo de revisores sistemáticos para producir un resumen de alta calidad.

Dejo todo esto como antecedente porque decidí buscar revisiones sistemáticas sobre visión remota. Para mi buena suerte, el primer resultado fue este borrador que analiza la evidencia publicada entre 1974 y 2022. Estos borradores o «pre-prints» aún necesitan ser revisados por otras personas antes de ser publicados. Sin embargo, uno puede acceder a estas versiones tempranas con ojo crítico. Luego encontré que esta revisión se había ya publicado en una revista no muy conocida, lo cual honestamente me apena.

No entendí mucho del lenguaje que el artículo usaba durante mi primera leída. Pero los artículos siempre están sintetizados en sus tablas y dibujos. En el corazón de las revisiones sistemáticas, están los diagramas de flujo, que te dicen cuántos estudios se han encontrado (36 en este caso) y un gráfico de bosque, donde uno puede observar el efecto estadístico de cada estudio.

Usualmente tienen una línea en la mitad, que representa una línea de partida arbitraria que el experimento debe superar. Por ejemplo, en nuestro experimento en casa, hay cuatro objetos. Entonces la probabilidad de que Jorge seleccione tu dibujo con el objeto siempre va a ser de al menos uno en cuatro (1/4) o 25%. En este caso, usaríamos ese 25% como la línea puntiaguda.

El cuadrado se ubica donde cae el porcentaje de aciertos respecto a esa línea. Los experimentos con pocos intentos se representan con cuadrados pequeños y viceversa. También calculamos un par de «brazos» para cada experimento. Estos brazos son nuestra estimación del rango de aciertos que tendríamos si repitiéramos este experimento. Por eso, un experimento «funciona» si ambos brazos del experimento pasan más allá de esa línea. Si tu experimento tiene pocos intentos, tienes menos certeza de cuál es el valor real del experimento, por eso los cuadrados más pequeños tienen brazos más largos.

Figura por Tressoldi, P. E., & Katz, D. (2023). Remote Viewing: A 1974-2022 Systematic Review and Meta-Analysis. Journal of Scientific Exploration, 37(3), 467-489. https://doi.org/10.31275/20232931, bajo licencia CC-By Attribution-NonCommercial 4.0 International.

Al final del gráfico, se hace una línea horizontal y por debajo se pone una «suma estadística» de todos los estudios existentes. Básicamente pretendemos que los 36 experimentos fueron uno solo y calculamos un nuevo resultado. A eso le decimos meta-análisis. Y este en particular mostraba que los experimentos de ver «más allá de lo evidente» obtenían muy buenos resultados, mucho más allá de lo que se espera gracias al azar.

En este punto de la historia, empecé a descargar algunos de los artículos originales. Estaba casi seguro que iba a encontrar fallas metodológicas obvias que explicaban un porcentaje alto de aciertos. En estos casos, el meta-análisis no es otra cosa que una suma de errores. Lo que me llamó la atención no fueron los cálculos estadísticos, para nada. Era la cantidad de aciertos exactos que muchos de estos artículos tenían, que hacían que la estadística parezca totalmente inútil. Por ejemplo, el dibujo de cometa en este artículo.

Una caja de Pandora se abrió el momento que leí sobre este y otros estudios, no porque existiera la transmisión anómala de información sino por lo que eso implicaba.

Guía de superpoderes humanos

¿Sabías que cada uno de nosotros podría tener un superpoder oculto? No hablo de volar por los cielos como Superman o de trepar paredes como Spiderman. Hablo de capacidades humanas reales que, en circunstancias especiales, pueden equiparar y hasta superar las proezas de los superhéroes que conocemos y amamos.

Imagínate ser capaz de recordar con claridad cristalina cada libro que has leído, cada conversación que has tenido, cada detalle de cada día, como los droides de Star Wars. O piensa en la posibilidad de ser capaz de «ver» el mundo a tu alrededor sin utilizar tus ojos, usando un sentido similar al ‘Radar Sense’ de Daredevil.

Estos no son meros trucos de la ciencia ficción o fantasías de las páginas de un cómic, son habilidades que personas reales poseen. Sí, los superpoderes existen, y están más cerca de lo que piensas. En este artículo, te invitamos a un viaje fascinante a través de las asombrosas capacidades humanas que desafían lo que creíamos posible y nos hacen preguntarnos: ¿somos todos un poco superhumanos?

Tocar el sonido

Cuando el peligro acecha y el estrés se intensifica, el cuerpo humano responde con una alquimia sorprendente. Se dispara la «respuesta de lucha o huida», una cascada de reacciones bioquímicas que agudiza nuestros sentidos, nos inunda con adrenalina, acelera el ritmo cardíaco y disminuye la percepción del dolor. En estos momentos de intensidad extrema, experimentamos el mundo con una claridad y velocidad asombrosas, como si nuestros sentidos se hubieran despertado a un nivel sobrehumano.

Sin embargo, algunas personas excepcionales parecen vivir en este estado de conciencia agudizada todo el tiempo. Poseen lo que se conoce como «hipersensibilidad», una amplificación natural de los sentidos que hace que el mundo se muestre en colores más brillantes, sonidos más resonantes y olores más intensos. Para ellos, la vida se vive a través de una lente de aumento sensorial.

En el reino del gusto, uno de estos individuos excepcionales es Francois Chartier. Este sommelier canadiense, autor del revelador libro «Taste Buds and Molecules», posee un paladar tan refinado que ha logrado mapear las interacciones moleculares entre distintos alimentos y vinos. Su extraordinaria capacidad para discernir sabores y aromas ha revolucionado el mundo de la gastronomía y la sommellerie.

Cuando hablamos de la audición, nos encontramos con la inigualable Evelyn Glennie. Esta galardonada percusionista británica, a pesar de ser sorda, ha cultivado una sensibilidad táctil fenomenal que le permite «escuchar» los sonidos a través de las vibraciones que siente en su cuerpo. Su asombrosa adaptación sensorial la ha catapultado a una exitosa carrera como músico profesional, demostrando que los límites de nuestros sentidos son solo tan restringidos como permitamos que sean.

Leer la mente el corazón

En el mundo de los superpoderes humanos, la hiperempatía es posiblemente una de las más fascinantes y enigmáticas. Aquellos con hiperempatía poseen una capacidad extraordinaria para sintonizar con las emociones, sentimientos y experiencias de los demás, a menudo al punto de sentir estas emociones ellos mismos. Es como si tuvieran una conexión invisible y profundamente arraigada con las personas que les rodean, permitiéndoles experimentar el mundo a través de los ojos, los corazones y las mentes de los demás.

Un ejemplo viviente de esta asombrosa capacidad es la del Dr. Joel Salinas, un neurólogo y psiquiatra de la Escuela de Medicina de Harvard. Salinas tiene una condición llamada sinestesia de espejo táctil, una forma de hiperempatía que le permite sentir físicamente las sensaciones de los demás. Cuando ve a alguien ser tocado, siente el toque en su propio cuerpo; cuando ve a alguien sufrir, siente su dolor. Aunque esta habilidad ha presentado desafíos, también ha fortalecido su conexión con sus pacientes, permitiéndole entenderlos y atenderlos de manera más profunda y empática.

En el mundo de la ficción, la hiperempatía se asemeja a las habilidades del personaje de Star Trek, Deanna Troi, una empatática que puede percibir las emociones de los demás. Sin embargo, en la vida real, la hiperempatía no se trata simplemente de «leer» emociones: es una experiencia profunda y a menudo física de compartir las alegrías, los dolores, las esperanzas y los miedos de los demás.

Un dato curioso y científico: estudios recientes en neurociencia han sugerido que todos podemos tener una capacidad innata para la empatía, gracias a las neuronas espejo. Estas células cerebrales se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando observamos a alguien más realizar la misma acción. Se cree que estas neuronas nos ayudan a entender y compartir las emociones y experiencias de los demás. En las personas con hiperempatía, se teoriza que estas neuronas espejo podrían estar funcionando a una velocidad superior a la media, creando una sensibilidad emocional intensificada.

¿Batman o Daredevil?

Imagina poder ‘ver’ a través de los sonidos, en una forma similar a como lo hacen los murciélagos o los delfines. Este es el extraordinario superpoder de la ecolocalización humana. Algunas personas, en particular aquellas con discapacidades visuales, han perfeccionado la habilidad de interpretar los ecos de los sonidos que producen (como clics con la lengua) para navegar por su entorno. Un ejemplo notable es Daniel Kish, quien, a pesar de ser ciego desde la infancia, utiliza la ecolocalización para navegar el mundo. La habilidad más impresionante de Daniel Kish con la ecolocalización, posiblemente, sea su capacidad para montar en bicicleta en medio del tráfico de la ciudad. A pesar de la ausencia de vista, Kish puede detectar autos, árboles, edificios y otros obstáculos simplemente interpretando los ecos de los clics que hace con su lengua. Esta habilidad le permite navegar con confianza y precisión a través de entornos urbanos ocupados, un logro que pocos podrían imaginar.

Su destreza es tan asombrosa que ha llevado a algunas comparaciones con Daredevil, el superhéroe de los cómics de Marvel que, a pesar de su ceguera, lucha contra el crimen en la ciudad gracias a sus otros sentidos agudizados. Sin embargo, a diferencia de Daredevil, las habilidades de Kish no provienen de un accidente químico sino de años de práctica y adaptación a su entorno. La historia de Kish es una prueba viviente de cómo la adaptabilidad humana puede superar incluso los desafíos más difíciles, y cómo a veces, en la vida real, no necesitamos superpoderes para convertirnos en héroes.

¿Inteligencia artificial para humanos? No es lo que estás pensando

La ciencia ha demostrado que el cerebro humano es una entidad increíblemente adaptable y moldeable, un fenómeno conocido como plasticidad cerebral. Esta plasticidad es lo que nos permite aprender y adaptarnos a nuevas situaciones y habilidades. Aunque todos poseemos este asombroso «superpoder», los científicos han descubierto formas de inducir y acelerar esta capacidad de adaptación, dando lugar a habilidades que podríamos considerar como «superpoderes».

Un ejemplo de este tipo de habilidades inducidas es el uso de la estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS). La tDCS es una técnica de neuroestimulación no invasiva en la que se aplica una corriente eléctrica de baja intensidad al cuero cabelludo para aumentar la actividad cerebral. Esta técnica se ha utilizado experimentalmente para mejorar habilidades como la memoria, la concentración y el aprendizaje de nuevas habilidades, e incluso para aliviar los síntomas de ciertas condiciones neurológicas.

En el Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Universidad College London, por ejemplo, se realizó un estudio en el que se utilizó tDCS para mejorar la capacidad de los participantes para aprender un nuevo código de morse. Los resultados mostraron que aquellos que recibieron la tDCS aprendieron el código de morse significativamente más rápido que aquellos que no la recibieron. Estas técnicas parecen sacadas de una película de ciencia ficción, recordándonos al Profesor Xavier de los X-Men, quien utiliza una máquina llamada Cerebro para potenciar sus habilidades psíquicas. Pero, a diferencia de la ciencia ficción, estas técnicas están basadas en la ciencia real y tienen un potencial considerable para mejorar nuestras habilidades y cambiar nuestras vidas de maneras que antes solo podíamos imaginar.

De manera similar, en la Universidad de Wisconsin-Madison, los científicos han estado experimentando con una técnica llamada estimulación magnética transcraneal (TMS) para aumentar la creatividad. Los participantes que recibieron TMS mostraron una mayor capacidad para resolver problemas de manera creativa en comparación con los participantes del grupo de control. Intrigantemente, la estimulación transcraneal por corriente directa no solo tiene el poder de mejorar nuestras habilidades, sino también de inhibirlas. En el mismo estudio del código morse, los investigadores descubrieron que podían ralentizar el proceso de aprendizaje ajustando la corriente en una dirección diferente. Esto nos lleva a reflexionar, en tono juguetón, que si bien algunos pueden usar estas técnicas para convertirse en ‘superhéroes’ cognitivos, otros, con intenciones más perversas, podrían emplearlas para sembrar el caos, al estilo de los ‘supervillanos’ en las historias de cómic.

 

Mi trabajo y mi tesis explicados por ChatGPT

ChatGPT es un modelo de lenguaje natural basado en la tecnología de aprendizaje automático, específicamente en la arquitectura GPT-3.5, que ha sido entrenado con millones de ejemplos de texto en varios idiomas. La frase anterior la redactó ChatGPT cuando le pedí que explique su funcionamiento. Luego le pedí que lo exploque en lenguaje mucho más sencillo. Y me salió con esto:

ChatGPT es un robot que te habla a través de la computadora. Es como un amigo imaginario que te puede ayudar a responder preguntas. Pero en realidad, ChatGPT no es un robot común. Es muy inteligente y puede entender lo que le dices. Esto se debe a que está hecho de muchas partes diferentes, como un cerebro, un oído y una boca. El «cerebro» de ChatGPT es muy grande y está lleno de información. Contiene muchas palabras diferentes que ha aprendido de personas como tú. También tiene muchas reglas que le permiten entender cómo funcionan las palabras juntas en oraciones. Cuando le haces una pregunta, ChatGPT usa su «oído» para escuchar lo que dices. Luego, utiliza su «cerebro» para tratar de entender lo que quieres decir. Después de entender lo que quieres, ChatGPT usa su «boca» para responder. Para hacer esto, utiliza su «cerebro» para encontrar las palabras adecuadas y formar una oración que tenga sentido.

A veces, ChatGPT puede no entender lo que le estás diciendo. En ese caso, te pedirá que vuelvas a intentarlo o te dará una respuesta diferente que podría no ser exactamente lo que querías. ChatGPT es muy bueno para aprender nuevas cosas. Si le das nueva información, la almacenará en su «cerebro» para poder usarla en el futuro. Pero, a veces, ChatGPT puede cometer errores. Puede que no entienda lo que estás diciendo o puede que te dé una respuesta incorrecta. Es importante recordar que es solo una computadora y puede tener limitaciones. ChatGPT es muy útil para muchas cosas. Puede ayudarte con la tarea, responder preguntas sobre cualquier cosa que quieras saber, o incluso tener una conversación sobre temas interesantes. En resumen, ChatGPT es un robot inteligente que utiliza su «cerebro», «oído» y «boca» para entender lo que le dices y darte respuestas útiles. Puede aprender nuevas cosas y es útil para muchas tareas diferentes. Pero, como todas las computadoras, también puede cometer errores.

Aunque siempre se pierde la esencia de algo al simplificarlo, me gusta mucho como ChatGPT puede simplificar las cosas. Así que le pedí que explique en qué consiste mi trabajo en palabras sencillas (como para un niño de doce años). Luego pegué el resumen y extractos de mi tesis para que hiciera lo mismo.

Mi trabajo como analista de datos de salud

La salud pública es como un superhéroe que trabaja para mantener a las personas sanas y felices. Un analista de datos de salud pública es como un detective que ayuda al superhéroe a encontrar pistas importantes para descubrir cómo mantener a la gente sana. Usando matemáticas y tecnología, el analista de datos busca patrones y tendencias en la información sobre la salud de las personas, para ayudar al superhéroe a tomar decisiones importantes sobre cómo proteger a la población. Para hacer esto, utilizo bases de datos que contienen información sobre la salud de muchas personas, como por ejemplo, cuánto ejercicio hacen, qué tan bien duermen, si fuman o no, y si tienen alguna enfermedad. Algunas de estas bases de datos son el CCHS de Canadá y el NHANES de Estados Unidos. Estas encuestas se realizan a personas seleccionadas al azar, para que sean representativas de la población en general.

Una vez que tengo la información, uso un programa llamado R para analizarla. R es como una calculadora gigante que me ayuda a hacer cálculos y a crear gráficas y tablas que me muestran cómo está la salud de la población en diferentes aspectos. De esta manera, puedo identificar patrones y tendencias en la salud de la población y determinar qué factores pueden estar contribuyendo a problemas de salud o enfermedades. De esta forma, el trabajo del analista de datos de salud pública ayuda a mantener a todos sanos y salvos.

Mi tesis

Este estudio trata sobre cómo nacen los bebés. A veces, los padres planean tener un bebé y a veces no. Queríamos ver si esto afecta qué tan bien crece y aprende el bebé cuando tiene entre tres y cinco años. Descubrimos que los bebés que no fueron planeados tuvieron más dificultades para crecer y aprender. También observamos a niños de diferentes orígenes y descubrimos que algunos se vieron más afectados que otros. Esto significa que es importante que los padres planifiquen cuándo quieren tener un bebé y tengan acceso a formas seguras de no tener un bebé si no están preparados. Esto ayudará a todos los niños a crecer y aprender mejor.

Primero, analizamos información de 39.000 niños en ocho grupos diferentes en países ricos. Queríamos ver si importa si un bebé fue planeado o no. Incluimos un total de ocho estudios publicados en años anteriores. Algunos estudios dijeron que los bebés que no fueron planificados tuvieron más dificultades para crecer y aprender que aquellos que sí lo fueron. Pero no todos los estudios coincidieron. Es difícil decirlo con certeza porque los estudios se realizaron de manera diferente y no todos informaron las mismas cosas.

Luego hicimos un estudio para ver si los niños que nacen de embarazos no planeados tienen más probabilidades de tener un desarrollo inadecuado. El estudio encontró que sí, que los niños que nacen de embarazos no planeados tienen un 43% más de probabilidades de tener un desarrollo inadecuado que los niños que nacen de embarazos planeados. No encontramos ninguna otra cosa que afectara los resultados, como la edad de la madre o el lugar donde vivían. También hicimos algunos cálculos para asegurarnos de que los resultados fueran precisos.

También investigamos cómo el nivel de ingresos, la etnia y el género de los niños influyen en el desarrollo inadecuado en función de si el embarazo fue planeado o no. Los resultados muestran que el porcentaje de desarrollo inadecuado varía según el nivel de ingresos y la etnia, y también difiere entre niños y niñas. En general, los niños de familias con mayores ingresos tenían tasas más bajas de desarrollo inadecuado. Además, encontramos que los niños indígenas nacidos de embarazos no planeados eran menos propensos a tener un desarrollo inadecuado en comparación con los niños mestizos/blancos nacidos de embarazos no planeados. Sin embargo, los niños negros/montubio nacidos de embarazos no planeados tenían tasas significativamente más altas de desarrollo inadecuado que los niños de la misma etnia nacidos de embarazos planeados. En general, el estudio muestra que hay diferencias en el impacto del embarazo no planeado en el desarrollo de los niños según su situación económica, etnia y género.