Recomendaciones para los 4 pelagatos

Las últimas semanas me he separado bastante de las redes sociales y casi no me entero de este nuevo sitio web llamado 4 pelagatos. Todavía no les puedo contar mucho del sitio porque por ahora sólo está lleno de buenas intenciones. Los autores (Roberto Aguilar, José Herández y Martín Pallares) han publicado un manifiesto al tiempo que han explicado en cada uno de sus blogs las razones por las que han iniciado esta nueva aventura. El D’Artagnan de estos tres mosqueteros es el no menos célebre Crudo Ecuador. Asumo que para la mayoría de ecuatorianos que hemos extendido nuestro sistema nervioso hacia las redes sociales, esto es lo que nos genera más expectativa. Al contrario de sus compañeros, Crudo Ecuador no ha roto el silencio en sus cuentas de Twitter o Facebook. Su última publicación la hizo el 19 de febrero de 2015, exponía sus razones para abandonar Internet para resguardar el bienestar propio y de su familia.

En su momento, yo redacté una serie de consejos para el próximo Crudo Ecuador, que eran sobre todo consejos para resguardar el anonimato, pero que creo 4P merece su propia lista. Ellos no empiezan en una condición de anonimato y su tarea será, como la de la mayoría de medios digitales que hacen periodismo de investigación, resistir.

Todas las páginas web se alojan en algún servidor de internet, al cual todos accedemos desde nuestras computadoras. Es importante conocer las leyes del país donde se aloja nuestro servidor, al menos las que tienen que ver con Internet. Si los países tienen regulaciones muy relajadas sobre derechos de autor en Internet, es mejor alejarse de ahí. Lamentablemente, carezco de conocimientos suficientes para realizar una lista específica de dónde colocar o no sus servidores, pero sería interesante echar un ojo a esfuerzos previos por mapear esto. El Mapa de Responsabilidades de los Intermediarios de Internet (WILMap por sus siglas en inglés) es un recurso en línea que informa al público sobre la evolución de la regulación de internet que afecta a la libertad de expresión y a los derechos de los usuarios alrededor del mundo. En última instancia, EcuadorTransparente.Org encontró un buen proveedor que le dijo que no a Ares Rights y le pidió una orden judicial antes de procesar una de sus tantas solicitudes infundadas en el copyright.

Luego del servidor, el siguiente eslabón es el nombre de dominio, en este caso 4pelagatos.com; que según veo lo han adquirido usando los servicios de domainsbyproxy.com (un servicio para la compra de dominios web que protege la privacidad de sus clientes). El riesgo que veo acá es que (a) trabajan con godaddy.com y (b) la gana de proteger a veces no es suficiente. Sería de ver si cuestiones como el registro de marca podría ocasionar problemas a futuro, eso ya le pasó a Crudo Ecuador. Para suerte de los gestores, uno puede registrar la marca en cualquier otro país y su aplicación es a nivel internacional; eso les puede evitar ciertas complicaciones con las instituciones locales.

Los ataques DDoS son otra de las cosas que se han vuelto el pan de cada día. Servicios como CloudFlare ayudan a resistir los ataques de bots. CloudFlare tiene un programa específico para proteger sitios web que defienden el interés público, se llama Galileo y cuenta con el respaldo de docenas de organizaciones que protegen los derechos en la red. Se puede aplicar para ser parte del programa de forma gratuita. Finalmente, una buena práctica consiste en respaldas los nuevos artículos apenas se hayan publicado. Se puede hacer eso utilizando al menos dos herramientas: web.archive.org y archive.is, esta última es más resistente a intentos de censura.

Puede que algunas de las opiniones que han publicado en estos meses los arriba mencionados —no es excepcional— no sea de mi entero agrado. No obstante, me siento bastante identificado con la situación en la que se encuentran. Es importante respetar esa último metro cuadrado de libertad que nos hace quienes somos. Seguramente, muchos sentirían que su vida no sería igual si no pudieran volver a ver. A otros nos sucede que necesitamos escribir y hablar. Cercenar ese talento resulta lesivo a un nivel personal… yo no sería el mismo si no pudiera escribir. Sobreviviría, como mucha gente lo hace después de accidentes fatales, pero no sería yo. Aún más importante, hay algunas expresiones que si no se dicen, se pierden. Son ideas en peligro de extinción y, a veces, son la última esperanza que nos queda para apegarnos con cordura al mundo.

Éxitos en su nueva aventura.

El miedo de vigilar a los vigilantes

«Que piensen lo que quieran, pero no pretendía ahogarme.
Pretendía nadar hasta que me hundiera, que no es lo mismo».
Joseph Conrad

Los enemigos de internet fueron hackeadosun artículo mío publicado el 7 de julio de 2015 en Gkillcity.com hablaba de un leak que evidenciaba la vinculación entre la Secretaría Nacional de Inteligencia de Ecuador y Hacking Team, una empresa italiana dedicada a la comercialización inescrupulosa de software espía. Durantes los días anteriores yo ya había estado tuiteando al respecto, pero fue en ese momento, y cito aquí a la prensa ecuatoriana, que «empezó un desmadre». Se abrieron múltiples campos de batalla: la sociedad civil buscaba encontrar una solución razonable al oscurantismo del espionaje, Gkillcity perdió el control de su infraestructura digital y luchaba por, al menos, recuperar el control de su propia casa. Yo, y unos tantos otros, luchábamos contra la paranoia de saber cuáles serían las represalias y cuándo se harían sentir.

Para ese entonces mis relaciones con el Estado (mi empleador) estaban un poco tensas. En casa, papá ya me había dado un “estate quieto”. Él me apoyaba pero empezaba a temer por mí. “Dentro de poco vas a salir del país [con una beca estatal] y no vale que vayas a perder esa oportunidad”. Y me lo decía porque soy necio y creo que uno tiene que convertirse en el héroe de su propia historia, tal cual lo dijo Aaron Swartz. Si bien para ese entonces yo había presentado mi renuncia, mucho de lo que se hace en política toma tiempo y las buenas relaciones son esenciales para proyectos exitosos. Quedaban pendientes tras mi salida, entre ellos cristalizar la primera biblioteca digital nacional. Adicionalmente, tengo muy buenos amigos en el gobierno, gente que de verdad admiro y aprecio; pero que considerarían un encontrón con el poder como una chiquillada o —en casos peores— una traición. No los justifico, pero estar en posiciones diferentes en cierto momento de la vida no me parece suficiente para romper una amistad.

En contra de todo consejo paterno, tal vez sin considerar demasiado a mis amistades y arriesgando el futuro, decidí publicar mi artículo. La historia apenas se estaba popularizando cuando la página web donde se alojaba recibió un ataque DDoS. El ataque de Distributed Denial of Service es, como explica José María León, una sobrecarga de peticiones en el servidor en que está alojado un sitio web. El servidor no puede manejar todas las peticiones y colapsa, como si millones de robots se pararan frente a una puerta diciendo que quieren pasar, pero en realidad lo único que quieren es bloquearla. Rara vez, los intentos de censura funcionan en Internet, todo lo contrario, es muy fácil poner al aire la misma información por otro canal y la gente, ahora con más pica, empieza a buscar ávidamente la información que se quiso desaparecer. Resulta que había una copia de mi artículo alojada en archive.is. Se hizo viral.

Al poco tiempo recibí un mensaje de un desconocido en Twitter: Loco, todo lo que tú dices es verdad, te quiero pasar más información. Dame tu correo”. Horas antes me habían advertido que muchos de mis followers podían ser agentes encubiertos y solamente ese día me empezaron a seguir docenas de nuevas cuentas. Esto podía o no ser cierto, pero en esas ocasiones uno juega siempre con el peor escenario en mente. Fui cauteloso y le pedí a esta persona que me contacte a través de mi página web, «por seguridad usa Tor» le dije y no escribí más.

Finalmente nadie me contactó por ese medio. Al día siguiente —también por twitter—, me llegó una mención: @AndresDelgadoEC dame tu correo hotmail por favor, tengo algo que te va a interesar!”. Clic. @DanielaCastro69 pensaba que yo manejaba @HackedEcuador una cuenta que estaba publicando información sobre el mismo temay se burlaba de Hacked —según ella yo— porque cometía “los mismos errores” de siempre. Le decía “topo”. Yo nunca manejé esa cuenta, tampoco tenía razón para tener una cuenta anónima pues, para ese entonces, yo ya había difundido muchísima información usando mi nombre y apellido. Mis tuits estaban hasta en un periódico de Austria. Tampoco pienso que esa cuenta haya estado haciendo nada ilegal y aún ese siendo el caso, jamás podrían probar su vinculación conmigo, pues era inexistente. Lo que me desconcertó fueron los términos que usaban, como «topo», puesto que es una jerga muy específica y se usa para hablar de seguridad operacional. Esta era, o eso deduje en ese entonces, gente de inteligencia. “Sé reconocer una trampa cuando la veo”, le dije mientras me quedaba claro que alguien, de verdad, quería mi correo.

 

 

 

 

 

Edward Snowden dice que basta retuitearlo una sola vez para constar en la lista de alguien. ¿Será que uno puede salir de esas listas alguna vez en la vida? En esos momentos me di cuenta que mi nombre y apellido estaban siendo escritos en alguna parte, me convertí en un objetivo, un target. En eso me vibra el celular, “¿y esta quién es?”, me preguntó mi hermana, al pie de una captura de pantalla donde “Daniela” insistía: “@SisaArte hola amigui me puedes ayudar con el correo de tu hermano j******7@hotmail.com es algo de la beca de senescyt…besos”. Y ese fue el momento en el que todo la pared que había construido para proteger a mi familia de mi vehemencia se derrumbó en mi delante. Por un pequeño momento tuve mucho más ira que miedo, que frustración. ¿Qué tan bajo puede caer la gente? Le dije a mi ñaña que no era nada. «¿No le contestaste, cierto?» «No, si no le conozco ¿Qué quieres que haga?» «No le pares bola» «¿Quién es esa ve?» «Nadie, no le hagas caso».

Son las tres de la tarde y a mi bandeja de entrada llega el correo electrónico de un remitente anónimo, “chinitri27@outlook.com”:

que tal loquito no se si te acuerdes de mi nos conocimos en el crypto David aprendimos mucho de ustedes, primero felicitandote por las buenas acciones que hacen por la gente, pana de muy buena fuente se que te estan tratando de poner una denuncia por que atribuiste los ataques de ddos contra gkillcity a la senain, mas bien ten cuidado con los tuits q pongas porq estan buscando como joderte la vida pana, y ya sabes que se pueden cojer de cualquier cosa, ten cuidado con lo que publicas bro.

si me entero de algo mas ten por seguro que les comentare, pero por un canal seguro sino con esto que publicaron capaz q ya me estan siguiendo a mi mas.

Adjunto venía un archivo comprimido que contenía un .docx con capturas de dos tuits, el primero era mío comentando sobre el ataque DDoS a gkillcity y el segundo (que ha sido eliminado) con información relativa a los ataques DDoS que se efectuaban en ese momento.

 

 

 

 

 

La hora de envío de los tuits habían sido modificados en la captura para mostrar una inconsistencia entre mi hipótesis que el ataque provenía de Ecuador y algo tendría que ver con la publicación que hicey la evidencia.

Imbécil yo, le creí y es que este no era cualquier correo sino que el mensajero (a) mencionó un nexo que yo podía considerar seguro —las cryptoparty en las que yo había participado— y (b) se agarraba de mis más profundos miedos. Aunque las cabeceras del correo revelaban que el verdadero origen del remitente era un servidor fantasma que intentaba ocultar su identidad, había la posibilidad de que un informante real esté intentando mantener su anonimato. Debí haber pensado sobre esto más de una vez, pero la información que recibí me causó tal shock que sencillamente abrí el archivo. Ese fue un grave error. Al poco tiempo, perdí mi conexión a Internet.

Un investigador de seguridad informática de la Universidad de Toronto me supo decir que tanto el correo como el documento utilizaron un sistema de rastreo llamado readnotify. Readnotify permite detectar la IP del usuario, es decir mi punto de entrada a Internet. Inicialmente yo pensé que tal vez se habían metido a mi computadora o a mi router de internet, pero resulta que el servicio al cliente de NETLIFE desconectó su servicio porque habían recibido un ataque DDoS desde mi IP. Vinieron los técnicos y arreglaron todo, pero cuando días más tarde volví a acceder a esa dirección oculta por curiosidad, me volvieron a interrumpir el servicio. Parece que ese servidor (publico aquí la dirección pero por favor no intenten acceder a ella) desencadenaba uno de estos ataques cuando se enviaba la petición, y parece que el correo que me enviaron hizo eso automáticamente la primera vez que lo abrí y mi navegador desencadenó otro ataque cuando me metí a esa dirección por segunda vez. Las conversaciones con NETLIFE quedaron grabadas y, adicionalmente, me hicieron emitir un informe técnico para reestablecer, por segunda vez, mi servicio.

¿Quién me había enviado ese correo? Tenía poca información y, entre eso, había algo que me asustaba especialmente. Hacking Team usaba mensajes comprimidos. Mi adjunto <Instruccion_Fiscal_23432.rar> era un archivo relativamente pequeño (394 KB) y no había razón alguna para que alguien lo haya puesto en ese formato. El correo donde Hacking Team entrega una carnada a la SENAIN, explica:

El modo protegido de Microsoft Word es una característica de seguridad que abre los documentos provenientes de una localización potencialmente riesgosa, como Internet, en modo lectura únicamente y con contenido activo desactivado y funciona tomando ventaja de una funcionalidad propia del sistema operativo Windows llamada Alternate Data Streams que permite marcar un archivo según su origen.

Cuando se descarga un archivo usando un navegador moderno el archivo se marca como procedentes de Internet y es por eso que Microsoft Office abre utilizando el modo protegido.

Una forma sencilla de solucionar este problema es enviar el documento comprimido como rar. De esta manera el archivo .rar será etiquetado como procedente de Internet, pero el archivo contenido en el rar no tendrá esa etiqueta adjunta.

Cuando leí esto por primera vez se me heló la sangre. Como ya dije anteriormente, en estas ocasiones uno actúa pensando en el peor escenario. Me puse a revisar todas las carpetas de mi computadora donde Hacking Team pudo esconder su Sistema de Control Remoto siguiendo tutoriales publicados en línea el mismo día del incidente. No encontré nada pero eso no evitó que respaldara la información y reinstalara todo desde cero. Después de todo los exploits que usan los buenos hackers son “zero-days”. En otras palabras, como nadie sabe de las fallas de seguridad que usan estos hackers para infiltrar dispositivos, no existe defensa posible a mano porque no ha sido creada.

Si bien es cierto que este mismo método puede ser usada por muchas otras empresas, en ese momento la papa caliente era el escándalo entre la agencia de inteligencia y la empresa italiana y mi cabeza no se permitió sospechar de otra posible fuente. Mi sesgo empeoró cuando, a las cinco y cuarenta de la tarde, recibí un mensaje de whatsapp, el número parece provenir de china pero el texto estaba escrito en italiano:

Hola, soy un [HackingTeam], debería recordarse que el mundo es así de pequeño y que el tuyo (sic) eres como una hormiga si estás en cosas grandes, atención…”.

Asustado como estaba, empecé a escribir a mis contactos, algunos de ellos dentro del gobierno. “Ten cuidado”, me decían. “Si quisieran ya te habrían matado, sólo te están asustando”, me contestaron, como si eso ayudara. Otra persona, consciente de la beca que tenía me preguntó si podía adelantar el vuelo… Esto no pintaba bien, cancelé dos entrevistas en radio, dije que estaba enfermo. Me encerré en mi casa y esperé, con miedo, lo peor.

¿Qué había detrás de estos ataques? Pienso que la intención de silenciarme o desautorizar mi voz, después de todo muchas de las acciones llevadas a cabo no tenían otra intención que evitar que la gente lea las cosas que estaban en línea. Y no veo otra razón para que hayan querido engañar al público diciendo que yo era un espía de la SENAIN. A la larga, parece ser que mi artículo había dado en el clavo:

«Si es que la Secretaría de Inteligencia tercerizaba las operaciones a Hacking Team —en lugar de utilizar un personal capacitado propio para que realice los ataques—, probablemente se den a conocer los nombres de los blancos de la agencia».

A los pocos días, tras escarbar un poco dentro de la base de datos, un desarrollador de Tor publicó sus hallazgos sobre el espionaje sistemático a periodistas, activistas y gremios de trabajadores. Pasaron los días y Rommy Vallejo, Secretario Nacional de Inteligencia, negó que ellos tuvieran un contrato con Hacking Team. El presidente salió a decir que es verdad lo que dijo Vallejo. Los asambleístas quisieron interrogarlo pero él se excusó y tras unas cuantas semanas, los legisladores se enteraron que a Rommy —o a quien lo suceda en el cargo— sólo se lo puede interrogar fuera de récord y tras puertas cerradas. Si alguna pregunta le incomoda, el Secretario de Inteligencia está en la potestad de abstenerse en dar una respuesta y, cereza en el pastel, nada de lo que se diga puede ser revelado fuera de esa habitación.

Yo no sé si todo el acoso del que fui victima provino o no de la Secretaría de Inteligencia, pero cabe preguntarse entonces si el gobierno estaría siquiera en capacidad de dar respuesta a una pregunta de esa índole. No parecen haber procedimientos, que no sean ilegales, que de verdad transparenten al público las acciones del personal de inteligencia. Y el escenario puede ser peor de lo que la ley pinta. Jacob Appelbaum,  periodista para Der Spiegel y colaborador cercano de Wikileaks, declaró en el último Chaos Communication Congress (diciembre, 2015) que durante su visita a Ecuador, la SENAIN le solicitó construir un sistema de vigilancia que les permitiera “eludir la revisión judicial” y espiar, sin reparos, a los jueces y a la clase política (contrario a lo que sugiere Emilio Palacio, Jacob sugiere que este espionaje apuntaba a los propios miembros de Alianza País). Ahora más que nunca cabe preguntarse ¿quién vigila a los vigilantes?

 

CONCURSO: Gánese un juicio con el Chato Castillo!

El día de hoy, según informa diario La Hora, la Corte de Justicia de Loja impuso la pena de 30 días de prisión a la concejala lojana Jeannine Cruz Vaca por publicar un tuit. Eso quiere decir que en Ecuador ahora uno está a dos clics de irse preso.

La demanda la interpuso el alcalde de Loja, Bolívar «Chato» Castillo, a quien tuve el agrado de conocer. Me parece muy triste que la gente no tenga libertad de publicar lo que sienta y piense (aunque se equivoque) en las redes sociales, y peor que le metan preso por algo que, hasta la fecha, no alcanzaba ni los quince retuits. Sería interesante que miles de personas envíen el mismo tuit para proteger la libertad de expresarse en la red, hagan clic en la imagen o en el enlace de arriba para participar.

Mientras más gente participe más divertido será.

 

ACTUALIZACIÓN: LO QUE DICEN LOS ABOGADOS

A favor de la detención:

La concejala Jeanine Cruz ha dicho que «Alcalde José Bolívar Castillo lo q pedimos l@s Lojan@s es q deje de mentir y de robar», sólo el texto ya contiene una afirmación de que el alcalde miente y roba. Aunque aún no se conoce el juicio —que estará disponible a través de la página web de la Función Judicial— se entiende que en el proceso judicial, Cruz tuvo la oportunidad de demostrar que el alcalde miente y roba. Y que no lo hizo.

El tipo penal sobre la calumnia dice lo siguiente:

Art. 182.- Calumnia.- La persona que, por cualquier medio, realice una falsa imputación de un delito en contra de otra, será sancionada con pena privativa de libertad de seis meses a dos años.
No constituyen calumnia los pronunciamientos vertidos ante autoridades, jueces y tribunales, cuando las imputaciones se hubieren hecho en razón de la defensa de la causa.
No será responsable de calumnias quien probare la veracidad de las imputaciones. Sin embargo, en ningún caso se admitirá prueba sobre la imputación de un delito que hubiere sido objeto de una sentencia ratificatoria de la inocencia del procesado, de sobreseimiento o archivo.
No habrá lugar a responsabilidad penal si el autor de calumnias, se retractare voluntariamente antes de proferirse sentencia ejecutoriada, siempre que la publicación de la retractación se haga a costa del responsable, se cumpla en el mismo medio y con las mismas características en que se difundió la imputación. La retractación no constituye una forma de aceptación de culpabilidad.

El hecho de que la señora haya afirmado que el señor miente y que el señor roba mediante una red social (o mediante un megáfono en la plaza pública o mediante grafiti o panfleto) es meramente circunstancial.

En contra de la detención:

Cuando se hace una denuncia, como es el caso de Cruz, no puedes ser procesado por injurias. En derecho penal, este tipo requiere de lo que se conoce como «animus injuriandis» es decir, el querer menoscabar la honra con un insulto. Si es una concejal quien dice esto al Alcalde, es una denuncia sobre su gestión como Alcalde, no se perfecciona el tipo penal. No existe ánimus injuriandis. Lo que debería suceder en esta ocasión es que Contraloría pida explicaciones al alcalde sobre los temas denunciados.

Adicionalmente «no se puede usar el derecho penal para apresar a quien te cuestiona, ofende, o insulta si tú estás en un cargo público». En la región se ha despenalizado el delito de opinión en los casos de funcionarios públicos.

[Seguiré actualizando mientras recabe más información]

Publicaciones en inglés: Fair Use, Zero-days & Net Neutrality

Por circunstancias de la vida, me toca practicar el inglés. A veces es complejo traducir entre idiomas, es decir que muchas de las cosas que escribo en inglés se van a quedar en ese idioma a menos que una alma caritativa eche una mano. Pero, por si acaso, les dejo algunas de las cosas que he escrito en estas últimas semanas. La primera publicación es acerca de una acertada decisión que tomara la Asamblea Nacional sobre autorizar la ruptura de candados digitales cuando se trate de ejercer usos justos en internet, eso lo escribí acá, y Cory Doctorow lo reseño en Boing Boing y la noticia fue posteriormente expandida en TechDirt.

Luego, mucho de mi tiempo se fue en investigar el mercado de zero-days, que son errores escondidos en los programas de software que usamos día a día y que permiten a terceras personas infiltrarse en nuestras computadoras. Cuando nadie sabe de estas vulnerabilidades, se dice que tienen «cero días». Después de mucho pensar dónde publicar mi investigación, decidí ponerlo todo —salvo algunas tablas de precios que ya veré cómo incluyo después— en Wikipedia, donde pueden leer «Market for zero-day exploits«. Para mi sorpresa había mucha literatura disponible en línea pero, tristemente, algunas de las fuentes más importantes se encuentran bajo paywalls (o sea hay que pagar para poder leer). Pero bueno, en Wikipedia lo puede leer todo mundo e hice lo posible para citar adecuadamente mis fuentes y que quien quiera pueda profundizar en el tema.

Finalmente, acabo de publicar en Medium acerca de la última estocada a la neutralidad de la red en Ecuador, algo sobre lo que sí pueden leer en español en un post de Apertura Radical.

Otro leak de la SENAIN (y otro intento de censura)

Captura del tuit original, clic para agrandar

En julio de 2015, tras publicar un gajo de información sobre Hacking Team y sus actividades en Ecuador, un troll infame difundió por twitter una captura de pantalla falsa donde me acusaba de ser agente de la SENAIN. Como para darle veracidad al asunto, colocó mi nombre completo, mi correo electrónico, el número de mi celular y el teléfono de la casa de mis padres. Un amigo me envió al teléfono la captura de pantalla: «Por favor dime que no eres vos».

Y no era. Le pedí la fuente y llegué al tuit original, le pedí al troll que demostrara la página exacta de dónde había encontrado el supuesto correo, pero no hizo falta porque exactamente siete minutos después, Felipe Mogro encontró el correo que utilizaron para fabricar esta argucia en mi contra. Sin querer escarbar profundo en las motivaciones que tuvo esta gente, lo cierto es que no actuar hubiera sido estúpido de mi parte.

Traigo esto a colación porque el día de hoy en el Chaos Communication Congress, Bethany Horne y Pedro Noel dieron una charla titulada: «Ecuador, cómo un gobierno autoritario engaña al mundo entero», el video (en inglés) está más abajo por si lo quieren ven. En un par de diapositivas, Pedro Noel —editor del sitio web Ecuador Transparente— muestra una reclamación por derecho de autor realizada por Ares Rights a nombre de la Secretaría Nacional de Inteligencia (SENAIN).

El reclamo lo realizan sobre los documentos publicados por Ecuador Transparente que demostrarían un espionaje sistemático a políticos y activistas, diciendo que no se pueden publicar porque son textos secretos y esto es prohibido y castigado por nuestro código legal. Dicho sea de paso, cierto es, pero con dos aclaraciones. La primera, Ecuador Transparente tiene de ecuatoriano sólo el nombre y no se ciñe a nuestras leyes. La segunda, que es una vergüenza que el país que muchos consideran campeón en la libertad de expresión, no tenga leyes que protejan a los soplones que denuncian delitos con documentos clasificados como secretos.

Para los que trabajamos en la cuestión de derechos humanos en Internet, esto ya es cacho viejo. Ares Rights es una empresa que saca plata censurando como puede (osea aduciendo infracciones al copyright). Le han cachado reclamando a nombre de Fernando Alvarado, de la SECOM, y de Ecuador TV. En abril de 2014, el exgerente del famoso canal 7 dijo que si Ares Rights estaba haciendo uso de su nombre y se escudaba en la confidencialidad con su cliente para no revelar más información, ellos —como era lógico— reunirían a sus abogados e iniciarían una acción legal. Ecuador TV nunca hizo nada y ahora resulta que la SENAIN aparece involucrada con Ares Rights.

Acá hay tres opciones, (1) que en años pasados alguien absolutamente maquiavélico le haya pagado a Ares Rights para que censure cosas que molestan al gobierno —y así pensemos que esta empresa española trabaja a su lado— para luego hacerle quedar mal queriendo censurar filtraciones que hasta ahora no se han confirmado como verdaderas. O (2) que, de hecho, la SENAIN está usando los servicios de Ares Rights. La tercera, que según mi apreciación es la correcta, es que hay un comedido que dice «da viendo si puedes hacer algo» en todos los casos donde está inmiscuido el gobierno de Alianza País. Podremos saber a ciencia cierta cuando alguien —ojalá el gobierno— demande a Ares Rights en España, para que uno pueda ver los contratos y las facturas o si es que a Ares Rights le pasa lo que a Hacking Team.

Lo cierto es que podemos extraer unas pocas conclusiones de estos hechos:

  1. Ares Rights en el pasado ha censurado a nombre del gobierno ecuatoriano, y el gobierno está consciente de este hecho.
  2. Ares Rights sigue censurando a nombre de instituciones del gobierno, por ende, el gobierno censura sea por acción o por omisión (por no demandar a esa empresa para que deje de reclamar a su nombre).
  3. Si es que hay una vinculación con Ares Rights, y la reclamación a nombre de la SENAIN es legítima, esos documentos son verdaderos y —llamen a los abogados— podría tratarse de un caso de peculado.
  4. Todo estaría mejor si, como sugirió en su charla Bethany Horne, hubieran más mecanismos de control y transparencia para nuestra querida Secretaría Nacional de Seguridad.

PS: En la charla, Ecuador Transparente presentó un nuevo leak sobre la SENAIN y en las preguntas y respuestas, Jacob Appelbaum soltó unas cuantas perlas de su visita a Ecuador en noviembre de 2013:

  • Relató que la SENAIN quiso «ponerlo en problemas» y que fue defendido por el vicepresidente. Le llamó la atención que la clase política era casi incapaz de «defender a sus propios invitados».
  • Dijo haber mantenido una conversación con la exministra de defensa María Fernanda Espinosa, donde ella le confesó que hay muy malos elementos en el gobierno, especialmente en la SENAIN, que quieren matar a personas como ella misma o Rafael Correa.
  • Afirmó que la SENAIN le solicitó construir un sistema de vigilancia masivo a nivel nacional y, específicamente buscaban eludir la revisión judicial porque querían espiar a jueces y a la clase política. Finalmente afirmó que el presidente conocía de este último hecho (pues él se lo dijo personalmente).